lunes, 30 de agosto de 2010

Frase de la semana


¿Sabe que nueve de cada diez consumidores de metaanfetamina dijeron lo mismo que usted?


Leslie Knope en Parks & Recreation.

sábado, 28 de agosto de 2010

Femme fatale

Femme fatale (The velvet underground & Nico, The velvet underground, 1967)

A la cabeza Lou Reed y en la producción Andy Warhol. Así comenzaba su andadura The Velvet Underground mediante un disco de estupendas canciones que contenía esta belleza que ha sido motivo de versiones múltiples y que va ya camino de los cincuenta años. Quedará en el recuerdo hasta mucho después, me temo.



jueves, 26 de agosto de 2010

Destrozando a... La poca vergüenza de James Cameron.

James Cameron (director de cine reconvertido en engañabobos)

Este fin de semana se reestrena en USA Pocahontas in outer space, y para mediados de septiembre se espera el estreno en España. Si, han leído bien los que todavía no se habían enterado (pueden leerlo aquí, aquí, aquí o en muchas otras páginas que salen en google).
Con sólo un año de diferencia y habiendo pasado por todo tipo de cajas, Cameron y la Fox han decidido que tenían que hacer una versión EXTENDIDA (si, han leído bien también esto) del coñazo de tres horas por el que lo apalizaron en los premios del copyright.
La versión extendida ayudará a entender los misterios de Pandora durante 8 MINUTOS MÁS. Sí, también han leído bien eso, extendida quiere decir ocho minutos.
Por si el timo no fuera suficiente, lo venden como si del descubrimiento de la pólvora se tratara y lo peor de todo es que todavía quedará algún imbécil que vaya a pagar diez o doce euros por ver otra vez lo mismo con algún remache...
Bueno, lo peor no es eso, lo peor es que anuncia versión en 3D de la del barco para cuando se cumpla el centenario del hundimiento, a pesar de haber despotricado lo más grande contra Clash of Titans, por ejemplo, por no haberse rodado específicamente en tres dimensiones (si eso fuera lo grave...).
Claro que como él se considera el padre del invento, puede hacer lo que le de la gana, ¿no es verdad, señor Cameron?


martes, 24 de agosto de 2010

Ratatouille

Ratatouille (Brad Bird, 2007)


Ante el estreno de la tercera parte de Toy Story e invadido por la fascinación que me causaron las estupendas Up y, sobre todo, Wall-E mucho después de su estreno, me decidí a recorrer los pocos universos surgidos de la factoría Pixar que aún no conocía como medida de estimulación para poder salir de casa e ir, por fin, al cine. El por qué parece que ya estoy esperando que salga el DVD de Toy Story es una historia que, como todos los veranos, el calor justificará.
Pero si que ha servido para algo el empacho animatorio, y es que he descubierto que ante la propuesta menos apetecible de la compañía americana se escondía, sin embargo, una de sus películas más maduras e interesantes.
Ratatouille es, como todo en Pixar, simple en apariencia en las formas, lineal en el desarrollo (planteamiento, nudo y desenlace) pero profunda en los contenidos. Comentabamos el otro día unos amigos que, por fin, se ha logrado hacer cine familiar de verdad de mano de este estudio. Porque si los niños se ríen y hasta se emocionan (sobre tod
o se divierten) viendo las andanzas de Remy y sus desventuras a la carrera, los adultos que intentamos mirar un poco más allá (que cada día que pasa me parece que somos menos) vemos que detrás del despliegue técnico y del producto de entretenimiento se nos habla de muchas más cosas, empezando por el tópico típico de que lo de que "cada mochuelo a su olivo" por más que forme parte del refranero, no necesariamente tiene que ser verdad.
Así una rata asquerosa (que si, que cae simpática, pero de aspecto da mucha cosica) se convierte para deleite de todo Paris en la revolución culinaria de la ciudad sin que nadie lo sospeche, ayudado por la suerte y por un mequetrefe al que esta le sonríe un poco más de lo que se merece.


Y mientras va sucediendo asistimos al espectáculo de las apariencias, del snobismo, de la categorización, de los inspectores de Sanidad que cierran comercios aunque las ratas que preparan la cocina se hayan aseado en el lavavajillas, de críticos envidiosos que quieren lapidar a sus criticados, de futilidad y de la imbecilidad de buscar lo innovador como leit motiv único de la creación.
De como un plato tradicional bien hecho puede seducir, y seduce, mucho más que la pretendida y buscada vanguardia. De cómo una película al final es dirección, guión y actores (en este caso animados), por más que algún experimento sea bienvenido... pero la experimentación por la experimentación...


lunes, 23 de agosto de 2010

Arrested Development

Arrested Development (FOX, 2003-2006)


¿Que voy a decir yo ahora que no dijera Josito en mayo? Pues absolutamente nada, miren ustedes. De hecho tan poco voy a decir que no esté en este magnífico artículo que incluso me he tomado la libertad de robarle las fotos. Pero como algo tendré que hacer para que no me acusen de vagancia, resumiré en un par de cositas mis impresiones propias.
Arrested Development, monumento televisivo a la comedia, fue una desafortunadamente desaparecida (y por tanto, de culto a estas alturas) sitcom que jugaba con la baza del falso documental.
A diferencia de los mockumentarys, sin embargo, Arrested Development transgredía los límites metalingüísticos y, salvo puntuales atisbos que dejaban entrever la posibilidad de que todo lo que sucediera fuera grabado en vivo, se situaba precisamente en la trama final, sólo apuntada, de la traslación de la historia de los Bluth a la televisión.
Y es en el preciso instante en que nos damos cuenta de lo chirriante del supuesto documental, más o menos a los cinco minutos del inicio, c
uando Arrested Development se perfila como la sátira corrosiva que realmente es.


Porque Arrested Development arremete contra todo y contra todos mientras narra historias deliberadamente exageradas, basadas en la reducción al absurdo, respecto a una familia de la que nadie en su sano juicio querría ser miembro y de la que Michael Bluth (Jason Bateman), cabeza responsable y seudohonesta de la misma, no puede escapar aun queriendo.
En base a unos guiones como poco inteligentes, Arrested Development decapita al sistema económico americano, al gobierno de los Estados Unidos (incluida la guerra de Irak), al consumismo, a las apariencias, al estilo de vida de los ricos, a la familia y sus dinámicas, a las esperanzas vanas, a la moral conocida, a las series de televisión, a las productoras de cine... de forma totalmente insalvable pero con suficiente sentido del humor para no poder ser criticada por el objeto de sus burlas.
Como no podía ser de otra forma, su cancelación llegó antes de tiempo y tras solo tres temporadas en antena. Pero qué tres temporadas, señores.


Texto de la semana


Aprendería a ser feliz de otra manera, porque ella también había llegado a odiar.


Amudena Grandes, El corazón helado (enorme tostón, por otra parte).

miércoles, 18 de agosto de 2010

Resacón en Las Vegas

Resacón en Las Vegas (The Hangover, Todd Philips,2009)


Todo el mundo tiene sus debilidades, hasta los más cultivados. Es por eso que cuando empecé a leer reseñas de The Hangover escritas por gente con mucho criterio que ensalzaban las virtudes de una película cuyo título en español era ese (una de esas traducciones espantosas que el Menestrerio de Incultura debería prohibir), pensé que el mundo había llegado a su fin o, en su defecto, la humanidad estaba perdiendo la cabeza para situarse a mi nivel.
Ha sido un año después de su estreno, cuando más por curiosidad que por interés real me he puesto a verla, el momento en que he descubierto que, efectivamente, tenían razón y que, tras la apariencia (y el título en español que es horroroso horroroso) de
un American Pie para treintañeros se esconde una comedia que está más cerca de Historias de Philadelphia que de la supuesta comedia cafre que su publicidad nos vendía.
Magníficamente escrita y con un guión perfectamente hilvanado, que sirve de base a una dirección comedida y que huye de efectismos, The Hangover es una comedia de enredo en la línea de las comedias clásicas donde no se necesita recurrir a la escatología ni a los chistes fáciles para hacer reir, sino que basa su eficacia en su concatenación de gags y en las situaciones provocadas por unos personajes cuya noche de borrachera (y rohipnoles) y la posterior búsqueda del novio perdido al que tienen que llevar a la b
oda les servirán para hacer análisis de sus vidas y plantearse las posibilidades de cambio respecto a lo que tienen.


Porque The Hangover en el fondo habla de eso, de la fantasía de la juventud y la necesidad de hacernos mayores, de que por más que queramos comportarnos como adolescentes descerebrados llega un momento en el que tenemos que hacernos cargo de nosotros mismos y llegar a un equilibrio entre lo divertido y lo razonable, entre lo que no queremos perder y la necesidad de madurar y hacernos cargo de nuestras vidas. De que con treintaytantos no se puede vivir en American Pie, que tenemos que empezar a adorar a Billy Wilder, miren ustedes...


lunes, 16 de agosto de 2010

The Office UK

The Office UK (BBC, 2001-2003)


Tengo relativamente claro que el humor difiere mucho de unas culturas a otras, y si bien los mediterráneos, por ejemplo, habíamos sido capaces de hacer arte a costa de reírnos de la desgracia propia (y ajena también, por qué no reconocerlo), por más que la corrección política esté acabando con tan sana costumbre, los ingleses son los auténticos maestros a la hora de practicar el humor basado en la vergüenza ajena.
En este sentido, The Office, la serie original de tan sólo doce capítulos (mas un especial de navidad) que daría lugar a la mucho más exitosa versión norteamericana, no aporta absolutamente nada nuevo.
Sin embargo The Office ostenta el título de inspiradora (si no creadora) de un género que no sólo se ha seguido cultivando con excesiva profusidad, sino que continúa dando excelentes resultados en muchas ocasiones, eso que llaman el mockumentary.
En tono de falso documental grabado por la BBC sobre el trabajo en una oficina de una empresa papelera en el culo del mundo inglés, la cámara se va adentrando por los rincones del lugar de trabajo de una serie de personajes que no paran de hacer el ridículo para deleite del espectador.
El gran protagonista del evento es ese cretino llamado David Brent (Ricky Gervais, uno de los creadores de la serie), jefe inicial de la oficina que aspira a ser humorista y cuyos intentos por agradar y ser el más popular del lugar sólo llevan a una decepción tras otra y a la continua y vergonzante exposición de sus miserias.
El resto del equipo de trabajo no le va a la zaga y se humillan del mismo modo que Brent, sobre todo cuando comprobamos gracias a una cámara cotilla que se agazapa como el león que caza a su presa, las contradicciones de sus actos con lo dicho en las entrevistas que conceden.El punto álgido y la mayor secrección de bilis coincide con la aparición de Neil Godwin, ascendido a jefe de Brent y con quien este mantiene un duelo por la popularidad que sólo existe en su cabeza y que acabará con su empleo y con su fantasía laboral.
El especial de navidad, teóricamente grabado dos años después, sirve para finalizar la serie con un sabor menos amargo de boca del que se nos queda al concluir la segunda temporada y tengo que decir que fue muy de agradecer, porque la desesperanza que transpira todo el metraje era casi demasiado honda hasta para ser inglesa.
Especie de obra maestra de un género que se iba desdibujando a pasos agigantados, es buen momento para volver a recuperarla y taparse la cara de vez en cuando observando cuan imbéciles pueden ser nuestros congéneres e incluso, nosotros mismos.
Porque de eso es lo que va The Office en realidad, de gente que no sabe lo que hace y que debería empezar a mirárselo.


Frase de la semana


El peregrino mundo sigue girando, Miriam.


August Brill en Un hombre en la oscuridad (Paul Auster).

sábado, 14 de agosto de 2010

Sevillana de los bloques

Sevillana de los bloques (Cristalitos machacaos, Martirio, 1989)

Tal día como hoy en que ha vuelto la panza de burro a Las Palmas (bendita sea) y en mi tierra se están asando como los pollos, me he puesto nostálgico y he querido rendir homenaje a mi adorada Martirio además de a un estilo muy andaluz como son los cotilleos de los barrios. He aquí esta maravilla de sevillanas que siempre hemos tenido muchos en el recuerdo y que no consiguen por más que se escuchen que no nos hartemos de reir. ¡Grande!



jueves, 12 de agosto de 2010

Hace calor

Hace calor (Kiko Veneno, Está muy bien eso del cariño, 1995)

Ya se qué esto no va hoy, pero es que no puedo pensar en otra cosa. Si quieren pueden tomarlo como una segunda parte del destrozando a... al verano que publiqué con más ira que gracia hace un año.
Total, que me encanta Kiko y que no hay mejor día como hoy para acordarse de esta estupenda canción.




martes, 10 de agosto de 2010

Harry Potter y el misterio del príncipe

Harry Potter y el misterio del príncipe (David Yates, 2009)

Hace un par de meses me encontré, no me pidan que recuerde dónde, con el trailer de lo que será la última de las películas de Harry Potter, la versión de la séptima novela de la Sra. Rowling que, en un ardid de marketing ya visto en algunas ocasiones, irá dividida en dos cintas a estrenar en 2010 y 2011.
No me cabe ni la más mínima duda de que ni por esas conseguirán disminuir el principal problema de todas las películas de la saga, la excesiva duración en base a escenas de relleno de cada uno de los episodios rodados, pero eso es otro tema...
Jamás he sido especial seguidor de la saga del joven mago con ga
fas de hippie y sus amiguitos (insoportables todos ellos en general), y nunca se me ha pasado por la cabeza leerme un libro de los de la señora esta, pero debía reconocerles a las primeras que, pese al infantilismo reinante (esas sonrojantes escenas de compañerismo o las bromas para adolescentes imberbes), escapaban de la mediocridad gracias a buenas producciones y directores más que solventes (con mucho la mejor es El prisionero de Azkaban, la más madura y oscura de toda la serie, no en vano Cuarón ya tenía experiencia rodando cuentos macabros y ahí está esa estupenda versión que realizó de Great Expectations).
Y como siempre que acaba algo, a mi
me da por querer ser parte de, como a cualquier adolescente hiperhormonado , he visto en estos últimos meses las tres siguientes producciones como parte importante para poder disfrutar de un final que en trailer tiene una pinta estupenda. De todas ellas no me quedo con ninguna.
La referencia que haré hoy a El misterio del príncipe (mestizo, palabra eliminada del título en España) es más, como ya se estará observando, un recopilatorio que lleva a preparar el final que una verdadera reseña.
En un intento de conservar público y recompensar a los fieles, la saga Potter se ha negado a reinventarse y ha continuado exactamente igual con el consiguiente debilitamiento de su propuesta.


La última de todas ellas, de hecho, parece más una sucesión de escenas que preparará para el desenlace que una verdadera película con entidad propia. Sólo la presencia de algunos de los mortífagos animan el cotarro (iba a gritar Spoiler! pero tampoco creo que nada que cuente va a sorprender a los habituales), pero por lo demás estamos ante una película de transición dentro de la historia, con una producción innegablemente excelsa pero unos intentos de acercamientos psicológicos de lo más superfluos.
A las dos horas y media le sobran tres cuartos como poco, pero aún así la película se deja ver. Con mucho lo más flojo de toda la serie y tan sólo justificable como prólogo al final que, vuelvo a repetir, si lo saben llevar, tiene un aspecto impresionante.
De producto mainstream, no se me equivoquen. El que quiera cine de autor que se pase por aquí otro día... si acaso otro mes de hecho.


lunes, 9 de agosto de 2010

Texto de la semana


¿Podemos irnos, papá?

Si, claro que podemos.

El hombre y el niño en The Road (Cormac McCarthy).

viernes, 6 de agosto de 2010

El verdugo

El verdugo (Luis García Berlanga, 1963)

Me resulta terriblemente difícil hablar de muchas de las películas que traemos los viernes, cuanto más cuando, como en el caso que nos ocupa, toca hablar de una de las mejores películas, no solo españolas, de todos los tiempos.
Y más cuando bajo la forma inicial de comedia situacional, casi romántica, se nos presenta un alegato terrible y aterrador contra la pena de muerte.
Tan solo una escena, esa en la que se conduce a Jose Luis (Nino Manfredi) a que ejecute su recién estrenado trabajo de verdugo como si él fuera el reo, resume todo el miedo y la sinrazón del que mata para hacer justicia al que delinque, del que con el mismo hecho convierte al criminal en víctima y queda impune.Sin embargo, y como muchas magníficas películas que salieron del franquismo, muchas más de la que nos está procurando la supuestísima libertad de expresión que conseguimos con esta cosa que se hace llamar democracia, los guionistas Berlanga, Azcona y Flaiano, forzados por la censura a contar otra cosa para poder finalmente decir lo que dicen, elaboran una soberbia comedia donde destaca, como siempre, el magnífico José Isbert, el verdugo saliente que fuerza al novio de su hija a tomar su puesto de trabajo por el que obtendrán la casa que no tienen.


Apuesta neorrealista de una crueldad impresionante, El verdugo hiela la sangre a la vez que provoca carcajadas, claro que para conseguir eso lo mismo hay que verla un par de veces.
Personalmente aún hoy me sigue poniendo los pelos como escarpias.


jueves, 5 de agosto de 2010

Destrozando a... El indomable Will Hunting

El indomable Will Hunting (Gus van Sant, 1997)

Cuando se está de resaca nada más fácil que recurrir a valores seguros, y aquí tenemos a Robin Williams, a Ben Affleck y a un van Sant empeñado en no terminar de tener una carrera coherente.
Y entre el ñoño guión perpetrado por Affleck y Damon y la cursilería propia de los intentos norteamericanos de contar supuestas grandes historias que no lo son y que además no interesan a nadie, tenemos el cutre producto del momento disfrazado de metafísica que, por supuesto, se llevó a casa algún que otro premio del copyright.
Lo esperable, ¿no creen?, aunque eso no la hace ni mucho menos más digna ni aguantable.


martes, 3 de agosto de 2010

Si la cosa funciona

Si la cosa funciona (Woody Allen, 2009)


Da gusto volver de vacaciones con una buena película. Y da gusto que sea de Allen porque como ya he hablado de casi toda su filmografía (busquen ustedes, en las etiquetas está) me queda poco que decir de una película suya cuando, como es el caso, vuelve por sus fueros y realiza otra de esas comedias neoyorquinas que lleva haciendo cuarenta años y de la que sus seguidores no terminamos de cansarnos.
La trama es poco menos que la de siempre, las relaciones afectivas entre personajes distintos que tienen familias y conocidos cuyas excentricidades ridiculizan los comportamientos de los distintos sistemas relacionales, mientras se van engarzando diálogos y situaciones hilarantes que no terminan de arrancar la risa.
No terminan porque, y eso es lo más original, por llamarlo de alguna manera, de esta película, el discurso exacerba la habitual misantropía alleniana hasta la más absoluta exageración, comenzando por un protagonista empeñado en amargarse la existencia en aras del vacío moral del mundo en el que vive, pero que sólo llega a intentar suicidarse por frustraciones mínimas relacionadas con el enamoramiento y la traición afectiva.
Su némesis resulta ser una jovencita superficial y con escasos recursos intelectuales que, en base a su ignorancia, vive en la más absoluta felicidad. Por allí pasan un joven inglés (el guapísimo Henry Cavill), actor con escasas luces e iniciativa, la madre reprimida que abandonada por el padre descubre el arte y la poligamia, y el padre que regresa para acabar saliendo del armario.

Todo ello mientras Allen rodea a su alter-ego de desquiciadas y desquiciantes parejas y ex-mujeres y retrata Nueva York igual que siempre y con más cariño que nunca.
Eso sí, se le nota que se va haciendo mayor y que cada vez se enternece más. Es por ello que últimamente le apetece rodar más finales felices. Claro que la forma de hacer feliz este final es una de las más divertidas que le hemos visto en años.


lunes, 2 de agosto de 2010

Frase de la semana


Vamos a derribar el edificio del Ministerio de Igualdad. Total, para lo que sirve. Es como un hijo tonto, todo son gastos.


Miki Nadal caracterizado como Pedro Almodóvar en Sé lo que hicisteis.