jueves, 18 de agosto de 2022

Brooklyn 99

Brooklyn 99 (serie de TV, Universal Television/3 Arts Entertainment/Fremulon)

 

Otra de las alegrías que nos han dado los actores que dejaron SNL comenzó allá por 2013, en la Fox, para terminar siendo cancelada tras la quinta temporada, rescatada por la NBC y finiquitada finalmente con una octava temporada en forma de mid-season que Netflix (distribuidora actual en España) todavía no se ha dignado a estrenar (me imagino que, como con el resto de ficciones de la NBC, el lanzamiento de Peacock habrá influido en algo). 

De todas formas, y teniendo en cuenta que con este tipo de series (ya me pasó con 30 Rock o Parks and Recreation), esas últimas temporadas siempre me dejan con mal sabor de boca, prefiero haber visto sólo hasta la séptima para venir aquí a señalar que, por si algún amante de la comedia aún no la conoce, lleva ya muchos años perdiendo tiempo.

Pensaba antes en lo curioso que resulta que esta serie se estrenara en Fox, entre otras cosas porque es profundamente neoyorkina y eso incluye mucha mezcla racial, religiosa, sexualidades diversas y que todos los hombres blancos heterosexuales sean profundamente cretinos de una forma u otra, quizá por eso aguantaron hasta cierto punto.

Jake Peralta, nuestro protagonista, es un detective de la policía de NY, obsesionado con La Jungla de Cristal y que siente tanta fascinación por todo lo policial que incluso llega a la admiración excesiva por los delincuentes que son capaces de engañarle. Su mejor amigo es uno de sus compañeros, típico pringado al que por fin le hace caso el "popular" de la zona y que vive por y para que su amigo brille. Por la comisaría anda también un teniente que compensa físicamente sus dificultades  en asertividad, una detective de la que anda secretamente enamorado y que tiene problemas con el orden, y otra compañera cuya única forma de encarar la afectividad es mediante la ira. Dos inútiles integrales, ya veteranos, de más que dudosa moral terminan de conformar el elenco inicial. En el primer capítulo nuestros desastritos tendrán que hacer frente a la llegada del nuevo capitán, negro, homosexual y con un apego a la racionalidad y a la norma que desespera a todo el que lo conoce, y su nueva secretaria, antigua amiga de Jake y caradura profesional cuyo trabajo consistirá en hacer todo lo posible por no dar palo al agua y vivir del cuento haciéndose influencer.

Todos ellos tendrán que sacar adelante a la Comisaría 99 de Brooklyn mientras intentan entenderse y seguir con sus vidas, en capítulos conclusos en los que tienen que hacer frente a las más variopintas amenazas, incluyéndose a ellos mismos y sus competiciones. Y todo ello mientras lidian con las rarezas de sus compañeros y la presencia de unos secundarios y situaciones descacharrantes, contados con un un ritmo envidiable y un sentido del humor que no llega a decaer ni siquiera en momentos que se suponen dramáticos.

Cierto es que la marcha de Gina, la secretaria y, posiblemente, el personaje más divertido per se, a final de la quinta temporada (si no recuerdo mal) hizo temer por el futuro de la serie, pero lo cierto es que, por más que el tono se pueda ir sosegando en general, lo que también tiene que ver con el proceso de madurez y cambio por el que han ido pasando nuestros héroes, el dar mayor protagonista a los, otroras, marginados de la comisaria (esos Hitchcock y Scully cuya única preocupación es el hedonismo) compensaron la falta, y el continuar en la misma línea de una maquinaria ya engrasada (incluyendo la repetición de los "asaltos de Halloween", posiblemente mis capítulos preferidos de toda la serie) ha dado continuidad a lo que, sabíamos, llegaría un momento en que tendría que terminar.

Porque Jake y Amy son padres ahora, Rosa se ha descubierto a sí misma, Holt está mejor de lo suyo y Charles por fin va rehaciendo su vida con su hijo adoptado. Porque se hacen mayores, sientan cabeza y no pueden estar jugando a hacerse los delincuentes para ir a la boda de su amigo  el robacoches. Porque el tiempo pasa, y espero que le hayan dado un final digno. Aunque supongo que tardaré todo lo que pueda en verlo.

martes, 16 de agosto de 2022

Stranger Things

Stranger Things (serie de TV, Netflix/21 Laps Entertainment)


A los Duffer Brothers se les ocurre que pueden intentar hacer una serie, aprovechando la nostalgia por los ochenta, de suspense/terror metiendo todas las referencias posibles (desde Los Goonies o Cuenta conmigo a Poltergeist), a Netflix le parece una buena idea y allá por 2016 ya (creía que fue posterior, pero el internet me dice lo contrario) se estrena la primera temporada de la que es actualmente la única serie original de Netflix que parece conseguir una repercusión importante de forma continua.

Niños inadaptados buscando a su amigo perdido, junto con su inadaptadada madre y el inadaptado hijo mayor de esta, descubren un mundo paralelo en el que su amigo está atrapado por unas fuerzas malignas,  y consiguen aparentemente liberarlo con la ayuda de un experimento gubernalmental en forma de niña con superpoderes que ha vivido aislada toda su vida. Todo ello con música de la época, una ambientación donde no falta un calentador y un leve tono de denuncia para hacerlo todo más contemporáneo. 

La primera temporada funcionó a pesar de plantear un desarrollo más reflexivo y menos acelerado que la mayoría de sus semejantes actuales, en parte porque se aseguraba un target muy amplio, desde el actual hasta todos esos cuarentones que todavía no han terminado de superar su adolescencia y no paran de quejarse de que les han "destrozado la infancia" cada vez que se hace un remake de alguno de sus iconos infantiles. Pero también porque, reconozcámoslo, estaba muy bien rodada y escrita, centrándose más en promover la tensión que el susto, y con una optimización de recursos, en ese sentido, muy de agradecer. Señalo esto último porque es importante.

Estaba claro que el filón se tenía que aprovechar y, mcguffin previo, se han seguido rodando temporadas en las que, teóricamente, se acompaña a los personajes en su viaje por la adolescencia, mientras se incorporan nuevas tramas y personajes, y el mundo oscuro y la maldición del pueblo en el que, por más cosas raras que pasen, todos siguen viviendo, sigan haciendo de las suyas, aunque todo sea cada vez más forzado.

La cuarta temporada, teóricamente penúltima, se estrenó en dos partes, vayan ustedes a saber por qué, y sigue siendo tendencia en la plataforma meses después de la publicación de su capítulo final, que debe ser el motivo por el que aún no se han decidido a darle carpetazo por más que, perdónenme que les diga, esta última temporada viene a confirmar que, como serie, hace ya rato que murió de éxito.

Con el tiempo los defectos se han ido aumentando, y por más que la trama general sigue siendo resultona y entretenida, y los que la vemos queremos saber qué les ocurre a los personajes porque les tenemos cariño, nada justifica el continuar rizando un rizo que ya está quemado de tanto rizador, con capítulos larguísimos justificados por tramas secundarias que no aportan nada a la principal, un montón de secuencias de tránsito que podrían haberse ahorrado, conversaciones repetitivas con lo que explicar lo que no hace falta, y una lentitud en el desarrollo que, en momentos, llega a ser desesperante. Se ha terminado de sustituir la construcción del clímax por el efectismo, y por más que, al final, las secuencias de miedo funcionan, todo en medio es tan confuso e innecesario que a más de uno nos ha terminado cansando. Especial mención para sus dos últimos episodios, largometrajes seriados que podrían haberse recortado hasta una duración normal sin que nadie se hubiera perdido absolutamente nada.

La cuarta ya me costó ponerme a verla, porque me temía lo peor. No tengo claro si veré la quinta.

sábado, 13 de agosto de 2022

Ms. Marvel

 Ms. Marvel (serie de TV, Marvel Studios)

No me extenderé mucho, porque no hay mucho en lo que extenderse y, sobre todo, porque al final el Marvel Cinematic Universe ha estado tan presente en el reinicio de este blog que sería repetirse una vez más. Así que al lío.

Tal y como se han hecho con otros personajes bien para homenajear (Loki), iniciar el cierre de sus historias (Wandavision u Ojo de Halcón) o mantener su existencia fuera de los cines (Falcon y El soldado de invierno), Marvel/Disney parece decidida a seguir exprimiendo toda la franquicia comiquera en sus servicios de streaming, por lo que ya desde hace tiempo se venía hablando de lo que sería la puesta de largo de Ms. Marvel, en forma de miniserie (6 capítulos de menos de 45 minutos) que no parece que vaya a tener continuidad en la pequeña pantalla (o al menos, por la escena poscréditos es lo que podemos entender).

Lo bueno de que Kamala Khan ya fuera racializada en los cómics es que nos ha ahorrado a toda la caterva de cromañones justificando su racismo con la cantinela de la "trampa de la diversidad", y, por lo menos, han tenido que rebuscar en el argumentario para disfrazar su xenofobia. Las volteretas con tirabuzón que han tenido que dar algunos para ello han sido francamente divertidas, aunque no tanto como la serie en sí.

Porque Ms. Marvel no deja de ser un divertimento, una serie de aventuras adolescentes, hecha para adolescentes, con fantasía adolescente, números musicales y preocupaciones adolescentes, que no se detienen demasiado en el drama (gracias) y cuya intriga, necesaria, es tan larga y se resuelve tan rápido como el metraje lo permite. 

Acierta en el planteamiento de cuestiones raciales o religiosas, así como integra muy bien con el argumento la historia de las consecuencias del imperialismo occidental (en este caso el británico), aunque falla estrepitosamente en extrapolar esa lectura al  momento actual, incluyendo la rebeldía de la protagonista de querer ser más occidental que su propio amigo blanco (tampoco es que  lo pretenda, ya sabemos que los yanquis no tienen mucha conciencia de lo suyo), con una muy agradecida renuncia a la visión trágica más allá de los acontecimientos puntuales, logrando hacerlo más digerible para su público objetivo.

¿Que a un Manolo cuarentón no le ha gustado? Pues no pasa nada, no es para él. Ahora, este cuarentón se lo ha pasado como un chiquillo.

viernes, 12 de agosto de 2022

(Des)encanto

 Disenchantment (serie de TV, The ULULU Company, Netflix, The Curiosity Company).


Hace ya unos años que llegó a la parilla netflixneana la última creación de Matt Groening, al que mucho dábamos ya por perdido después de la deriva de los Simpson, para, gracias a su primera temporada, hacernos creer que una nueva Futurama era posible, y, posteriormente, hacernos añicos el corazón. Pero vayamos en orden.

Estrenada en 2018 con una primera parte de una primera temporada (no entiendo este tipo de clasificaciones) cuya segunda parte, como si fuera una segunda temporada corriente, llegó justo un año después, (Des)encanto parte de la misma base que las otras creaciones famosas de Groening, una especie de relectura llevada al límite de, en este caso, los cuentos de hadas. Nuestra heroína es una princesa que se viste con pantalones, le gusta matar gente, bebe como un cosaco y tiene una vida sexual disoluta, y a la que acompañan un elfo desterrado, enamorado de ella, torpe y, en general, bastante insoportable, y un demonio personal que poco tiene que hacer para encargarse que de vaya por el mal camino. Su padre, el Rey, no deja de ser un cretino integral al que no le importa nadie más que él mismo, y al que todo su reino odia, y su madrastra y su hermanastro son dos salamandras antropomorfizadas (literalmente) a los que todo les aburre y su padre tiende a torturar. La princesa se llama Bean (efectivamente, judía o habichuela, como ustedes prefieran) y durante esa primera temporada luchará por no ser una princesa de cuento y poder desarrollar su propia vida. 

Los cortesanos son intrigantes, las criaturas mágicas son depravadas, los príncipes son machos tóxicos que se merecen que se los abofetee hasta el día del juicio final por la tarde y, en resumen, todo pinta muy bien para hacer un traslado de un panorama ideológico más actual a un mundo de fantasía poblado de estereotipos, en forma de revisión cómica de los mismos. 

Es cierto que el que la trama fuera lineal, más que en capítulos cerrados, no terminaba de convencerme mucho y que se echaba de menos un poco más de desate, pero a grandes rasgos, su primera temporada (o primera parte) no sólo no estuvo mal, sino que tuvo capítulos más que decentes y divertidos.

El problema vino después. Porque, en lugar de aprovechar el material para continuar el camino de la forma más natural posible (primero presentas y luego desarrollas dando rienda suelta a lo que se vaya ocurriendo), la segunda temporada (o segunda parte, yo ya no sé) pasó directamente a la autocomplacencia, continuando una historia que, seamos sinceros, no tiene ningún interés, y limitando lo cómico a ocurrencias puntuales respecto a los tipos iniciales. Por así decirlo, pasamos de los primeros capítulos de Futurama a la temporada 15 de Los Simpson (por decir un número, hace ya muchos años que perdí todo el interés por ella). 

La tercera no mejora demasiado, pero la cuarta directamente me ha parecido aburridísima. De hecho, no tengo muy claro por qué no la he dejado de ver, igual que no tengo claro por qué siguen dándole cancha a esta y cancelan BoJack Horseman, por ejemplo (temas sindicales aparte). Luego que si pierden dinero...

miércoles, 10 de agosto de 2022

Space Force

 Space Force (serie de TV, 3 Arts Entertainment, Netflix)


Me ha dado ahora por seguir viendo o, en el caso que nos ocupa hoy, terminar de ver series que había comenzado, así que durante un tiempo este blog será especialmente televisivo. Porque me estoy dando un atracón.

Empezaremos hoy con esta Space Force, creación de Steve Carrel y Greg Daniels para Netflix, que estrenó, con mucho ruido, allá en lo peorcito de la pandemia, y que supuso un cierto respiro al ambiente pesimista que estábamos viviendo.

El general Naird, junto con su hija adolescente y sin su mujer, recientemente encarcelada, es el elegido, a modo de destierro y a pesar de la oposición de sus iguales, para dirigir la creación de la que será la sexta rama de las Fuerzas Armadas de los EEUU, una suerte de ejército espacial con la que competir con el resto de países por las posibles conquistas allende nuestro planeta, incluyendo los recursos ante la previsible escasez en La Tierra. Para ello se incorpora a un equipo ya preformado de científicos de distinto calaje, tendrá que formar astronautas con las más variopintas profesiones y calañas, y lidiar, aparte de con todos ellos, con un asesor en redes al que llega a despedir en varias ocasiones y una familia siempre al borde de hacerse pedazos. Un conflicto final en La Luna lleva a casi una guerra con China, promovida por los deseos de uno de sus rivales de quedarse con el control de la nueva Fuerza, lo que tiene que solucionar a la vez que la escapada de su hija, demasiado centrada en su crisis vital para medir las consecuencias de sus actos, y la de su mujer y su amante/carcelera de prisión. 

Finalizaba así una primera temporada donde se dibujaban unos personajes y dinámicas que prometían dar mucho de sí, pero que por más que llegara en un momento en que necesitábamos relajar tensiones y el tono fuera de lo más amable, no terminaba de desatarse para lograr lo pleno cómico, aunque prometía.

La segunda temporada, que parece que costó que viera la luz debido a su alto presupuesto y al rendimiento no del todo satisfactorio de la primera, nacía con recortes (sólo 7 capítulos respecto a los diez de la anterior) y terminaba de enterrar una serie que nunca llegó a encontrar el ritmo, y a la que ni un John Malkovich en estado de gracia ni múltiples secundarios de lujo pudieron salvar. El mcguffin final, que no desvelaré, no deja de ser una metáfora perfecta de lo que le pasaría a la serie apenas dos meses después de su estreno. Quizá por ello tampoco es que Netflix se esforzara mucho en que la viéramos.

Demasiado centrada en las repercusiones afectivas de la vida del protagonista, la serie mejora mucho cuando se aleja del drama, pero desaprovecha mucho de lo bueno que tiene (incluyendo las referencias a The Office o Parks and Recreation y, sobre todo, a Lisa Kudrow) y por más que ofrece lecturas divertidas respecto a lo confrontación de lo civil con lo militar, las luchas de poder o la utilización de la diversidad (y su publicidad institucional), se queda a medio gas y no termina de convencer. No es mala, se deja ver bien, pero hay demasiados momentos en los que aburre para los mimbres que gasta. Una lástima.

lunes, 8 de agosto de 2022

La protegida

 The protégé (Martin Campbell, 2021)


Hay domingos por la tarde en los que uno tiene que pasar el rato con la familia, y a alguien se le ocurre buscar alguna película que contente a todos, para, no encontrándola, terminar en algún tipo de solución de compromiso y, finalmente, acabar viendo esto.

Samuel L. Jackson llega al escenario de un crimen, pistola en mano, donde descubre que un infante asiático escondido dentro de un armario ha sido el causante de todo ello. Pasamos a un escenario treinta años después en Rumanía (o Bulgaria, ya no me acuerdo), donde unos señores tienen que proteger a alguien que ha sido secuestrado y por el que piden un rescate. A cobrarlo va una chica de apariencia desvalida, a la que conducen al padre del secuestrado, mafioso del país en concreto, que la amenaza para, instante seguido, que ella descubra su condición de asesina a sueldo y lo termine matando. A él y a todos los guardaespaldas que encuentra en su camino de vuelta. Cuando sale a coger el coche, algún tipo de francotirador se encarga del resto, para descubrirse finalmente que la asesina es ese pequeño infante, protegida por el asesino original, que tiene una tos tan fea que ya hace sospechar que bien no va a terminar. Tienen alguna conversación intrascendente acerca de cobrar el dinero del encargo y de no haber robado el del rescate, sueltan al secuestrado en medio de un bosque y huyen hacia Londres, donde ella regenta una librería de antigüedades y él vive en la casa de los X-Men. Michael Keaton aparece por la librería en forma de hombre misterioso, justo cuando ellos han empezado a investigar el paradero de un chico a cuyo padre él asesinó cuarenta años antes, y a partir de ahí, matan a su protector (y su ama de llaves), a sus informadores de ella, y lo intentan con ella, que escapa porque si no, terminamos la película. Se va a Vietnam para encontrar al que ordenó sus asesinatos y vengar la muerte de su mentor, y pasan otras muchas cosas sin mucho sentido y en el que hay un par de sorpresas que a poco que se hayan visto unas cuantas películas de acción de las últimas décadas, no sorprenden en absoluto. Hasta que llega una parte final innecesaria a más no poder, en el que (flashbacks mediante, no vaya a ser que no metamos unos cuantos) se dan ciertas pinceladas de la historia de su infancia previa a su protectorado, no entiendo si a modo de justificación de sus pocos escrúpulos. Una escena final igual de absurda que el resto del metraje termina todo sin que se vea demasiado, para hacer un poco más intrigante lo que no lo ha sido en ningún momento.

No es que Martin Campbell vaya a pasar a la historia por alguna de sus películas anteriores, pero alguna que otra que he visto tiene algo de ritmo, lo que en comparación a esta, ya es algo. Parece un intento estético de emular el cine de acción asiático, sin ningún tipo de justificación para lo pausado, con mucha menos potencia en la acción y ninguna alma. 

Si pasan delante de ella en alguna plataforma, ignorenla. Hay muchas mejores formas de echar la tarde.