Hay ocasiones en los que la cinematografía de las mayors americanas da agradables sorpresas, no es habitual, pero las hay. Una de las últimas que vi, hace ya bastantes años, fue esta cinta de la que nos ocupamos hoy.
Tres reyes se disfraza de película de entretenimiento, y lo es, pero a la vez contiene un profundo mensaje antibelicista y contrario a la política invasiva norteamericana en un tono tan agresivo y contundente que llama la atención que venga de donde viene.
La búsqueda de las reservas de oro kuwaitíes por parte de unos soldados americanos al terminar la guerra del Golfo, si bien contada con un tono cafre muy a propósito de la historia que trata, es usada para mostrarnos las falacias del amigo americano y su interesada "ayuda" en todo lo que hace.
Apoyada por unos actores divertidísimos (incluso el normalmente hierático Wahlberg) que consiguen dar un tono realista a la chirriante trama y mostrar el cambio que se produce en sus personajes a medida que van descubriendo las tropelías cometidas por sus mismas acciones, O'Russell construye una película que hará pasar un buen rato a quien quiera, además de enseñar que se puede hacer crítica inteligente en una cinta realizada para conseguir dinero.
El estilo videoclipero lastra un poco el resultado final, pero no deja de ser una gota preciosa en ese gran mar blockbusteriano que tantos dolores de cabeza (y tantas oportunidades de escribir los jueves) han causado al escritor de este blog.
Tres reyes se disfraza de película de entretenimiento, y lo es, pero a la vez contiene un profundo mensaje antibelicista y contrario a la política invasiva norteamericana en un tono tan agresivo y contundente que llama la atención que venga de donde viene.
La búsqueda de las reservas de oro kuwaitíes por parte de unos soldados americanos al terminar la guerra del Golfo, si bien contada con un tono cafre muy a propósito de la historia que trata, es usada para mostrarnos las falacias del amigo americano y su interesada "ayuda" en todo lo que hace.
Apoyada por unos actores divertidísimos (incluso el normalmente hierático Wahlberg) que consiguen dar un tono realista a la chirriante trama y mostrar el cambio que se produce en sus personajes a medida que van descubriendo las tropelías cometidas por sus mismas acciones, O'Russell construye una película que hará pasar un buen rato a quien quiera, además de enseñar que se puede hacer crítica inteligente en una cinta realizada para conseguir dinero.
El estilo videoclipero lastra un poco el resultado final, pero no deja de ser una gota preciosa en ese gran mar blockbusteriano que tantos dolores de cabeza (y tantas oportunidades de escribir los jueves) han causado al escritor de este blog.
1 comentario:
Vaya, en esta ocasión no hemos coincidido... Es más yo hubiera escrito un Destrozando a... Tres Reyes... Una peli que no me gustó nada, tonta, sin gracias...
Y en tu siguiente entrada hubiera escrito sobre Sin noticias de Dios... sin Destrozando a... Me gustó, pero te lo cuento en su post correspondiente. Saludos!
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