Basada en un cómic de Frank Miller acerca de la batalla de las Termópilas (cómic que tengo en algún sitio pero al que, salvo alguna ojeada, no he prestado mayor atención todavía), 300 es, ahora sí, un cómic llevado a la gran pantalla como en el mismo cómic. Violencia, sexo, y una estética fantasmagórica y bastante siniestra es lo que nos ofrece. Evidentemente, el resultado es espléndido. Pero hay que saber lo que se va a ver.
sábado, 29 de marzo de 2008
300
Basada en un cómic de Frank Miller acerca de la batalla de las Termópilas (cómic que tengo en algún sitio pero al que, salvo alguna ojeada, no he prestado mayor atención todavía), 300 es, ahora sí, un cómic llevado a la gran pantalla como en el mismo cómic. Violencia, sexo, y una estética fantasmagórica y bastante siniestra es lo que nos ofrece. Evidentemente, el resultado es espléndido. Pero hay que saber lo que se va a ver.
Hedwig and the angry inch
Sin embargo esta Hedwig and the angry inch es una película magnífica. Narra la historia de Hansel, un muchacho nacido en Berlín oriental el año de construcción del muro de Berlín, obsesionado por el rock de habla inglesa, y que, tras someterse a una operación de cambio de sexo (ahora llamada reasignación sexual para que las mentes bien pensantes no se irriten) que no termina de salir bien (y que le deja esa pulgada cabreada que luego dará nombre a su grupo), para poder casarse con un militar estadounidense y salir del país, correrá mil y una peripecias, todas desastrosas, para qué engañarnos, en búsqueda del éxito y el amor.
Magníficamente rodada, por más que tenga un cierto humor, no deja de ser una dramática historia de amor protagonizada por su director, en el papel de la supuesta pérfida Hedwig, un pobre resentido con uno de sus amantes (el que él entiende que es su amor) que le robó el corazón y sus canciones, y al que perseguirá con su grupo, esos The angry inch, tocando al lado de los estadios donde triunfa el otro.
Extraña, deslabazada y llena de mensajes oníricos, Hedwig and the angry inch es una de esas joyitas dignas de verse en esas salas de arte y ensayo que no se si quedan por la geografía patria. Y de la banda sonora, mejor no hablar. Es puro arte.
jueves, 27 de marzo de 2008
Mars attacks!
Tras múltiples problemas de financiación, Burton rodó a finales de los 90 un divertimento divertidísimo, en forma de oda antipatriótica, llena de humor visual e impregnado del cine de alienígenas de serie B. Pero con mucho más presupuesto.
Un reparto plagado de estrellas, comenzando por Jack Nicholson interpretando a un bobo presidente de los E.E.U.U. y a un hortera empresario de Las Vegas, siguiendo por la magnífica Glenn Close en su papel de insufrible primera dama, y que cuenta con una de las muertes más divertidas de la historia del cine, y tantos otros. Annette Bening está soberbia, la escena de los marcianos bailando el It's not unusual como coro de Tom Jones es espléndida, el cómo los extraterrestres se cargan todos los monumentos significativos del planeta por pura diversión (la escena de los bolos con las caras de la Isla de Pascua es magnífica), mientras los científicos intentan convencerse de que son una cultura superior, el patriotismo de los padres de Lukas Haas mientras van a ser atacados por los alienígenas ("no se llevaran la tele")...
Tim Burton organiza un circo donde se ríe de todos los organismos de "inteligencia" humanos, y de todo el patriotismo americano en general. Dura lo justo para que no terminemos de sorprendernos y no nos aburramos, y al final los que salvan el mundo son una vieja demenciada, su nieto repartidor de donuts, un cantante galés, y una serie de frikis de Las Vegas. Evidentemente en yankilandia fue un fiasco. Sólo terminan de darle la razón.
domingo, 23 de marzo de 2008
Canciones para una orquesta química
Cada tres discos, Los Planetas sacan un recopilatorio de los singles editados, supongo que para que veamos lo buenos que son, y supongo que porque con las canciones que publicitan en los singles sólo se quedarían un tanto cortos.
Pues bien, en este disco tenemos los publicados durante su primera etapa en los tres primeros discos (Super8, Pop y Una semana en el motor de un autobús), pero además nos regalan el Medusa E.P., como dije antes, lo primero que se editó de ellos, y dos singles nuevos. En realidad uno no es nuevo, es una especie de extra del Super8 (de hecho yo compré una edición que traía ambos) llamado Nuevas Sensaciones. Y, para que nos compráramos el disco, sacaron un E.P. original, incluido como última parte del CD 2 de este recopilatorio, llamado ¡Dios existe! (El rollo mesiánico de Los Planetas), que incluye ese gran tema llamado Prueba esto, que fue single en su momento, y en cuyo video no paraban de meterse y ofrecer "pastis".
Y se acabó el carbón. Podríamos hablar también de la estética de los discos, de cómo los singles la mantienten, de los grafismos, de los títulos de las canciones (en muchos casos incluso mejores que las canciones mismas)... pero ya he dicho que esto no es un blog monográfico. Para eso, lo mismo un día me lío la manta a la cabeza y hago uno.
Singles 1993-2004
Encuentros con entidades
Medusa
jueves, 20 de marzo de 2008
Contra la ley de la gravedad
Este disco es, quizá, el más comercial (si es que alguno lo fue) de toda su carrera. La primera semana en la calle fue líder de ventas. Y además es imposible fue su primer single, de una belleza admirable. No ardieras, es, al estilo de Pesadilla en el parque de atracciones (ya hablaré de Encuentros con entidades), una canción de desamor y de venganza. Y el resto tienen que ver con lo mismo. Devuélveme la pasta, Canción del fin del mundo o Sale el sol son canciones modélicas, pero un poco más suaves de lo que es habitual en el grupo. Quizá es que como iban a disolverse, quisieron que todo el mundo se diera cuenta de lo que perdían. O quizá no. A mi, de todas formas, me sigue gustando mucho.
Pop
miércoles, 19 de marzo de 2008
Una semana en el motor de un autobús.
Cada disco de este grupo tiene personalidad propia. Mientras los dos primeros tienen un tono más rockero, por decir algo, este tercero deriva casi en lo orquestal. Las letras son exactamente igual de magníficas que siempre, y hablan de lo mismo de siempre, de sus vidas y sus sentimientos. Pero las orquestaciones, con un tono mucho más melódico que de costumbre, son a la vez mucho más potentes que en el resto de sus discos. Casi operísticas, si uno logra escuchar la voz de J. en medio de todo el barullo de melodías y sonidos, se dará cuenta de unas letras sublimes que cantan al amor, y, sobre todo al desamor, a las drogas, a la vida, más o menos licenciosa, de la que hablan todas sus canciones.
Cumpleaños total es probablemente la más famosa, Rock de Luxe nombró La playa como la mejor canción del año, Línea 1 es un canto desesperado a la necesidad de cambio y lo que nos cuesta cambiar, y todo aquel que escuche Segundo premio, independientemente de que guste o no, y no se le remuevan las tripas, es que no tiene sensibilidad. A mi, sin embargo, me encanta La copa de Europa, uno de sus mayores excesos, con el que me siento terriblemente identificado:
"Ahora pienso que no merece la pena,
arriesgarme traerá más problemas.
Así que elijo lo que tengo más cerca.
Por lo menos tendré la certeza de que existo,
de que puedo decidir,
de que elijo por mí,
sólo por mí.
En vez de aceptar lo que viene de fuera.
En lugar de contar lo que queda,
desde ahora hasta el día en que me muera
por lo menos cabrá la sorpresa.
Algo nuevo, algo aún por descubrir,
algo dentro de mí, dentro de mí.
Cuanto tiempo he perdido ahí afuera,
cuánto por descubrir en mi cabeza.
Es tan vasto que da casi pereza.
Casi pienso que no tengo fuerzas para hacerlo
y encontrar dentro de mí algo nuevo."
Unidad de desplazamiento (II)
Que no sea Kang, por favor:
"Si por casualidad alguien oyera esto
y dentro de mil años existiera algún invento
que le permita desplazarse por el tiempo
que venga a salvarnos
mientras pueda hacerlo.
y no habrá servido de nada todo el esfuerzo
o bien no queda nadie en el futuro para hacerlo.
Y Kang es el señor de todo el universo
y tiene a la antorcha humana
en un bloque de cemento
ni siquiera la alianza ha podido detenerlo
Y se acaba la película
y los malos van venciendo
y si alguien del futuro
casualmente oyera esto
que venga a salvarnos
que me salve a mi primero."
"No te puedo prometer que cambiaré
no se si podré hacerlo
pero se que eres todo lo que quiero
ni que voy a ser sincero
no te puedo prometer
que en el futuro sea perfecto
pero el futuro es lo de menos.
cuando mas me necesites
pero puedo intentarlo si lo pides
no voy a decir que cuidaré de ti
ni siquiera se cuidarme
es posible que sea yo
quien necesite que lo salven.
Pero te quiero mas que a nadie
de eso estoy seguro
por mucho tiempo que pase."
martes, 18 de marzo de 2008
Unidad de desplazamiento
domingo, 16 de marzo de 2008
El laberinto del fauno.
En ese sentido, este El laberinto del fauno probablemente sea su película más redonda. Aunque tampoco es que el guión sea para tirar cohetes. Pero en conjunto, si conforma un film espléndido, lleno de buenas actuaciones, y de ese poderío que hace de cada plano una obra maestra de la planificación.
Falso cuento de hadas, o falsa película de guerra, emociona y entretiene a partes iguales. Quizá sea más cruenta de lo esperable (Sergi Sánchez cosiéndose la cara que le ha rasgado previamente Maribel Verdú es mucho hasta para mí), pero no deja de ser un pero de escaso valor. Y además Maribel Verdú vuelve a demostrar que cuanto mayor se hace, mejor actriz es. Todavía no me explico por qué no le dieron el premio de la Academia de las Artes y las ciencias cinematográficas de España entonces.
sábado, 15 de marzo de 2008
Malas influencias.
Pues bien, Malas influencias es una de esas tres o cuatro que le han dado la fama. No es que sea una obra maestra, pero si fue la iniciadora de ese género de thrillers de los 90 que llegaría a su culmen de popularidad con Instinto Básico, aunque esta es bastante mejor película. Si que Hanson consigue realizar una película tensa, estéticamente turbadora (esos juegos de luces y sombras, el tono oscuro general...) y, gracias a un guión del, en general, magnífico David Koepp, redonda en su planteamiento, que, básicamente, intriga y entretiene, que es lo que este tipo de películas debe hacer. Y Rob Lowe nunca estuvo más guapo (por delante y por detrás).
jueves, 13 de marzo de 2008
Carretera perdida.
El cine de Lynch es difícil. Tiene dos tipos de películas, unas, las menos, más "clásicas" podríamos decir, donde demuestra lo buen director que es (ver referencia en este mismo blog a Una historia verdadera, por ejemplo), y otras, las más polémicas, las más complicadas, de las que esta Carretera Perdida es quizá, el máximo exponente. Rara hasta decir basta, con una estructura circular que no se entiende, fascinante, atrayente, y sin ningún tipo de explicación posible, es, como todo el cine más perturbado o perturbador de Lynch (escójase la opción que se desee), una experiencia básicamente sensorial.
Visualmente arriesgada, con una serie de primeros planos imposibles, juegos de luces y sombras de marcado tinte impresionista, sonoramente perturbadora (la cantidad y calidad de efectos sonoros es apabullante), y tremendamente incómoda en determinados momentos, no es apta para gente estrecha de miras.
Cosa a la que contribuye especialmente su espléndida banda sonora, desde David Bowie (en esa espléndida escena de créditos que os dejo vía youtube) hasta Ramstein, pasando por el habitual de la casa Angelo Badalamenti, que además de realizar algunas composiciones memorables (que luego estropearían haciendo versiones bakalas), es el artífice de todos los ruidos (y digo bien, ruidos) que se escuchan a lo largo del film. Ya he dicho que es una película para sentir. No busqueis coherencia, no busqueis trama definida, no busqueis explicaciones... Si vuestra película preferida es Pretty Woman, no perdais el tiempo. No os va a gustar.
miércoles, 12 de marzo de 2008
Destrangis.
Las canciones hablan de amor y desamor, tampoco podamos esperarnos nada reivindicativo, ni incursiones en la metafísica, pero lo hacen con un estilo propio, mezclando costumbrismo y cotidianeidad, que nadie ha sido capaz de imitar, y, por supuesto, igualar. Es cierto que los siguientes discos suenan siempre a lo mismo, que no son especialmente redondos, pero yo escucho Vino Tinto y me entran ganas de cantársela a más de uno. Al fin y al cabo, de lo que hablan es de la vida real.