viernes, 24 de febrero de 2023

Top Gun: Maverick

Top Gun: Maverick (Joseph Kosinski, 2022)

 


Quién me iba a decir a mi que iba a estar yo hablando de la continuación del, probablemente, blockbuster más repulsivo que recuerdo haber visto en mi adolescencia. Pues aquí estamos. Pero no sólo eso, sino que pretendo hasta hablar bien. La vejez no me está sentando, creo. O a lo mejor sí.

La secuela de Top Gun, veinticinco años después y sin Tony Scott, descanse en paz él y casi toda su filmografía, comienza con la misma premisa de la película anterior, que es que Maverick (Tom Cruise) es el mejor, aunque ya esté viejo de narices, y el problema son los que no lo dejan hacer todo lo guay que él puede hacer, no esa megalomanía que lo lleva a no saber cuándo parar. Como en el fondo es imbécil, la caga, y termina siendo "degradado" a dar clases en la misma academia en la que ya se cargó a su compañero por ir de chulo, y donde no sólo se enfrenta a ese recuerdo, sino a su propio fracaso en la vida sobrecompensado por sus habilidades al mando de los "cazas".

No evitamos los planos de señores sudorosos semidesnudos jugando a deportes físicos, los atardeceres en el desierto, las banderitas... Pero el mensaje es diferente, casi a modo de sopapo continuo a los adalides del "individualismo". Cruise parece estar en vías de maduración, adopta una posición casi de padre con los cadetes a los que tiene que entrenar para otra misión imposible, termina enrollándose con una mujer de su edad (qué guapa es Jennifer Connelly) aunque ambos actúan como adolescentes, y fomenta el espíritu de grupo que en la película original se despreciaba sistemáticamente. 

La historia de amor, de amantes que se reencuentran y comienzan a comportarse como niñatos, es creíble y está bien integrada en la trama (y en el viaje de Maverick hacia su madurez), las instituciones siguen saliendo malparadas, aunque en este caso más por desconfianza lícita que por puro capricho, los conflictos entre compañeros y con su superior parecen tener sentido y estar también bien manejados en el guión, los compañeros se alegran por los logros ajenos,  y toda la epopeya final, la misión que lo genera todo y el rescate posterior (donde hasta el más "individual" de todos los pilotos termina jugándose la vida para ayudar a sus compañeros) es trepidante y emocionantísimo.

No deja de ser un blockbuster, no va a cambiar nada en la historia de la cinematografía, pero qué bien ver una película bien hecha. Y qué bien que te sorprenda tanto algo de lo que esperabas tan poco.

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