El indomable Will Hunting (Gus van Sant, 1997)
Cuando se está de resaca nada más fácil que recurrir a valores seguros, y aquí tenemos a Robin Williams, a Ben Affleck y a un van Sant empeñado en no terminar de tener una carrera coherente.
Y entre el ñoño guión perpetrado por Affleck y Damon y la cursilería propia de los intentos norteamericanos de contar supuestas grandes historias que no lo son y que además no interesan a nadie, tenemos el cutre producto del momento disfrazado de metafísica que, por supuesto, se llevó a casa algún que otro premio del copyright.
Lo esperable, ¿no creen?, aunque eso no la hace ni mucho menos más digna ni aguantable.