lunes, 21 de enero de 2008

Alien 3.

Alien 3. (David Fincher, 1993)



Con mucho, la más floja de las cuatro, tiene, sin embargo, ese estilo estético que Fincher suele dar a casi todo lo que hace. Capaz, como Scott, de lo mejor y lo peor, y más preocupado de la fotografía y el estilo impactante que del argumento, del guión, y los personajes, Fincher se queda a medias entre una película de acción y algo con un poco más de enjundia casi existencialista.


Meten una historia de amor, porque nosecuantos cientos de años sin que Ripley follara no podía ser, con calzador, y vuelve a salir Bishop, en malo esta vez, como parte de esa Compañía que durante tantísimos cientos de años ha estado jodiendo a Ripley. El problema es que con tanta innovación visual y tan poca tela que cortar, o te dedicas a hacer algo que simplemente sea estético (es decir, eliminas todo lo del guión que pueda oler a algo profundo) o haces un peñazo filosófico sólo para sesudos, o te quedas a medias. Adivinen dónde se quedó Fincher.

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