domingo, 3 de julio de 2022

Obi-Wan Kenobi

 Obi-Wan Kenobi (serie, Disney+)


Lo de que la única preocupación de los dueños de la franquicia de Star Wars es seguir sacándole los cuartos a los fans, y cada vez les importan menos sus propios productos audiovisuales, es algo de lo que ya nos dimos cuenta hace más de veinte años, cuando estrenaron La amenaza fantasma, de la que ya dijimos poco bueno en este blog allá por 2009. El cómo, después de esas espantosas precuelas, la cosa ha ido todavía a peor me parece hasta meritorio.

Y es que, alguna otra producción digna aparte, todas fuera de la historia original (hablo de Rogue One o The Mandalorian), la progresiva infantilización del universo Star Wars (partiendo de que ya era infantil de base) se ha ido agudizando hasta llegar a este proyecto, que sonrojaría hasta a un niño de teta si no fuera por todo el halo publicitario que ha convertido en mítico algo que simplemente era un divertimento.

Pero empecemos por el principio. Obi-Wan Kenobi fue un personaje efímero, presentado como legendario, dentro de la primera Star Wars. Su relevancia en la historia era servir de puro detonante, y desaparecía pronto para no tener que dar muchas más explicaciones, 

Se convirtió en personaje principal de las precuelas, como maestro y, casi creador, del futuro Darth Vader, y en base a ello, desde hace años, se escuchaba la idea de un proyecto sobre el personaje. De hecho, se anunció primero una película al estilo de lo que se hizo con Han Solo, que, nunca se supo por qué, terminó guardándose en un cajón, y finalmente, hace un par de años, cuando ya sólo los muy fans lo esperaban, y supongo que a raíz del éxito de The Mandalorian, decidieron hacer una miniserie que explorara parte de su estancia en Tatooine al cuidado de Luke Skywalker, me imagino que por terminar de hilar algo (el encargo de cuidarlo que le hizo Padme en su lecho de muerte y su práctica desconexión de Luke al inicio de Star Wars) que tampoco necesitaba ser hilado, no vaya a ser que a la gente le de por pensar y, ya puestos, se den cuenta de que la trama de toda la historia es un colador.

Pues puestos al lío, contratan a un montón de gente de renombre (cuando veía en los créditos que uno de los guionistas era Andrew Stanton, director y/o guionista de algunas de mis películas favoritas de Pixar, incluyendo Wall-E,  me quedé atónito), supongo que para echar por tierra su reputación, visto el resultado.

Y es que ahí está el quid de la cuestión. Teniendo en cuenta que la serie no es más que una sucesión de escenas de “en el peor escenario posible, escapamos del Imperio” que ya hemos visto mil veces, sólo que aún más inverosímiles y peor rodadas, ¿para qué ese despliegue? Todo es un sinsentido con escenas de acción artríticas, muertos de los que nadie se preocupa en asegurarse de que lo están, y un plan de aniquilación, incluyendo a La Fuerza, que sólo se cumple de forma aleatoria, todo sea para estirar el chicle y conseguir no uno, sino dos encuentros Kenobi-Vader que terminan como si tal cosa.

En fin, enésima demostración de que haga lo que haga Disney con la factoría no va a tener mayor interés, parece una burla a los fans, con especial sadismo teniendo en cuenta la importancia del protagonista. Si aún les gusta algo de este universo, no pierdan el tiempo y revísense La remesa mala, serie de animación infantil que le da cien mil vueltas a esta. Al menos a los fans infantiles parecen tenerle algo más de cariño, no por algo serán los que terminen viendo las siguientes diez trilogías que se saquen de la manga.

Eso sí, debe andar rondando los cincuenta, pero qué guapo sigue siendo Ewan McGregor.

No hay comentarios: