miércoles, 28 de noviembre de 2007

De lo nuevo, lo mejor: La leyenda del espacio.

La leyenda del espacio. (Los planetas, 2007)


Incomprensiblemente, haciendo repaso, me acabo de dar cuenta de la ausencia de este grandísimo disco en este blog. Si ya digo yo que últimamente estoy fatal.
Comienzo, y seré breve: este disco hay que escucharlo. No tengo mucho más que decir.
Pero por si las moscas, intentaré razonarlo. No voy a ser pesado con aquello de lo buenos que son Los Planetas, porque ya me estoy poniendo un poco pesado, pero, incluso para ellos, este disco es original. La premisa es coger canciones populares andaluzas, de ritmos flamencos, y "deconstruirlas" que diría Ferrán Adriá, para hacer canciones rockeras (indie-rock, no se nos olvide... ¿Por qué hay que clasificarlo tanto todo?) con letras desgarradas y cantos de amor a la tierra (Granada, en este caso). Músicas con tonos siniestroides, y, volvemos, orquestaciones muy elevadas de tono, aunque esta vez se escucha a J (para los no entendidos, el cantante y compositor de casi todo) bastante mejor de lo que es habitual. Un tono algo más amoroso que el desamor al que nos tienen acostumbrados, y un inicio de disco apabullante (el cierre es la misma canción en versión cantaor), mediante una canción llamada El canto del bute, y que comienza con un impresionante "Me estoy quedando sin fuerzas, sólo espero ya la muerte.", que pone los pelos como escarpias.
¿Alguien necesita más?

Agradables reencuentros: mondo Brutto.

Mondo Brutto.

Cuando volví a ver a la venta el Mondo Brutto (he estado muy dejado de un tiempo a esta parte, lo se), me volví a reencontrar con los mitos. El Mondo Brutto es una revista (o fanzine, o como quieran llamarlo) de los de toda la vida (por más que no lleven toda la vida), y no excesivamente fáciles de conseguir (más aun si tenemos en cuenta que es de toda la vida), con la que me reencuentro de higos a brevas, para regocijo de mi mente y mis sentidos.
A pesar de su título, de brutos tienen más bien poco. Es verdad que hacen humor de todo, tiene un trasfondo muy freaky, y las fotos (y comentarios) son brutales en ocasiones. Pero estamos ante uno de esos escasos reductos de la cultura que quedan en este país (de hecho, no caigo ahora mismo en otro), donde se cuestionan absolutamente todos los referentes de la sociedad actual, sin ningún tipo de concesión a lo "políticamente correcto", y donde se dan datos fidedignos que nadie que tenga un poquito de idea de la vida, podrá refrendar. El conocimiento (así en general) de todos los colaboradores, la sensatez y la lucidez son envidiables para cualquier tertuliano que se de cuenta de sus déficits (no estoy diciendo de tertulianos que salgan en los medios, esos no tienen ningún tipo de conciencia de nada), con un trasfondo humorístico que cumple aquella norma de "la cosa está tan mal como para reírse".
Actualmente está a la venta el número 38 (otoño 2007). Recomiendo, por encima de todas las cosas, ese cómic de ese grandísimo genio que es Darío Adanti, y el enfrentamiento de su personaje Mostrenco con el supuesto "genio" Amenábar. No llego a los extremos de Adanti, pero no puedo dejar de darle la razón en muchos aspectos.
En fin. ¿Alguien creía que no era indispensable conocerla?

Descubrimientos: Los Super Elegantes.

Los super elegantes.


El mundo de la música, sobre todo cuando se mezcla con otros tipos de arte en forma de proyectos multidisciplinares, es uno de esos grandísimos cajones de sastre donde es casi imposible estar al día a no ser que alguien se dedique exclusivamente a su estudio, y viva o le paguen por ello.
Por eso es lógico descubrir grupos/equipos/proyectos que llevan en el mercado desde hace más de diez años y que ahora se encuentran en determinadas tiendas con cierto poderío (la Fnac, básicamente) al alcance de la vista. De la vista de los que vamos a tiro hecho, quiero decir.
El fin de semana, que pasé en Madrid, dio para ir a la Fnac y mirar un poco lo que había de música. Como siempre que voy de cacería musical y/o literaria, me dejo seducir por títulos y/o estéticas más que por referencias, sobre todo si no conozco lo que hay detrás, que no es raro.
Por ello, de vez en cuando se encuentran cosas interesantes (aunque no siempre). En el caso que nos ocupa, como ya explican en la contraportada del EP que compré (titulado como el grupo/equipo/proyecto), Los Super Elegantes es un proyecto creado en ¡1995!, a base de cultura de serie Z, artes escénicas y música. Pues eso. No es algo nuevo ni excesivamente innovador, suena a muchas cosas que ya hemos escuchado antes. Músicas electrónicas bailables, con letras inspiradas en boberías y cierto tono mamarrachero y autoparódico, que, y por ello es recomendable, suena muy bien.
Hoy he intentado sacar información de internet sobre ellos. El problema es que al ir a ver algo me han salido tantos grupos que no conozco y cuya estética o nombres me han resultado atrayentes, que he preferido dejarlo para otro día que esté más lúcido. El que esté interesado, ya sabe. El EP es barato (seis eurillos de nada), suena bien, y... también os lo podeis descargar de la mula, supongo. Pero luego os lo comprais. No creo que disguste a nadie.

Freak rock: La invasión del imperio ochomano.

La invasión del imperio ochomano (Ochorizo, 2007).


Ochorizo, según consta en su portal de myspace, que recomiendo visitar a todo el que quiera saber algo de ellos, es un grupo de freak rock, que es un descubrimiento que he hecho leyéndome el libreto del CD (para que veamos que sirven de algo). A mi lo que me gustó fue la portada, una especie de comic de bárbaros hispánicos, me hizo gracia el título, y me lo compré. Y descubrí una banda de rock divertido (de rock de verdad, y no eso que hacen los Mojinos Escocíos, que a mi me gustará mucho, pero que...), que mezclan canciones tirando a metal con letras y músicas inspiradas en lo más garrulo de lo garrulo (y me estoy refiriendo a programas de corazón, modas televisivas...) y una reivindicación medio en serio medio en broma de artículos castizos, sobre todo, y de ahí el título, del chorizo. Tienen página web, actualmente en construcción. Habrá que seguirlos.

Lo bueno, otra vez...: Visto lo visto.

Visto lo visto (Muchachito Bombo Inferno, 2007)


Todavía escucho muy frecuentemente el anterior, Bombo Inferno, cuando ya está aquí el segundo. Como quien no quiere la cosa, han pasado dos años, y los ritmos de este impresionante hombre orquesta no dejan de resonar (e incluso resuenan bastante más que antes), cuando tenemos nuevo disco en la calle. Para no ser cargante, diré que es más de lo mismo. Y eso, en este caso, es bueno.
Visto el panorama musical español, existe poca gente que trate de hacer canciones divertidas, bailables, con distintos ritmos, distintas orquestaciones, mezclando desde flamenco a ska... y además con buen resultado. Además cae bien con esa pinta de canalla. Y no da demasiado la lata. Hombre, le puede pasar como a Melendi, pero la música de Muchachito tiene bastante complejidad para que nos cansemos a los dos segundos. Y aunque se repita, que vivan este tipo de repeticiones. Es lo mismo, pero no es igual, que es lo que tienen que hacer los buenos artistas. Y Muchachito lo hace. Esperemos que por mucho tiempo.

martes, 27 de noviembre de 2007

Más cosas que leer: Pura anarquía.

Pura Anarquía. (Woody Allen, 2007).


Aparte de estupendas películas, y de tocar, más o menos bien, el saxofón, Woody Allen escribe. No es de extrañar si tenemos en cuenta que lo mejor de sus películas casi siempre son los guiones. Que yo sepa, ha publicado varios volúmenes de cuentos cortos. Yo encontré uno, creo que editado por Tusquets, llamado Cuentos sin pluma, y que compilaba otros tres, los supuestamente más antiguos: Perfiles, Sin plumas y Como acabar de una vez por todas con la cultura. Básicamente se encuentra lo que ha hecho de Allen uno de los grandes humoristas del siglo XX y XXI. Humor absurdo, hipocondriasis, sátira, neurosis, exageraciones, comparaciones estúpidas... Algunos con peor suerte que otros, sin duda, pero todos suficientemente atrayentes y, en el fondo, divertidos.
Ahora, también Tusquets, publica el último recopilatorio de relatos cortos del "genio de Manhattan", como lo llaman. Bajo el nombre de Pura Anarquía, se encuentran una serie de cuentos divertidos, que mezclan lo mismo que ya sabemos que nos vamos a encontrar los que nos hemos leído los otros. Ese quizá es el problema. Creo que ya alguna vez me he referido a lo complicado que me parece hacer una obra maestra anual durante cuarenta años, en el caso del cine del señor Allen, pero incluso en los cuentos se plagia. Son fundamentalmente las mismas premisas pero con distinto objeto. Hay un relato sobre una correspondencia, otro sobre un detective de los de las películas de serie negra, otro sobre un guión, otro sobre la mafia... que son las pautas argumentales de algunos de los mejores cuentos de las otras publicaciones. No es que esté mal, ni mucho menos. Una de las "gracias" del humor son, precisamente, las reiteraciones. Pero si que se le podía pedir algo más de originalidad. Claro que es eso, son muchos años siendo original y haciendo chistes. Quizá es, precisamente, pedir demasiado.
Independientemente de ello, merece la pena. Dejo un parrafito del primer cuento (Errar es humano, flotar, divino), y, cada uno, que juzgue:

"-¿Podrías explicarte?- inquirí, reparando por primera vez en su elegante traje a medida y el anillo en el dedo meñique, del tamaño de un tumor avanzado."

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Vueltas de tuerca: Somos otra cosa.

Somos otra cosa. (L-Kan, 2007)


Acaban de publicarlo, hace uno o dos meses. L-Kan es un grupo que descubrí con su anterior disco, Discazo, y con esa gran canción que se llama Aburrida de estar salida, que tiene uno de los videos musicales más divertidos que he visto nunca (aunque es de un remix, aclaro). Pero este no es el que toca hoy.
L-Kan es un grupo creado para el divertimento de los que lo componen y, sobre todo, de los que los escuchamos. Cronistas de su época, de la cotidianidad, y de las relaciones que se establecen dentro de un ámbito determinado (esa re-movida que se han inventado en Madrid desde hace años, y de la que en el resto del mundo no nos hemos enterado, porque, de hecho, no hay muchos signos que indiquen que existe), imprimen tanto a su música como a sus actuaciones un aire de ironía bastante de agradecer. Se disfrazan para cantar, hacen el mamarracho, se ríen hasta de su sombra... divertidos, y para gente sin prejuicios.
Su música se engloba dentro de ese movimiento llamado electro-clash, pero, con este nuevo disco, efectivamente, han ido evolucionando. A mi me gusta menos que el resto, claro que todavía lo he escuchado poco. Letras algo más bobas de lo normal, música más tendente a lo electrónico puro, menos voz de falsete, más presencia de O-Kan en las voces(en detrimento de la gran B-Kan)... En fin, que es lo mismo, pero de otra manera.
No está mal, pero a mi me gustaban más antes. Eso sí, recomiendo visitar su página, y echarle una ojeadita al consultorio.

Clásicos modernos, volumen 2: Super 8.

Super8. (Los planetas, 1994).


Los planetas es un grupo de tripas. O se les adora, o se les detesta. No hay más. Nunca hubo más. Ni siquiera con su primer disco.
Ejercicio de estilo, de lo que conformaría un estilo que se ha ido inventando y reinventando con el paso de los años y de los discos, Super8 fue el primer largo del grupo granadino, tras ese EP inconmensurable que fue Medusa. Super8 fue la continuación natural de ese EP, y el que comenzaría a dar a conocer a un grupo que ha sido grande, aunque sea tan solo por haber conformado uno de los puntos musicales de referencia de una generación en una época determinada, pasados ya los ochenta, y para un público que quería algo más que el rock habitual, la música vocal y los grupos standares de siempre.
Cabezas visibles del mundo indie, y, casi los únicos que se han mantenido dentro del star-system de los grupos que pertenecieron a ese fenómeno (y casi los únicos que siguen en activo dentro del panorama discográfico, desgraciadamente, pues había otros muy buenos), levantó pasiones, y todavía las sigue levantando, aunque cada vez entre menos gente tras el abandono por parte de muchos que los asociaba a un tiempo en su vida, y a los distintos cambios en lo musical que ha ido sufriendo a lo largo de los años. Este, su LP de debut, esconde muchos temas de una belleza y una fuerza enormes, pocas veces superados, incluso por ellos mismos.
Letras desgarradas, malsanas, anti-habituales (en cuanto a la crítica a lo establecido dentro de lo cotidiano), realistas y pesimistas, acompañadas de melodías vibrantes y orquestaciones imposibles (aunque no tanto como en otros), componen un gran exponente de lo que el ingenio (y genio) musical puede dar de si, y de lo que se puede transmitir en una canción de amor (o desamor, al final es lo mismo) más alla de lo del "te quiero" de siempre. El sufrimiento, en base al sentimiento de insignificancia, lo inunda todo, y metalingüísticamente, hacen de este disco una oda impresionante al amor y a la vida, como pocas veces hemos podido escuchar en muchísimos años.
Para cualquiera que tenga un poco de sensibilidad. Recomiendo, encarecidamente Jesús, De viaje y Si está bien.
PD: Por si no queda claro, yo soy fan.

martes, 20 de noviembre de 2007

Monty Python. Volumen 2: La vida de Brian.

La vida de Brian. (1979)


Parecía que los temas se iban agotando, tantos años después, por lo que los Python realizaron una película rizando el rizo. Como mofarse de la vida de Jesucristo directamente, lo mismo era demasiado (aunque para estos me temo que no había nada que fuera demasiado), lo hacen a través de un personaje (Brian) al que confunden con el susodicho salvador católico desde el momento en el que nace, y, en base a esto, los equívocos se suceden, para acabar con la crucifixión. El estilo es el mismo que el de Los caballeros de la mesa cuadrada, una sucesión de sketches con un débil argumento de conexión (aquí, el personaje de Brian), mientras van mostrando gags, que son exactamente los mismos que el Los caballeros de la mesa cuadrada. Repetidos hasta la saciedad, pero que, no por ello, pierden la más mínima efectividad. Lo bueno de los genios es que, cuando descubren algo que sirve, son los suficientemente inteligentes para no innovar.

Monty Python. Volumen 1: Los caballeros de la mesa cuadrada.

Los caballeros de la mesa cuadrada. (1975)


Los Monty Python son referentes en el mundo del humor por varios motivos. Entre muchas otras cosas, crearon, o definieron, un tipo de humor, paródico, que nunca dio mejores resultados. De entre los muchos iconos/arquetipos que despedazaron, uno de ellos, y uno de los más recordados, fue el Rey Arturo. La premisa de la película es la creación de la mesa de Camelot (aquí cuadrada), y el inicio de la búsqueda del Santo Grial. No dejan de ser una sucesión de sketches geniales, con esa anécdota argumental mínima que conduce una trama enloquecida, y que da para jugar con anacronismos, luchas con espadas, estereotipos, personajes, historias más o menos conocidas, todo ello montado de tal manera que no deja lugar a la quietud. Puede que para algunos haya algún chiste que resulte molesto, incluso cruel (lo de matar al viejo por nueve peniques, por ejemplo), pero dentro de lo cómico, estos genios saben jugar con el absurdo, por más desagradable que resulte, y repetir el gag hasta el punto de exprimirlo todo el tiempo, y aun así seguir provocando la risa. No apto para mentes estrechas, aviso.

domingo, 18 de noviembre de 2007

Vergüenza ajena: Mamá es boba.

Mamá es boba. (Santiago Lorenzo, 1997)
La verdad es que no creía que esta película fuera tan antigua (si es que en diez años se la puede calificar así), pero es otra de esas maravillas que tardé tanto en encontrar que probablemente la vi mucho después. Aclaro, no la vi en el cine porque me fue imposible. Leí la crítica en el Fotogramas y esperé, con mucha paciencia, a que la estrenaran en Sevilla. No se si no lo hicieron o fue un estreno relámpago (como el de Funny Games, que duró una semana en cartel), pero la cosa es que luego me tuve que tirar no se cuantito tiempo buscándola por todas partes, hasta que un día, en casa de mi madre, me la encontré en el Plus (cuando todavía era el Plus, y no el Digital plus), la vi, y me encantó.
Lo de la vergüenza ajena no es, ni mucho menos, porque la película la de (de mala, se entiende), sino porque es un espectáculo sobre la vergüenza ajena, bastante más que cualquier capítulo de El diario de Patricia. La historia es la de un chico, medio tontorrón, del que todos se burlan en el colegio, y que se avergüenza de unos padres que bien podrían haber salido de cualquier Semáforo (¿recuerdan semejante bodrio?). Tal es así, que se organiza una televisión local, a manos de unos desaprensivos de Madrid, que recuerdan peligrosamente a la Gemio en Sorpresa, sorpresa, aunque con un poco menos de tacto (si es que eso es posible). Cogen a la madre y la ridiculizan para divertimento de toda la ciudad, y, por si fuera poco, también ridiculizan a su ya de por sí ridículo marido, convirtiendo la vida de la familia en un auténtico infierno, y logrando que ese niño se avergüence más todavía de lo que ya lo estaba.
Arriesgada en las formas y en el fondo, y mostrando un especial cariño a esa familia, la película se convierte en un espectáculo cruel de cómo podemos, los que nos creemos gente "bien" utilizar a otras personas para nuestra propia diversión, sin importarnos precisamente, el que sean personas, y transmite la sensación de que somos, todos y cada uno de nosotros, una serie de bichos inhumanos que nos reímos de todo lo que tiene un toque particular, haciendo que nos demos cuenta de que quizá Santiago Segura y su programa no sean tan graciosos, sino más bien todo lo contrario.

Esta película debería ser imprescindible para el conocimiento de nosotros mismos, por lo que revuelve las tripas. Sobre todo para aquellos que pasan el día riéndose de los demás. Se podrán dar cuenta de que son muy malas personas.

South Park. Volumen 2.

La madre de Kyle es un putón.


Afirmo. Pero aquí me refiero a la canción. Sheyla Broflovski (o como se escriba el apellido, que no lo se) es uno de esos personajes que nunca caen bien. Judía, fundamentalista, sobreprotectora en exceso... es de esas hijas de puta que no dudan en hacer daño con tal de ver a sus hijitos "a salvo" de todo a lo que ella le tiene miedo, aunque sea a costa de esos mismos hijitos. Es una de esas madres que deberían estar deportadas en Siberia por el bien de toda la infancia en general. Y por eso, Cartman sentencia que la mamá de Kyle es un putón. Y lo canta.
Esta canción aparece en dos ocasiones, una de ellas en la película (cuya reseña podeis ver en el Volumen 1 de South Park, en este mismo blog), y la otra en el Especial de Navidad de El señor Mojón. Yo os dejo el enlace para el youtube, donde lo encontrais en varias versiones, entre ellas una (con el doblaje de la serie, no de la película) en el que superponen la canción a imágenes de una serie manga, que me suena pero no me acuerdo de cual es. Hay incluso una versión karaoke de la canción en inglés. Imprescindible.

South Park. Volumen 1.

South Park. Más grande, más largo y sin cortes (Trey Parker/Matt Stone, 1999)
Ayer volví a disfrutarla. Después de lo de los vaqueros (que no eran vaqueros, sino pastores de ovejas), necesitaba algo de diversión. Cuando fui a verla al cine, me encantó. De hecho, de la serie (que ponían a horas intempestivísimas para no estar haciendo otra cosa) había visto sólo unos cuantos capítulos, con lo que esta película fue mi inmersión en ese gran monumento de estudio sociológico de la cultura occidental (me repito, lo se), que es todo lo que sale de South Park y sus habitantes. Mi pasión por South Park es, en muchos momentos, desmedida, pero puedo afirmar, sin lugar a dudas, que esta película es el musical que más me ha gustado de todos los que he visto (y no han sido pocos). No creo que vaya a contar nada nuevo de lo que es la película ni la serie, una amalgama de "cafretadas" sin demasiado sentido, y que dejan a todo occidente como una panda de retrasados mentales, donde lo único sensato y coherente son estos cuatro "angelitos", cada uno en su estilo.
La película, sin embargo, pierde por la duración, no exagerada, pero si que, para tanta mala hostia, al final no tienes risa que soltar. Pero es rápida, los números musicales están muy bien (¿he dicho ya que es el mejor musical de la historia?) y son cortitos, está bien planificada y, aunque es demasiado títere de una vez, no deja ni uno con cabeza. Los militares son unos racistas ("operación escudo humano"), Bill Clinton es un bobalicón, se cargan a los Baldwin y a los Arquette, dejan como imbéciles a Winona Rider y a Brooke Shields ("yo tuve una ventosidad durante el rodaje de El lago azul"), los canadienses son casi héroes de la libertad de expresión, el infierno está lleno de gente conocida, el cielo de Kenny está lleno de tías en tetas... y la mamá de Kyle es un putón (aunque en esto ahondaremos más en la siguiente entrada, porque si no esta va a llegar...). Hombre, el malo es Sadam Hussein... pero no se puede tener todo. Eso sí, Cartman se lo carga al grito de "marica-capullo-cabrón-soplapollas-caca-pedo-culo-coño- pis-puta Barbra Streisand". Sin palabras.
Pero sí hay que ponerle un pero de verdad, a la versión doblada, es que no tiene ni los mismos guionistas ni las mismas voces que la serie, con lo que llaman "Señor Hat" al señor sombrero, el psicólogo dice " y tal" en vez de "saben", y los niños tienen voces de actores que se hartaron de helio... Y cuando se muere Kenny dicen "Cabrones" en vez de "Hijos de puta". El colmo.

En youtube he encontrado un resumen de diez minutos con lo supuesto mejor de la película (hay momentos mejores, como ese en el que Cartman canta aquello de "me han dejado sin vocabulario" al no poder decir tacos...). Si pinchais sobre lo que está resaltado, vais allí directamente, porque yo sigo sin saber cómo puedo meter los vídeos de allí en el blog. Aunque lo mejor es verlo todo, y más de una vez para darse cuenta de todos los detalles. No hay nada dejado a la improvisación. No digo más. A verla.

sábado, 17 de noviembre de 2007

Historias de amor: Brokeback mountain.

Brokeback mountain. (Ang Lee, 2005).
En ese grandísimo monumento de estudio sociológico que es South Park, hay un capítulo donde Robert Redford decide llevarse el Festival de cine independiente de Sundance a South Park, y a los niños los obligan a ver, al menos, una película "independiente", que, inmediatamente, son definidas por el gran Cartman como "películas de vaqueros gays que hacen puding", y que, cuando se aburren, exploran su sexualidad. Pues eso mismo. Sólo que aquí no hay puding, sino latas de judías que hacen al baño maría. No voy a entrar en la dependencia o independencia de las películas de cine indie, porque no viene al caso, y me dedicaré a hablar de esta maravilla.
Me he resistido mucho, sobre todo porque yo todo eso que se haga famoso lo llevo regular si no lo he descubierto previamente, uno es así de pedante. Y más cuando todavía sigo cabreado por la escasa repercusión mediática que tuvo una de las mejores películas de los 90, La tormenta de hielo. Que Ang Lee resonara con esta historia de vaqueros, siendo La tormenta de hielo la obra maestra que es (y teniendo siete años más) podía con mis nervios.
Pero al final la he visto. No me esperaba otra cosa, sigo a Ang Lee (más o menos) desde sus tiempos hongkoneses, su medio salto a la occidentalidad (qué buena es El banquete de bodas), y su permanencia en el staff de directores hollywoodienses con algo de personalidad. Con lo que ya se qué es lo que me voy a encontrar. Y que además me va a gustar.
Sensible (que no sensiblera), bella (visualmente y en el contenido), profunda, emotiva... Acabo de verla y no tengo palabras para calificarla. Todavía no puedo entender por qué me pongo tan burro cuando se me mete algo en la cabeza, y me arrepiento de llevar dos años perdiéndomela. En parte también porque hacía mucho que no lloraba con una película. ¿Por qué no le dieron el Oscar a Heath Ledger?

Resumen semanal (II): Muchachada Nui (9).

Muchachada Nui. Capítulo 9.
Presentado por Jonh Galliano, en una historia inspirada en El retrato de Dorian Grey, a mi me ha parecido bastante flojito, irregular, pero bueno en general, como de costumbre. En Celebrities sale Tita Cervera (que presentará el siguiente) hablando de su hijo, amarrada a un árbol... El padre de Ernesto Sevilla echándoles la bronca por lo malo que ha sido un sketch a su hijo y a Joaquín Reyes, y el VHS quejándose del fin de su uso, fue lo más destacable, aparte de Marcial, como siempre. Enjuto Mojamuto pone una cibercámara, y bajan las visitas cuando se desnuda. No se podía esperar otra cosa. Ayer me tiré todo el día en la calle y estoy de resaca. Por eso ha quedado esto tan bobo. Intentaré mejorar.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Serie Z: Karate a muerte en Torremolinos.

Karate a muerte en Torremolinos. (Pedro Temboury, España, 2001).


A algunos les habrá parecido que Robert Rodríguez y mi adorado Tarantino han vuelto a resucitar el género con el inicio de la saga Grindhouse (que no sabemos si continuará, esperemos que sí), pero en realidad, es un género que nunca murió. La confusión puede venir de lo difícil que es que todo este tipo de cine salga de los videoclubs y se integre con cierta difusión en la gran pantalla. No fue el caso. Pedro Temboury, director malagueño experto en esta serie Z, dirigió, con más medios de los habituales, una película que quedará en la retina de todo el que la vea. Calificada como "la peor película española estrenada en cines" (cosa de la que se jactan en la carátula del DVD), se trata de serie Z en estado cuasi-puro. Se trata de una especie de experimento de cómo hacer serie Z con algo más del presupuesto del habitual. No se pretendía hacer una buena película, se pretendía hacer una buena película de serie Z, que no es lo mismo. Y lo consiguieron.
El doctor Malvedades resucita a cuatro zombies karatekas, que irán secuestrando "vírgenes recién folladas" por Torremolinos, con la intención de resucitar al monstruo de Jocántaro, que los ayudará a conquistar el mundo. A todos ellos les harán frente una pandilla de surferos católicos y un profesor en ciencias ocultas que lleva como arma un "Simon dice". Eso es la premisa. Lo demás es pura locura. No hay profundidad en nada, todo está hilado con seda dental, odas al hachis, sexo, humor, efectos especiales cutres y, sobre todo y ante todo, casquería, mucha casquería. Si alguien cree que todo esto no sirve para salir corriendo a conseguirla (cosa que no es nada fácil, yo he tardado unos cuantos años en lograrlo) y tragársela esta misma noche, es que no tiene ni idea de lo que es la diversión.

lunes, 12 de noviembre de 2007

El reverso de la historia: Wicked, memorias de una bruja mala.

Wicked. Memorias de una bruja mala. (Gregory Maguire).
Lo avisé en el otro blog. Me lo estaba leyendo y me estaba gustando. Lo terminé, y puedo decir que es fascinante. Lo edita Planeta, pero yo lo compré en el Círculo (lo confieso, estoy apuntado, y mucho de lo que me leo lo consigo aquí). En realidad lo compré porque tenía pinta de best-seller, y tenía ganas de leerme algo donde no tuviera que pensar. Ha sido una agradable sorpresa.
La historia es la de la vida de una niña, verde y con colmillos, que, cuando crece, se convierte, muy a su pesar, en la malvada bruja del oeste de El mago de Oz. La visión es original, y nos presenta a la niña como una pobre incomprendida, dentro de una conspiración política orquestada por un golpista que se convierte en el emperador de un reino al que es advenedizo, y que no es otro que el mago de Oz. Infidelidades, relaciones casi incestuosas, dinámicas ocultas, personajes siniestros, escenas moralmente dudosas, intrigas, dudas existenciales... Alejan a esta novela de un best-seller de libro, valga la redundancia, y lo convierten en una ingeniosa sátira adulta de los mecanismos políticos que mecen la cuna. Además está bien escrito. ¿Qué mas se puede pedir?

domingo, 11 de noviembre de 2007

¿Había necesidad? La venganza de los Sith.

Star Wars. Capítulo 3. La venganza de los Sith (George Lucas, 2005).
Star Wars, mal traducida como La guerra de las galaxias (serían las guerras, wars está en plural) era una de las poquísimas sagas que mantenían ese honor de la consideración de que todos sus episodios habían mantenido una calidad más que aceptable. Pero George Lucas quiso que nada quedara a la imaginación y, veinte años después de la primera entrega, comenzó con la preparación de los que serían los tres primeros capítulos de una saga de seis, y que explicarían de donde venía todo lo que ya habíamos visto en los que serían los tres últimos. Parece un trabalenguas, pero no lo es. Los tres primeros estrenados son los tres últimos de seis capítulos. No se qué hago explicando esto si todo el mundo lo sabe, así que vamos al carbón.
Primero cogió los ya exhibidos (La guerra de las galaxias, El imperio contraataca, y El retorno del Jedi), les puso coloritos, les mejoró la imagen, añadió mucho pixel... para que acabaran contando exactamente lo mismo que contaban antes. Además nos enseñaron que jedi no se pronunciaba como lo habíamos hecho toda la vida (textualmente) sino como si todos fuéramos ingleses. Pero sacó un buen dinero, y no destruía nada de lo original.
Ya despúes empezó a cagarla. La amenaza fantasma, el capítulo primero de los seis, ya se encargó de estropear todo el buen nombre de la saga, haciendo una película infantiloide, donde lo importante era la estética y los efectos especiales, pero que, como todos esperábamos (algunos pensábamos de hecho que era lo fundamental que había propiciado el regreso del señor Lucas), tuvo unos ingentes ingresos económicos. La segunda entrega de esta segunda hornada, El ataque de los clones, era bastante mejor película, por mucho que no llegara a la suela de los zapatos a las anteriores. Y esta que nos ocupa me he resistido a verla porque a mi Star Wars me gusta.
No puedo decir que me haya decepcionado lo más mínimo. No esperaba gran cosa. Todo es de lo más pueril, las intrigas son facilonas y están mal narradas, la historia de amor es de baba, Skywalder se transforma en Lord Vader como quien baja a comprar el pan (no le cuesta mucho a Palpatine convencerlo), el pulso narrativo es inexistente... pero se gastaron muchísimos duros para que los efectos especiales fueran espectaculares y, gracias a ello en parte, las secuencias de acción no están del todo mal. Después de tres episodios logran hilar todo el contenido con los tres antiguos, pero con hilos tan finos que casi no se sostienen. Y para la mitología, tenemos a Chewbacca , a Luke y Leia, la primera aparición de Darth Vader (que sigue llamándose Lord Vader), con la inimitable voz de Constantino Romero... Poco más o menos que curioso, porque por lo demás.
Quizá estoy exagerando, pero yo es que era fan. Y ya no puedo. Me volvieron a destrozar otro mito.

sábado, 10 de noviembre de 2007

Ojalá: Silvio Rodríguez.

Silvio Rodríguez en concierto (Telde, 9 de noviembre de 2007)
No se podía titular de otra manera. Yo a Silvio hacía años que lo había dejado, pero forma parte, como muchas otras cosas, de mi educación sentimental. Era la primera vez que tenía oportunidad de verlo en concierto, y allí me fui.
Todos los que ya lo habían visto lo describían con huraño, poco entregado, y bastante borde. No se qué le pasó ayer, pero saludó, se permitió bromear, cantó todo lo que se le pidió, hizo tres bises, y dio un concierto de casi dos horas y media que fue monumental. Repertorio de canciones conocidas (algunas más que otras), donde no faltaron Te doy una canción, Playa Girón, La era, El unicornio azul, Gaviota... y por supuesto, cuando ya todos creíamos que no la cantaría, Ojalá, con cinco mil personas coreándolo. Todo con un punto emotivo, y lo justo para que los que lo habíamos dejado lo volvieramos a recuperar, y los fans fueran más fans todavía. Se portó. A pesar de las malas maneras de alguno que otro, que incluso llegaron a subirse al escenario... Curso de comportamiento y buenas costumbres en próximos capítulos.
Todo ello muy bien acompañado de cinco músicos fantásticos (no recuerdo cómo se hacían llamar), especialmente, Niurka González, que tocó la flauta travesera de una forma que nos dejó a todos boquiabiertos. Habrá que seguirle la pista.
Al final terminó el concierto, todos nos fuimos muy contentos, y yo ya puedo tachar de la lista de deberes una cosa más. Cada vez estoy más cerca de poder morirme tranquilo.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Resumen semanal (I): Muchachada Nui (7-8)

Muchachada Nui. Episodios 7 y 8.
Me he dejado. El séptimo lo intenté grabar, pero me equivoqué de canal y se grabó Kyle XY (no la he visto, creo que en este mundo se debe sufrir lo justo), y ya el octavo lo hice bien. Resumiré lo más mejor de los programas:

Episodio 7. Presentado por Kofi Annan. A destacar el culto a Satán, en plan película berlanguiana, que además nos obsequia con un desnudo frontal de uno de los satánicos (no vamos a decir que no nos gusta que despeloten gente en la tele), Marcial, hablando de los tontos del pueblo, y el capítulo de los Klamstein, donde Frederik Klamstein es castigado a muerte por ganar en un concurso al rey, y considerarse eso como injurias a la corona. Hay que tener huevos.

Episodio 8. Presentado por Mark Hamill, que está atrapado en El imperio contraataca, delicioso. Celebrities presenta a John Galliano (para partirse el pecho), y el Mundo Viejuno, dedicado al Cambio climático.

La semana que viene más.

Cosas grandes: London Calling.

London Calling. (The Clash, 1979).
Vuelvo a escuchar en estos últimos días nuevamente esta maravilla de disco. Mantengo la teoría, desde hace tiempo, de que todo lo que se ha hecho después de ellos, ya lo habían hecho The Clash. Y lo habían hecho en este disco. The Clash empezaron como punks, y fueron evolucionando hasta tocar todos los palos, todos los que luego tocarían todo el resto de grupos de los ochenta, noventa y principios de este siglo. El grupo es grande, y este disco lo es casi más que ellos. Mítico, y uno de los referentes del pop y rock de toda la historia, he vuelto a escucharlo en base a una conversación con una amiga. Lo difícil de escoger algo de The Clash es que todo es magnífico, pero a este disco le tengo especial cariño, ante todo porque fue con el que hice el descubrimiento de estos grandísimos artistas. La edición que tengo original es la del veinticinco aniversario, una edición especial de dos discos remasterizados (el original y las Vanilla Sesions, maquetas de las canciones que irían en el disco original y algunas que nunca vieron la luz, perdidas, según cuentan, durante años), un DVD con un "Cómo se hizo..." y un libreto donde se explica la historia del disco, se muestran fotos del grupo y diversas ilustraciones. Como disco de colección no tiene precio. En lo musical tampoco.

martes, 6 de noviembre de 2007

Clásicos modernos, volumen 1: Is this it.

Is this it. (The Strokes, 2001)
Moderno no es, y clásico tampoco. Pero se podría calificar así. El disco es de hace ya unos añitos, y fue la carta de presentación de Julian Casablancas (cantante y compositor de casi todo) y el resto del grupo. La historia es la de unos niños bien, supuestamente, de Nueva York, que se aburrían y se unieron para hacer uno de los mejores discos editados a comienzos de este nuevo siglo. Luego hicieron un espléndido segundo, Room of fire, y un menos espléndido, pero también bastante reconfortante, tercero, First impressions of Earth. Pero es en este primero donde se sientan las bases que determinarán el estilo de la música del grupo. Como Offspring, al final las canciones se terminan pareciendo todas demasiado entre ellas, pero, bien escuchadas, se comprueba como cada una tiene suficiente personalidad como para brillar por si misma, independientemente del resultado del conjunto. No voy a ir canción por canción, porque no tengo ganas de liarme, y lo fundamental en la música, igual que en cualquier otro tipo de arte, es la vivencia de la misma. Lo que a unos encanta, a otros no. Pero eso tiene que decidirlo cada uno por si mismo.
Hoy me ha dado por recuperarlo después de olvidarlo por un tiempo, para tirarme todo el día escuchándolo, como siempre me pasa. Guitarras potentes, cambios de ritmo, y Julian Casablancas chillando como una rata, hacen que todo suene como una auténtica maravilla. Yo tengo la versión que se editó en Europa. En la versión yanqui hay una canción más, creo recordar (hay que hacer patria). Eso sí, las letras no vienen, pero hay maneras. Hoy he conseguido la dirección de una página donde se pueden ver los lyrics de casi todo lo que nos interese. Algún día me pondré a recomendar cosas de internet.

lunes, 5 de noviembre de 2007

De revistas: El jueves; El País; Zero

El jueves. (la revista que secuestran los viernes).

Antes era la que salía los miércoles, y el viernes era un suplemento de actualidad. Hasta que una portada que no siendo ni muy de lejos la más ofensiva que ha sacado esta revista, aparte de devolverla a la palestra para muchos que la habían olvidado, tuvo la osadía de "injuriar" a los príncipes de Asturias (que por lo visto, no consumen, y además, trabajan muchísimo, como todo el mundo sabe) y provocó que un juez, que por lo que se ve andaba bastante aburrido, la retirara del mercado, para pitorreo patrio. Hay algunos que siempre la tuvimos en mente, y la comprábamos, aunque sólo fuera de vez en cuando, por aquello de reírnos un poco y enterarnos de la actualidad del país y del resto del mundo de una manera más objetiva y menos sensacionalista que la que ofrecen los actuales diarios nacionales, regionales y/o comarcales. Ayer estaba de guardia, de domingo, y solo, con lo que me fui a la tienda del hospital para comprar algo que leer, y terminé incurriendo en lo mismo de siempre. Compré El jueves de la semana pasada (la portada que ofrezco es el que sale el próximo miércoles, que es la que tienen en la página web), la Zero (ver más adelante) y El País (que uno es muy de Polanco). En condiciones normales la Zero se hubiera visto sustituida por el Fotogramas o cualquiera de decoración, pero el primero no lo tenían, y estoy muy cansado de ver cómo te enseñan a decorar casas de trescientos metros cuadrados (como si tuviera algún misterio). Pero, como ya he dicho, de esta hablaré después.
De El jueves no creo que tenga mucho que decir. Es una revista generacional, de las generaciones prefranquistas y de los que nacimos en la transición, y dudo mucho que resulte mínimamente interesante para la mayoría de los que nacieron después, porque, salvo honrosas escepciones, no parecen mostrar el más mínimo interés por el mundo en el que vivimos. Y, como esas generaciones, ha envejecido. La madurez no le ha sentado del todo bien, en parte por las idas y fallecimientos de algunos de sus colaboradores (¡qué grande era Ivá!), y en parte porque los nuevos no les llegan a estos a la altura de los zapatos, salvo algunos genios como Darío Adanti. También creo que tiene que ver con que todos nos hemos ido haciendo mayores, y ya no nos reímos tanto con las mismas cosas. Quiero creer que tendrá algo que ver. Más que nada porque no me quiero cargar algo que forma parte de mi educación sentimental, humorística y política. Pero lo cierto es que a mi cada vez me hace menos gracia. Excepto Cojonciano. Con ese no se parar de partirme la caja.


El País.

Diario nacional, de Prisa, supuestamente independiente (se pelean con El Mundo por ese puesto), dependiente de las cabezas pensantes seudoizquierdosas (PSOE y allegados). Por lo visto ha cambiado de formato. Eso quiere decir que las columnas de Elvira Lindo y Antonio Martínez, probablemente lo mejor de todo el periódico, junto con Maruja Torres (domingo los dos primeros, jueves la segunda), han cambiado de nombre, pero que ahora, todos ellos, con el cambio, se encuentran bastante más serios. Yo me sigo quedando con las Memorias de Gus, incluidas en la parte infantil, y las viñetas de Forges y El Roto, que son, con mucho, las reflexiones más sensatas que se hacen en casi ningún periódico de este país. Por lo demás aquí los malos son los del PP, en El Mundo los del PSOE, y en el ABC y La Razón no hay quien se salve más allá del Rey. Para gustos los colores.


Zero.

No soy yo muy amante de esta revista. Aparte de un par de vistazos si me la encuentro en algún sitio, creo que esta era la primera vez que la compraba. El modelo de la portada, que tiene veintiun añitos, aunque parezca cercano a los treinta, fue uno de los motivos. Después no daba para tanto. La impresión es la misma que siempre que he ojeado la revista. Es como el Cosmo, pero para maricas. Tendencias (que incluyen el decir y clasificar lo que está bien y está mal, lo que se puede y no se puede hacer dependiendo de la orientación sexual que se tenga), millones de anuncios de cosas carísimas (por supuesto, todas tendencia), y un aire reivindicativo bastante naif, en general. Ah, bueno, y loas a ZP (aunque en El jueves dicen que en estos momentos se hace llamar solo Z), por lo bueno que ha sido con los maricones. Es decir, construyen la idea de Chueca, actualmente el barrio más caro de Madrid después del de Salamanca, y editan una revista para el "lobby rosa" (¡qué grande es también Ana Botella!), no vaya a ser que alguien se vaya por el mal camino. Lo único salvable, la zona porno, bastante más cafre que lo que cabría esperar en una revista de estas características. Qué pena que no sea entera así.

sábado, 3 de noviembre de 2007

Nunca una familia hizo más honor a su nombre: La familia Mata.

La familia mata. (Antena 3)


Me la recomendó una amiga, por aquello de la práctica profesional. Y la verdad es que, independientemente de para ver dinámicas familiares (para lo que es estupenda, aunque solo sea por las reiteraciones), como sitcom funciona. No es ninguna cosa del otro mundo, no te partes la caja, pero tiene una serie de personajes que todavía no han salido de lo mismo, siete capítulos después, y que, precisamente por ello, resultan cada vez más divertidos. No se si la serie es de la productora de Jose Luis Moreno, pero no me extrañaría, porque a mi me recuerda cada vez más a Aquí no hay quien viva, tanto en la planificación, en el estilo de las bromas, en las estereotipaciones... Vamos, que es más de lo mismo, aunque lo hagan otros. Quizá haya alguien que pueda pensar que eso no sea bueno, sólo falta recordar que ese es el leit-motiv de toda buena sitcom (¿alguien me puede explicar la evolución que tenían, por ejemplo, los personajes de Cheers?).
La anécdota argumental es la de un novio que va a irse a vivir con su novia, el padre de ella les coge el dinero de la entrada del piso, y se tienen que ir a vivir a casa de la familia de ella, donde él intenta integrarse, quedando atrapado en una familia que, como ya dicen los créditos, hace honor a su nombre. Tenemos al novio, rígido, tímido, y que se cabrea lo justo, con dos amigos (uno de ellos su primo) con pinta de pringados (y que conforman parte de los mejores sketches de la serie), la novia medio pija (puede que el personaje más flojo), con una madre autoritaria, típicamente hispánica, y que pretende (y consigue) controlar todo su entorno, un padre caradura, un hermano que no conseguiría aprobar la EGB (o la primaria de ahora) por falta de neuronas, una tía solterona que quiere casarse (¡qué grande es Anabel Alonso!), un abuelo hasta las narices de todos ellos, y los irritantes hijos del hermano. Como complemento tenemos al ex-novio rico, el que la madre quisiera como yerno, y de lo que no deja que quepa la menor duda. Además unos cuantos personajes extra (los profesores del centro cultural donde trabajan la novia, la tía y el ex-novio, la ex-mujer del hermano...) que van adornando unas situaciones que rondan lo alocado, aunque no lleguen nunca a ello, desgraciadamente.
Sólo que, como todas las sitcom españolas, tiene sus peros. Lo primero la duración (cada capítulo, sin anuncios, dura una hora y cinco minutos), el peor de los males de todas las comedias televisivas que se hacen en este país, y de la que resultan el resto de los males, que consisten en esos intentos de que los argumentos vayan caminando, y que terminan cargándose las series. Las sitcom duran treinta minutos. Con eso se consigue no realizar argumentos larguísimos, alargar la duración de las series (y no de los capítulos) repartiendo las premisas argumentales de cada capítulo en varios episodios (y en cada uno de ellos, como mucho, dos líneas conductoras), y no repetir una y otra vez los mismos sketches risibles. Porque, si eso se hace, se pierde la gracia. Y esta serie, que empezó bastante bien, comienza a perderla. A lo cual también se añade ese intento de denuncia social que en una serie de estas características debería sobrar, pero que todos los guionistas de estas series se obcecan en colocar, aunque sea con calzador, intuyo que para tener la sensación de dedicarse a algo más importante que hacer comedia. Lo que no se acaban de dar cuenta estos mismos guionistas es que la alta comedia necesita bastante más talento que la denuncia boba. Y así nos va. Esperemos que no terminen de estropearlo.

viernes, 2 de noviembre de 2007

Para lo que da un inglés: Los juguetes de la guerra, La cuadratura del huevo.

Los juguetes de la guerra. La cuadratura del huevo. (H.H.Munro, alias Saki).



Ya lo había anunciado hace tiempo. Me he decidido bastante a terminar este libro, quizá por lo que cuesta terminar esas cosas que te gustan. Comencemos por el principio.
De vez en cuando suelo hacer excursiones a las librerías. Desgraciadamente no demasiado a menudo me aventuro a ver qué es lo que hay interesante, sino que suelo ir a tiro hecho. Pero cuando estoy de vacaciones, y tengo tiempo, es una de mis aficiones preferidas. Pues bien. El año pasado, allá por mayo, me vine de vacaciones al que luego se convertiría en mi lugar de residencia. Y me dio por llevarles libritos a los amigos, porque eso de recuerdos de..., salvo que estés en el quinto carajo, siempre me pareció una soberana ordinariez. Estando rebuscando, me encontré esta maravilla, que me quedé para mí. Todavía no se por qué, pero me resultó atractiva la presentación. Saki es un escritor inglés de principios del siglo pasado, cuya obra más destacadas son los cuentos cortos. El libro que nos ocupa es una recopilación de unos cuantos, que ya salieron recopilados bajo los títulos de Los juguetes de la paz y La cuadratura del huevo, que además dan nombre a dos de los cuentos, y que publicó la editorial Valdemar en 2006.
La mayoría son humorísticos, basados en anécdotas de la época, aunque tiene también un buen manojo de relatos de terror. Todos ellos espectaculares. Por el simple hecho de la cotidianeidad. El sarcasmo ronda a sus anchas, lo terrorífico se encuentra en lo cercano, y ninguna clase alta (especialmente la política) sale bien parada. Niños odiosos, muñecos diabólicos, estudios sobre la nada, discusiones ingeniosas sobre los sistemas políticos occidentales... Todo es tremendamente irónico y, desafortunadamente, verídico. Humor inteligente de verdad, e inquietud en los de miedo. Una de esas grandes sorpresas que hacen la vida más interesante. Recomiendo, quizá porque es uno de los últimos y lo retengo con especial firmeza en mi memoria, El parlamento infernal, del que a continuación reproduzco el inicio:

"En un tiempo en que cada vez era más difícil hacer algo nuevo u original, Bavton Bidderdale captó el interés de su generación muriéndose de una enfermedad desconocida.
-Siempre estuvimos seguras de que cualquier día haría algo notable -dijeron sus tías-; ha demostrado que merecía toda nuestra confianza."

Ahí queda eso.

jueves, 1 de noviembre de 2007

El último cantautor: Arístides Moreno.

Arístides Moreno.

Uno de los mejores cantautores de todos los tiempos, si no el mejor. La mayoría de la humanidad no sabrá quién es, y si lo saben, se acordarán poco, pero en determinados círculos es todo un referente. Lo refrendan las múltiples páginas dedicadas a este gran compositor que se pueden encontrar en google, aparte de su página propia. Hay una muy interesante, llamada Pucela Horcon Web, en honor a esa gran canción que es Horcon Boys.

Lo característico de Arístides, a diferencia del resto de cantautores españoles, es que, si bien hace canciones comprometidas como bien corresponde a su estatus, Arístides tiene algo de lo que el resto de los cantautores carecen: sentido del humor. Canciones inspiradas en los más diversos ritmos (desde música de semana santa a funky), con letras irónicas y una estética divertidísima, como bien atestigua su videoclip de Agua con gas, probablemente su tema más conocido y el único que se ha intentado difundir, sin mucho éxito, desgraciadamente (si podeis verlo bien, aunque la calidad del video de youtube no es buena, echar un ojo a los pelillos que le salen de la bragueta, por poner un ejemplo).


Ritmos variados, letras mordaces, y una sanísima capacidad para reírse de todo, incluyéndose a si mismo, es parte de lo que hace de Arístides un personajes inigualable y único en su especie. Cualquiera de los tres discos que tiene en su haber (Samba de otro mundo, El corsario de la biosfera y Espectro lumínico) contiene unas cuantas canciones memorables, con las que reírse, pasar un buen rato, y hasta bailar. A la memoria me vienen Sexo alienígena, Posición horizontal, Comerciando con psicotrópicos, Ponle buena cara a la malagana (que hay que cantar con la lengua fuera), y, especialmente como ejemplo de cómo se puede hacer canción protesta sin que entren ganas de rajarse los brazos, My car was stolen last night when I was sleeping (que hace alusión a aquellas elecciones que ganó Ansar sin mayoría absoluta y se tuvo que aliar con todos los que él antes calificaba como chantajistas).

El último disco, Espectro lumínico, salió en 2005. Es una pena que no publique todos los años.