martes, 1 de noviembre de 2022

No mires arriba

Don’t look up (Adam McKay, 2021)



Unos científicos de una universidad no muy importante descubren que un meteorito chocará con La Tierra provocando, al menos, la extinción de toda la vida y se pasan dos horas y media de película intentando que las autoridades norteamericanas, en primera instancia, y ya posteriormente la gente en general, se comporten como adultos funcionales sin conseguirlo. Y eso sería el resumen más sensato, pienso, de lo que cuenta esta cinta, porque si entramos en detalle lo mismo no terminamos hoy. 
Don’t look up es una comedia porque sus productores han decidido que sea así, porque la mayor parte del tiempo se mueve entre el terror existencial y el falso documental, casi, por más que no parezca pretender ni lo uno ni lo otro. 
Y es que el recorrido que hacen nuestros científicos en su demanda de que “hagan algo” para evitar el fin de un mundo que está más preocupado por no querer saber nada de su propia futilidad, dándose más importancia al provecho que se le pueda sacar al acontecimiento, a nivel publicitario, económico, mediático…, poniendo en riesgo la humanidad por intereses de grandes gurús, y siendo ellos mismos seducidos y utilizados por el poder para justificar sus atrocidades, se parece demasiado a cosas que vemos en los periódicos habitualmente.
Incluso la conversión de hechos objetivos en cuestiones de fe con las que desacreditar al que cuenta tu incompetencia, seguidos por una multitud de gente que creen ser especiales y más listos que el resto, negando la realidad y afirmando como reales sus teorías conspiratorias, hasta que ya es demasiado tarde para ellos. Porque los que los han usado van a estar bien protegidos de todo.
Hay momentos que me han desconcertado, funciona muy bien cuando se acerca a lo paródico, y flojea más en los momentos dramáticos. Las esperas, el timo del general, la caricatura de Trump/Palin y de Jobs,  o el confiar el futuro de la humanidad a una serie de vejestorios riquísimos, pero sin capacidad de procrear, son los mejores chistes de una cinta que, no obstante, se cree demasiado lista, y pierde más metraje del necesario en explicar cosas que no necesitan explicación.
Los actores están todos monumentales, eso sí.

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