Una cena de la alta burguesía mexicana. Todo el servicio se marcha antes o durante la misma, ni ellos mismos saben por qué. Y todos los invitados quedan encerrados en la sala donde se encontraban cuando la primera de ellos quiso irse. Ese es el punto de partida de una película claustrofóbica, fascinante y, como todo lo de Buñuel, con múltiples interpretaciones posibles. La más fácil es que lo que los retiene allí son las normas sociales a las que tanto hacen referencia. La más fidedigna es que Buñuel se quería quedar con nosotros (ya dijo en una entrevista que ese oso que aparece en la película lo había puesto para que los críticos cinematográficos se devanaran los sesos, y en realidad no quería decir nada). Y en medio, la que cada uno quiera darle. Lo impresionante es ese estudio de la pérdida de la dignidad humana que realiza el film. Ese discreto encanto de lo burgués que tanto le gustaba y que conforma la temática de parte de lo mejor de su filmografía. A mi esta película me parece monumental. Habrá otros que no opinen lo mismo.
2 comentarios:
No me olvidaré jamás de la primera vez que la ví, con unos 8 años. Aún me desasosiega.
No me extraña, yo la sigo viendo un par de veces al año y no deja de sobrecogerme.
Encantado de tenerte por aquí.
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