Hubo algún sesudo crítico que quiso ver en la segunda (y afortunadamente última) película shumacheriana de la serie Batman una especie de revulsivo y de reducción al absurdo de todo el universo superheroico.
Creo que deberían mirárselo, en especial buscando algún impulso homosexual más que latente que es lo único que se puede sacar en claro de esta bazofia.
Tenemos a los superhéroes más ridículos de la historia (con permiso de Los cuatro fantásticos 1 y 2) vestidos de lagarteranas con corazas de cuero (con pezones y todo en las armaduras, sólo les falta el látigo... a no, que no les falta) y dos de los villanos más fascinantes del universo Batman llevados al más atroz de los ridículos no sabemos por qué motivo.
Schumacher vuelve a hacer una de esas películas suyas donde lo único que sacamos en claro son las ganas que tiene de que Clooney y O'Donnell le metan de todo menos miedo (que ya hay que ser pervertido para que te ponga el O'Donnell)... y ponemos de jarrones (carísimos, casi de dinastía Ming) a Nicole Kidman y a Alicia Silverstone (haciendo de superheroína con sobrepeso, por si faltaba algo que produjera risa en el respetable).
Señor Schumacher: no creo que tenga que recordárselo, pero existe el cruising, las saunas, los cuartos oscuros y otras muchas formas de saciar la líbido. Deje las adaptaciones de cómic en paz, déjelas para quien, al menos, les tenga un cierto respeto.
Creo que deberían mirárselo, en especial buscando algún impulso homosexual más que latente que es lo único que se puede sacar en claro de esta bazofia.
Tenemos a los superhéroes más ridículos de la historia (con permiso de Los cuatro fantásticos 1 y 2) vestidos de lagarteranas con corazas de cuero (con pezones y todo en las armaduras, sólo les falta el látigo... a no, que no les falta) y dos de los villanos más fascinantes del universo Batman llevados al más atroz de los ridículos no sabemos por qué motivo.
Schumacher vuelve a hacer una de esas películas suyas donde lo único que sacamos en claro son las ganas que tiene de que Clooney y O'Donnell le metan de todo menos miedo (que ya hay que ser pervertido para que te ponga el O'Donnell)... y ponemos de jarrones (carísimos, casi de dinastía Ming) a Nicole Kidman y a Alicia Silverstone (haciendo de superheroína con sobrepeso, por si faltaba algo que produjera risa en el respetable).
Señor Schumacher: no creo que tenga que recordárselo, pero existe el cruising, las saunas, los cuartos oscuros y otras muchas formas de saciar la líbido. Deje las adaptaciones de cómic en paz, déjelas para quien, al menos, les tenga un cierto respeto.
5 comentarios:
Es mala, sí...
Pues a mí sí me pone Chris, mucho más vestido de "el chico maravilla".
mala, mala, mala. Un horror de peli que acabó por destrozar a batman en el cine hasta que llegó batman begins. Schumacher significa zapatero en aleman, pues eso, a sus zapatos y a dejar de destrozar personajes de comic.
¿A quién se le ocurre poner al Clooney de Batman? Ah, sí... Al que se le ocurrió lo de Michael Keaton.
El caballero oscuro... Ay, eso sí que sí. (Babas)
Nada... totalmente de acuerdo... muy mala, me quedo mil veces con el comic de Frank Miller con el mismo título!!
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