martes, 28 de febrero de 2023

El menú

The Menu (Mark Mylod, 2022)

 


Estoy por hacer lo mismo que el artículo que me animó a verla , y recomendarla sin más, por intentar no desvelar nada, pero a la vez me muero de ganas de hablar de ella. A ver cómo lo hago.

Una pareja está en un muelle esperando un barco que los llevará a la cena en un restaurante estrella de un chef estrella. Ella parece desconfiar bastante de todo, incluyendo la exorbitante suma de dinero que ha costado una velada diseñada sólo para doce afortunados, mientras él siente una fascinación nada disimulada ante todo el elitismo culinario. Mientras esperan el barco, van llegando al muelle distintas personas, relacionadas de algún u otro modo con la cultura "michelinista" de la comida, salvo una pareja, que provoca una incomodidad llamativa en nuestra protagonista, pero que no es lo más tenso de la espera. Tensión (y recelo por su parte) que no mejora al llegar a la isla en la que se encuentra el restaurante (y que parece haberse dedicado exclusivamente a éste) y notar lo nerviosos que se ponen todo cuando comprueban que ella no era la pareja original de su acompañante, que no había avisado del cambio. A partir de ahí, y tras recorrer unas instalaciones en un tour que maneja unos niveles de tensión que ya les hubiera gustado a los responsables de The pale blue eye, empieza la cena, donde desde el principio, tenemos claro que algo va a pasar. Y hasta aquí puedo contar sin desvelar nada importante, aunque creo que he contado demasiado.

The Menu, tal y como el del restaurante donde se desarrolla, es una experiencia inmersiva, completa y con afán de resultar totalmente satisfactoria, donde se nos presenta lo que a todas luces no deja de ser una comedia dislocada, pero de la forma más opuesta posible a lo cómico, aunque sin perder el toque absurdo (y con momentos hilarantes). Es tensa desde el inicio hasta el final, no para de provocar "sensaciones" en forma de sorpresas, literalmente llega un momento en que desconfiamos de todo lo que estamos viendo, y aún así resulta emotiva y casi misericordiosa con sus personajes. 

Más allá de la "crítica" a todo el negocio montado alrededor de la comida (que profundiza sin mucho problema, y a la que parece que es a lo que se le ha dedicado toda la atención crítica), es otro "Eat the Rich!" como lo era Glass Onion, sólo que con mucha peor baba (y casi resentimiento), y mucho más difícil de digerir, según lo que he ido leyendo. 

Si bien necesitamos el momento dramático/melancólico a mitad de metraje para que se pueda producir el final en las condiciones en las que tiene que hacerlo, es posiblemente el único momento que desentona, porque el resto es impoluto.  No hay una escena que sobre, ni siquiera una línea de diálogo que esté puesta por rellenar, casi que los planos parecen contados para que el espectador sienta lo que "el chef" quiere que se sienta, y sólo al final parece darse el lujo de recrearse un poco, sólo para que disfrutemos bien de la traca. 

Lo mismo no es para todos los paladares, pero deberían, al menos, intentar probarlo.

lunes, 27 de febrero de 2023

Arny: Historia de una infamia

Arny: Historia de una infamia (Miniserie de TV, Cuarzo Producciones, 2023) 

 


El "caso Arny", para la gente que no lo conozca, investigó y juzgó, allá a mediados de los noventa, un caso de explotación sexual de menores en una serie de locales de ambiente en la Sevilla post-Expo'92, y produjo tal ruido que sirvió para seguir señalando la diversidad sexual como peligrosa en una ciudad no especialmente tolerante con lo diverso en aquellos entonces, y una persecución mediática a cualquier marica que pasara por ahí. Lo cuento con conocimiento de causa porque precisamente estaba yo empezando la Universidad en Sevilla aquel año, y recuerdo como influyó, negativamente, en la percepción de la libertad sexual y el riesgo que podríamos correr los no heterosexuales.

Entiendo que, precisamente para que no se vuelva a repetir, es necesario recordar no sólo que existió, sino lo que ya quedó claro entonces y han ido refrendando a lo largo de los años parte de los que generaron el propio caso mediático, el fraude que fue casi todo ello y lo mucho que afectó a gente que no tenía nada que ver, simplemente porque desde los medios de comunicación durante esos años noventa se nutrían sistemáticamente de basura, y daba voz (y mucho dinero) a cualquiera que hablara mal de cualquier personaje importante, por más que fueran consciente de la falsedad de sus testimonios. Todo ello unido a la cerrilidad de una jueza instructora que, con la excusa de proteger a los menores afectados, se emperró en negar las evidencias e, incluso, los propios testimonios de esos menores, que fueron uno por uno descidiéndose previo al juicio, llevaron a una caza de brujas de la que no se libró ni el Juez Decano de Menores de Sevilla, implicado colateralmente por aparente indicación de algún alto cargo policial.

La miniserie sirve, hasta cierto punto, para poner orden a todo el circo que se montó a nivel judicial y mediático, señalando las posibles corruptelas (policiales, inmobiliarias...) que no terminan de aclararse, y denunciando de forma dura las malas artes de la profesión periodística, apuntando con bala a medios concretos, y olvidando convenientemente otros que parece que a lo largo de los años no han tomado conciencia alguna del mal que pueden ejercer (recordemos que la productora que hace el documental fue fundada por Ana Rosa Quintana, una de las actuales reinas del sensacionalismo mañanero en televisión). 

Resultan interesantes las entrevistas a los afectados, tanto en persona como familiares, aunque algunos no terminan de salir demasiado bien parados (entiendo el dolor de Jesús Vázquez y su interés en compartirlo, pero se hace a sí mismo un traje que le queda regular), pero, como pasaba en Salvar al Rey o en la miniserie sobre Dolores Vázquez, echo en falta una profundización, una real investigación, y, sobre todo algún tipo de conclusión, algo que ayude a compactar todo lo que se cuenta, y que pueda plantear alguna reflexión al espectador. Es como si les diera miedo hacerlo.

sábado, 25 de febrero de 2023

Los crímenes de la Academia

The pale blue eye (Scott Cooper, 2022)

 

 

Christian Bale parece haber decidido encasillarse, desde hace muchos años, en personajes atormentados a los que da su peculiar enfoque, exactamente igual para todos, que es el de ser lo más histrión posible llegando con frecuencia al ridículo. Parece que, además, si puede estar lo más sucio posible, mejor, así que era de esperar que aceptara este personaje.

Augustus Landor (Bale), antiguo detective alcohólico, alérgico al jabón y muy atormentado por algún tipo de drama familiar del que intenta no hablar sistemáticamente durante todo el metraje, por más que no paran de repetirlo no vaya a ser que pensemos que no tiene nada que ver, es contratado por los responsables de una academia militar para que investigue el asesinato de uno de los cadetes, cosa para la que contará con la ayuda de un cadete "rarito", con el que nadie parece tener mucha más relación, y que resultará ser, ni más ni menos, que Edgar Allan Poe, por algún motivo que no terminamos de entender en ningún momento (cualquier John Smith hubiera podido hacer lo mismo), enredados al final en una especie de complot satánico que parecería explicarlo finalmente todo.

Presuntamente estamos ante una película de "intriga y terror gótico", según wikipedia, que en la práctica no va más allá de una película detectivesca muy bien ambientada, dirigida con esa cosa que se llama oficio (es decir, sin ningún tipo de personalidad), bien planteada, con momentos de tensión solventes, pero poco más. No hay casi ningún tipo de sorpresa, los giros son más que esperables, y se hace un poco larga de más, sinceramente. Lo del "terror gótico" no sé de dónde lo sacan, la verdad.

Para echar la tarde sin pensar mucho, está bien.

viernes, 24 de febrero de 2023

Top Gun: Maverick

Top Gun: Maverick (Joseph Kosinski, 2022)

 


Quién me iba a decir a mi que iba a estar yo hablando de la continuación del, probablemente, blockbuster más repulsivo que recuerdo haber visto en mi adolescencia. Pues aquí estamos. Pero no sólo eso, sino que pretendo hasta hablar bien. La vejez no me está sentando, creo. O a lo mejor sí.

La secuela de Top Gun, veinticinco años después y sin Tony Scott, descanse en paz él y casi toda su filmografía, comienza con la misma premisa de la película anterior, que es que Maverick (Tom Cruise) es el mejor, aunque ya esté viejo de narices, y el problema son los que no lo dejan hacer todo lo guay que él puede hacer, no esa megalomanía que lo lleva a no saber cuándo parar. Como en el fondo es imbécil, la caga, y termina siendo "degradado" a dar clases en la misma academia en la que ya se cargó a su compañero por ir de chulo, y donde no sólo se enfrenta a ese recuerdo, sino a su propio fracaso en la vida sobrecompensado por sus habilidades al mando de los "cazas".

No evitamos los planos de señores sudorosos semidesnudos jugando a deportes físicos, los atardeceres en el desierto, las banderitas... Pero el mensaje es diferente, casi a modo de sopapo continuo a los adalides del "individualismo". Cruise parece estar en vías de maduración, adopta una posición casi de padre con los cadetes a los que tiene que entrenar para otra misión imposible, termina enrollándose con una mujer de su edad (qué guapa es Jennifer Connelly) aunque ambos actúan como adolescentes, y fomenta el espíritu de grupo que en la película original se despreciaba sistemáticamente. 

La historia de amor, de amantes que se reencuentran y comienzan a comportarse como niñatos, es creíble y está bien integrada en la trama (y en el viaje de Maverick hacia su madurez), las instituciones siguen saliendo malparadas, aunque en este caso más por desconfianza lícita que por puro capricho, los conflictos entre compañeros y con su superior parecen tener sentido y estar también bien manejados en el guión, los compañeros se alegran por los logros ajenos,  y toda la epopeya final, la misión que lo genera todo y el rescate posterior (donde hasta el más "individual" de todos los pilotos termina jugándose la vida para ayudar a sus compañeros) es trepidante y emocionantísimo.

No deja de ser un blockbuster, no va a cambiar nada en la historia de la cinematografía, pero qué bien ver una película bien hecha. Y qué bien que te sorprenda tanto algo de lo que esperabas tan poco.

miércoles, 22 de febrero de 2023

Los 100

The 100 (serie de TV, Alloy Entertainment/Warner Bros, Television/ Bonanza Productions/ CBS Productions)
 
 
 
¿Hay algún motivo para que alguien más allá de la primera parte de la veintena pierda ciento y pico horas de su vida viendo una serie de adolescentes distópica? Pues podría ser, si al menos fuera buena, lo que no es el caso. ¿Que por qué lo he hecho yo? Pues miren ustedes, si algún día lo averiguo, ya lo haré saber.
Inicialmente The 100 es divertida en el mismo sentido en que es divertida Pretty Little Liars, una colección de adolescentes haciendo cosas que no les corresponden, tomando decisiones que los adultos aceptarán sin problemas a pesar de decantarse siempre por las peores decisiones posibles, y empeorando sistemáticamente situaciones ya de por sí imposibles, siempre es motivo de disfrute, aunque sea por las risas. En este caso, además, situar esa dinámica en un entorno cercano al fin del mundo acentúa la posibilidad de desastre completo, y eso siempre es un plus para los que tenemos poco aprecio a la humanidad, todo sea dicho. 
La historia es que hubo un apocalipsis nuclear, y unos cuantos supervivientes llevan siglos en una nave, "El Arca", orbitando la Tierra esperando a que  los niveles de radiación bajen lo suficiente para poder volver a vivir en ella. Una nave donde cada vez los recursos son más escasos, lo que parece servir a sus dirigentes para adoptar un estilo dictatorial, en el que cualquier mínima actuación contra las férreas normas que presuntamente van encaminadas a no desaprovechar lo poco que tienen, será castigado severamente con la muerte. 
Pero se les ocurre que por qué matar a un manojo de adolescentes descerebrados y cargar con esa culpa, cuando siempre pueden mandarlos a la Tierra para "comprobar" si pueden vivir en ella. Al parecer, es una especie de medida de gracia porque, por lo que sea, pueden vivir cientos de años en el espacio pero no tienen forma de saber los niveles de radiación en superficie.
Cuando los desechados llegan al planeta no sólo no se mueren, sino que optan por intentar establecer una convivencia cuando, en su mayoría, son una panda de inadaptados egoístas que estarán peleándose entre ellos para ver quién la tiene más larga demostrando ser el más psicópata, envite que gana de lejos (y lo seguirá haciendo durante siete larguísimas temporadas) nuestra, no por más protagonista, querida, Clarke, que demuestra ser otra demagoga más que dice hacerlo todo por los demás, pero al final todo se reduce a que hay que hacer lo que diga su coño.
Una vez resuelto ese pequeño escollo, nuestra pequeña dictadora tendrá que vérselas con unos humanos que sobrevivieron a la presunta guerra nuclear volviendo a las sociedades tribales primitivas, porque la radiación parece que les hizo olvidar el desarrollo de la civilización durante miles de años, que no quieren a los nuevos por allí, también por lo que sea, hasta que nuestra dictadorcita termina haciéndose "amiga", que dirían en la prensa rosa, de la de ellos. 
A partir de ahí, pasan y pasan las temporadas con los conflictos con los "indígenas" y su aceptación, el descubrimiento de unos humanos ricos haciendo cosas de gente que se cree mejor que el resto en un búnker, más apocalipsis nucleares, supervivencia extrema, guiños a Mad Max, superpoderes de la radiactividad, huidas de planetas que estallan, viajes a la velocidad de la luz, teletransporte, gente sin ningún tipo de moral, alienígenas que se creen dioses... Demasiadas vueltas de tuerca sin mucho sentido más allá de seguir haciendo una serie que debía funcionar en audiencia.
Las dos primeras temporadas son entretenidas y tienen aspectos interesantes, por más que el guión no es precisamente su fuerte (ni el posterior planteamiento, cada temporada y cada decisión parecen más improvisadas que la anteriores), pero más allá de ahí no tiene prácticamente ningún sentido si no es el observar el descarrilamiento mental que deben haber tenido sus creadores para terminar así. Casi ningún personaje termina siendo simpático, los actores consagrados hacen lo que pueden y los noveles son guapos (algunos al menos), la tensión y la emoción se terminan intentando conseguir a base de cargarse personajes principales o, directamente, de matanzas por malos malísimos a los que no se han cargado antes para que puedan hacer eso, supongo... Mira, mira, qué desastre termina siendo todo. Eso sí, si no te lo tomas en serio, hasta te puedes reír un rato.

martes, 21 de febrero de 2023

Amsterdam

Amsterdam (David O. Russell , 2022)


Por más que no la conozco entera, y por más que me gustara Three Kings, no encuentro en la filmografía de David O. Russell razones para que los estudios le confíen tanto, la verdad. Pero me alegro mucho por él. Una vez visto este pastiche, no tanto por nosotros.

Amsterdam nos presenta la historia de dos veteranos en la Gran Guerra, un médico tullido que, repudiado por la familia rica de su esposa, dedica su desquiciado tiempo a intentar resolver las secuelas de otras pobres víctimas de las luchas de poder, y su mejor amigo, negro en un Nueva York no muy amigable para los de su raza, que son contactados con la hija de uno de sus oficiales durante la Guerra, el único que los trató como personas, fallecido en extrañas circunstancias de camino a USA. Esa misma hija será asesinada, y ellos culpados de ello, al inicio de la investigación que realizan para saber el motivo de la muerte de su querido superior, y que los conducirá a un antiguo amor y amiga de la postguerra que pasaron en el Amsterdam del título, y a una conspiración para introducir el nazismo en los Estados Unidos, aprovechándose de la posición propagandística, y sólo propagandística, de esos presuntos héroes de guerra.

Con todo ello se habla de racismo, de lo hipócrita de la cultura de "los veteranos" (venerados mediáticamente por los sectores conservadores, ninguneados políticamente y desechados socialmente), la salud mental, la deficiente asistencia sanitaria, la corrupción, el poder y la influencia que tuvo el ideario hitleriano en una parte importante de la alta sociedad americana (y en todas las europeas en realidad), que se ha ido trasladando hasta nuestros días.

¿Y qué hay de malo, entonces? Dirán. Pues el cómo, en realidad. El guión hila finísimo, pero de la forma más enrevesada posible sin llegar a resultar realmente complejo, y la dirección termina yendo en tantas direcciones que resulta confusa, ofreciendo cambios casi de género no sólo cada pocos minutos, sino a la vez en la misma escena. Amsterdam son veinte películas a la vez, sin que ninguna de ellas llegue a desarrollarse lo suficiente como para entender qué estamos viendo. Ni siquiera el tramo final, el más coherente en su desarrollo e ingenioso en resolución, el único en que en algún momento logra que la mezcla de géneros funcione, consigue mantener un pulso narrativo suficiente que ayude a que resulte emocionante. Es como si tuviera miedo de lograrlo.

Al final, deja cabos sueltos y sólo los momentos cómicos que incluyen al protagonista funcionan realmente, quizá porque Christian Bale está tan pasado de rosca que parece convertirse en una parodia involuntaria de su propio personaje. Y queda la sensación de que si no hubiesen querido ser tan ingeniosos, tan listos, tan artísticos, podrían haber logrado una estupenda película. Los mimbres estaban.

domingo, 19 de febrero de 2023

The Witcher: El origen de la sangre

The Witcher: Blood Origin (miniserie de TV, Sean Daniel Company/Netflix/Platige Films)


No sé si queriendo emular a los videojuegos o, quizá, las novelas (desconocía completamente la existencia de este personajes y sus mundos hasta el lanzamiento de la primera temporada de la serie), Netflix parece haber decidido exprimir lo más posible al franquiciado televisivo de The Witcher, adaptando todo lo que pueda ser adaptado al formato televisivo/cinematográfico, comenzando por la leyenda que cuenta el origen del primer brujo, mil doscientos años antes del inicio de la historia principal. 

Una leyenda que, desgraciadamente, no consigue tener mayor interés que el de un cuentito que se podría haber resuelto en la mitad de tiempo, previsible, falto de ritmo, con un CGI sólo medio decente, y que, como le pasa a la segunda temporada de su serie máter, pierde mucho con la estructura lineal una vez resueltos los posibles enigmas de la historia, casi inexistentes ya a estas alturas, incluso siendo una historia completamente diferente. 

La han puesto verde en todas partes, por lo que veo. Y, sin ser terrible, en general estoy de acuerdo con todos ellos. Michelle Yeoh está estupenda, eso sí.

sábado, 18 de febrero de 2023

Good Omens

Good Omens (serie de TV, BBC Studios/Amazon Studios/Narrativia/The Blank Corporation/Salt River Studios/Bang Post Production)
 

 
Hace sólo un par de meses se anunciaba una segunda temporada de una serie que había olvidado que tenía que ver, gracias a lo cual la recordé, y hoy estoy aquí hablando de ella. Lo que es injustísimo porque se merecería un par de entradas por capítulo, soy consciente.
De la mente de Neil Gaiman y Terry Pratchett llegó un libro, que actualmente parece ser bastante difícil conseguir, llamado Buenos presagios, donde se contaba la historia de dos ángeles, uno celestial (Azirafel) y otro demoniaco (Crowley), encargados de acompañar a la humanidad, tras la expulsión de Adán y Eva del paraíso, para nivelar la lucha entre el bien y el mal. 
Lo consiguen gracias a un acuerdo no oficial entre ellos, que, confiando en capacidad de la humanidad para lo mejor y lo peor, no sólo les había permitido a lo largo de la toda la historia de la humanidad trabajar lo mínimo cumpliendo sus objetivos (y evitando que ningún "alto ejecutivo" del cielo o el infierno se preocupasen mucho de ellos), sino disfrutar de la vida humana sin consecuencias. Pues lo que vienen siendo un par de trabajadores sensatos, básicamente.
Tras miles de años, las historia que nos van a contar comienza, ante todo, con el "nacimiento" del anticristo, cuya venida final es encargada a un Crowley no muy consciente de sus consecuencias, que con una fe ciega en si mismo y su capacidad de manejo, delegado a un grupo de monjas satánicas, ignora el azar y consigue que el anticristo termine perdiéndose de la poderosa familia a la que tenía que haber llegado (un embajador estadounidense y su petulante esposa) y acabe viviendo en la campiña inglesa acompañado del cerbero que, para complacer a su amo, termina siendo un perrito faldero adorable, tirando al traste una planificación de millones de años.
Aún así, como pasa en todas las empresas, donde nadie comprueba nada, y Azirafel y Crowley siguen creyéndose capaces de mantener su situación, inconscientes de las consecuencias de sus actos, el fin del mundo sigue su curso y, llegado el momento, los Cuatro Jinetes del Apocalipsis aparecen para acompañar a su amo a un Armaggedon que nadie en el cielo quiere evitar porque, al final, lo de menos es el bien o el mal, y lo importante es demostrar quién mea más lejos. 
Nuestros ángeles, amigos y residentes en Londres, tendrán que intentar impedir el fin de un mundo al que aprecian y en el que están muy a gusto, ayudados sin querer por el anticristo y sus colegas púberes en bicicleta. Para eso mismo también viene a UK la última descendiente de la última bruja quemada en la hoguera, cuyos presagios no sólo sirven de hilo narrativo de toda la serie, sino que le permiten a su descendiente hasta saber qué comer en cada momento, por más que ella, una vez instalada, parezca más interesada en placeres terrenales con el último aprendiz del último cazador de brujas.
Me imagino que, como en Sandman, el que Gaiman esté en la producción ayuda a que se vean claras las intenciones y, supongo, a que al guión no se le vea un defecto de primeras y visualmente sea también maravillosa.  Tiene un sentido del humor muy pratchettco, es una comedia perfectamente facturada, como todo lo que hace la BBC, con seis capítulos divertidísimos en los que, como en el resto de obras de sus autores, se cuestiona lo establecido como importante, haciendo muchísima risa con las motivaciones, actitudes, comportamientos y justificaciones de lo normalizado, y apostando claramente por los inadaptados, los que se saltan las reglas y los que se preocupan por disfrutar sus vidas, porque para ellos a lo mejor no es el reino de los cielos, pero si no nos terminamos de cargar el plantea, lo cierto es que aquí se puede estar muy bien. 
 

domingo, 5 de febrero de 2023

Ava

Ava (Tate Taylor, 2020)


Una asesina a sueldo tiene una misión que sale mal, y unos malos muy torpes la buscan para matarla, o algo así. Ava es otra olvidable película de acción y venganza que no tiene sentido, historia, ritmo, intriga ni ningún otro atributo que debiera tener una película de este estilo para poder llegar a ser considerada no ya buena, sino, al menos, entretenida. Tan olvidable que la vi hace meses, y hasta que no he visto que la emiten hoy en La 1 ni me acordaba de ella. No pierdan el tiempo.