domingo, 2 de octubre de 2022

Salvar al Rey

 Salvar al Rey (serie de TV, Campanilla Films/Producciones Mandarina/HBO España)


La premisa es buena, el resultado no tanto. Salvar al Rey es una mini-documéntales-serie de apenas tres capítulos donde se hace un recorrido por el reinado de Juan Carlos I y lo que todos los poderes de este país se han esforzado en ocultar de sus miserias, todo, supuestamente, por el bien de Ejpaña.

Mirándolo con cierta perspectiva, lo que nos presentan viene a ser un heredero de una monarquía rancia, cuya decadencia a lo largo de los últimos dos siglos no ha impedido nunca que se crean por encima del bien y del mal, que es elegido por un dictador que también se creía elegido por designio divino y cuya dictadura,  como todas, se sostenía en una red clientelar corrupta, que el nuevo monarca adopta como fórmula de obtener una riqueza a la que cree tener derecho. Un privilegiado legalmente que incumple sus deberes a su antojo, conocedor de ese privilegio, más preocupado por su propia líbido y de sacar tajada que de las obligaciones que le dan derecho a su estatus, y al que no le pasa nada antes porque todos se preocupaban de que no se notara, cuando no nos lo vendían como el salvador del país.

Por tanto, lo que nos cuentan no es nada nuevo para el que haya visto con cierta frecuencia un informativo, por más que haya muchos rasgándose las vestiduras por haberse dado cuenta ahora de que vivimos en un país de pandereta. Se aportan algunos datos, muchas anécdotas sin mayor importancia, y se ignora o se pasa por alto temas importantes y más graves que un par de amenazas (ni nombran el caso de Sandra Mozarowky, la implicación en el 23F se presupone por una conversación, pero se habla de ello de pasada y no se aporta ni un solo dato…), y ese es uno de los problemas del documental, que lo único que hace es medio ordenar lo que ya se sabía sin que salpique demasiado, no vaya a ser.

La estructura es desordenada, se centra demasiado en los casos conocidos (Bárbara Rey y Corina son casi más protagonistas que el propio rey) y el tono es chapucero, por más ambiente lúgubre que presenten. El retrato se queda a medias y parece más orientado a vanagloriar a los que se intentaron poner puertas al campo intentando, realmente, salvar al propio rey de sí mismo, y salvar a los que consiguieron que abdicara, especialmente a su hijo, realizando ellos mismo el salvamento que se critica del emérito.

No deja de ser interesante, no sé si me habré expresado bien, pero parece que tienen miedo a profundizar, cosa que hace sospechar todo lo que habrá debajo. A medias me quedo. Veremos si algún día alguien se atreve.

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