The good place (Michael Schur, 2016-2019)
Si bien mi tiempo de series se lo sigo dedicando en estos momentos a mis chicos preferidos de Philly, no quería dejar de dedicarle unas palabras a la serie que, posiblemente, más me alegró el confinamiento, porque hasta entonces no hice caso de los que la recomendaban, no fuera a ser que si aceptaba el criterio de la gente que sigo en twitter me diera un ictus.
Intentaré ser breve, aunque no prometo nada.
Reconozco que a esta serie le guardo más cariño de lo que, quizá, debería. Todo gracias a un estilo optimista, paradójico en la mayoría de ocasiones, y a una primera temporada que es para poner de ejemplo de comedia televisiva.
La historia inicial no es más que un aparente fallo en el procesamiento de información del “más allá”, de tal forma que Eleanor, una sinvergüenza declarada, termina siendo asignada al “Sitio bueno”, una especie de cielo donde hasta se te llega a asignar una pareja de oficio, teóricamente, la ideal para ti. Ese error, no detectado, pero que Eleanor aprovecha bajo la amenaza de ser trasladada al “Sitio malo”, provoca una serie de desastres que intentará compensar, sin demasiado éxito aparente.
Y hasta ahí voy a contar, porque como ya he dicho, la primera temporada, cuya resolución es memorable, entre otras cosas, por la lectura que hace respecto a la hipocresía,las buenas intenciones y hasta las últimas tendencias en decoración, debería ser obligatoria y no la quiero espolear demasiado.
El problema pasa por la continuación de la historia, complicada a partir de ahí, pero que por más intentos, más personajes memorables, más ocurrencias divertidas… se termina estancando y repitiendo más de la cuenta hasta que, en su cuarta y última temporada, y partiendo precisamente de una historia que repetirá lo acontecido en la primera, vuelve a retomar el nivel para conseguir un cierre casi redondo. Quizá se deba en parte a Maya Rudolph, que ya sabemos que sube el nivel de todo en lo que aparece, pero tras una cierta decepción en su periodo medio, me terminó dejando mucho mejor sabor de boca de lo que esperaba. Y un cierto rayo de esperanza en una época muy dura para todos.
Los extraño mucho a todos, especialmente a Janet.
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