viernes, 27 de marzo de 2009

El acorazado Potemkin

El acorazado Potemkin (Sergei Eisenstein, 1925)


Enfrentarnos a Bronenósets Potyomkin es enfrentarse al mito de estar ante una de las mayores películas de todos los tiempos, enfrentarnos a un mensaje quizá no totalmente fidedigno y que ignora por completo la realidad final del destino del acorazado y sus tripulantes tras su sublevación en 1905, enfrentarnos al hecho de que Eisenstein realiza una película que tenía el fin último de vanagloriarse de la victoria bolchevique y la destrucción del zarismo, de que la misma maquinaria rusa, esa dirigida ya por Stalin y que sería durante años artífice de uno de los reinados de terror más espantosos de todos los tiempos, era la que financiaba el proyecto. Y aún así, sigue siendo una obra maestra incontestatable.


En apenas hora y veinte minutos Eisenstein desarrolla la historia de ese acorazado cuyos marineros se sublevan ante la obligación de comer carne que tenía gusanos. Algo tan simple como la falta de humanidad por parte de unos oficiales aparece como el desencadenante de la tragedia que acabará con uno de los marineros muertos, y cuyo cadáver será el detonante que llevará al pueblo de Odessa a la rebelión que acabará con la masacre de las escalinatas y la huida del Potemkin como un héroe. Que la historia no fuera exactamente así no importa. Porque aquí hablamos de cine, y a ese respecto, el film es impresionante, tanto en sus imágenes como en su discurso.


Violenta y desgarradora, prácticamente todos los planos de la película son obras de arte por separado, y en conjunto componen una narración sobrecogedora acerca del poder y sus maniobras para autoperpetuarse aún con un pueblo entero en contra que busca la libertad. Mucho se ha hablado acerca de los simbolismos y de la metalingüística, y no voy a ser yo quien quiera decir mucho más porque, a pesar de mi prolijidad habitual, con esta película me quedo sin palabras. No encuentro las justas para describir una de las experiencias cinematográficas más emocionantes de mi vida.

5 comentarios:

dvd dijo...

Yo procuro verla (ésta y otras) cada año, pero me pasa como a ti, y hablar un día sobre ella se me va a hacer muy complicado, porque es de una rotundidad prácticamente incontestable.
Otra de las diez o doce que están en la cumbre, en lo alto del todo.

Champy dijo...

Vengo de con Justo intirgado por el título de mi entrada.... mis amigos saben de mi fascinación por esta obra.
es gustoso saber de tu empatía con otros seres, en verdad gracias, yo la veo al menos cada 3 meses por muchas razones, y coincido con ustedes, nunca consigo el valor suficiente para atreverme a subir mis pensamientos sobre ella...

2046 gracias.

Justo dijo...

Pues eso, lo único que cabe objetar es que es tan incontestable que no se sabe bien qué decir.. bueno, yo voy a decir lo que Champy hubiera tb dicho, y es que como estoy un poco salido esta noche (ver comentario de arriba) hay que decir que en la primera parte de la película los marineros rusos están para mojar pan.

Vivian dijo...

Suscribo las loas a la película, las de tu magnífica reseña y las de los comentaristas, y aprovecho para hacerte una recomendación, si no las vistes, las dos películas sobre Ivan El Terrible, sencillamente fascinantes.

Un saludo

Groupiedej dijo...

Estamos todos de acuerdo, así que sólo una apreciación para Justo: a mi tampoco me hubiera importado conocer a los marineros aquellos...