El por qué en vez de realizar una película puramente informatizada se mezclaron actores con cromas y más cromas para rodar este film, más allá de hacer aumentar los beneficios de las industrias farmacéuticas fabricantes de esteroides, y de poner palotes a todos los maricas del mundo entero, no está claro. Ante todo porque 300 es una película de animación.
Basada en un cómic de Frank Miller acerca de la batalla de las Termópilas (cómic que tengo en algún sitio pero al que, salvo alguna ojeada, no he prestado mayor atención todavía), 300 es, ahora sí, un cómic llevado a la gran pantalla como en el mismo cómic. Violencia, sexo, y una estética fantasmagórica y bastante siniestra es lo que nos ofrece. Evidentemente, el resultado es espléndido. Pero hay que saber lo que se va a ver.
Basada en un cómic de Frank Miller acerca de la batalla de las Termópilas (cómic que tengo en algún sitio pero al que, salvo alguna ojeada, no he prestado mayor atención todavía), 300 es, ahora sí, un cómic llevado a la gran pantalla como en el mismo cómic. Violencia, sexo, y una estética fantasmagórica y bastante siniestra es lo que nos ofrece. Evidentemente, el resultado es espléndido. Pero hay que saber lo que se va a ver.
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