domingo, 31 de enero de 2010

Tacones lejanos

Tacones lejanos (Pedro Almodóvar, 1991)


Y llegamos al homenaje mal entendido. No es que no me guste Tacones Lejanos, aunque ya a Almodóvar se le empiezan a notar demasiado los humos, pero si que eché de menos el intentar el homenaje mostrando menos interés por demostrar ser uno mismo... porque el que lo es no tiene que demostrarlo.
Llegamos a la versión histérica y pasada de vueltas de Sonata de otoño, de la que hablábamos ayer (o antes de ayer para ser exactos) y donde el manchego da rienda suelta a su exageración para retrotraer a Bergman a la fuerza y sin conseguir llegar donde llegó este, a pesar de contar con una de las más sobreactuadas interpretaciones de la generalmente estupenda Victoria Abril.
Almodóvar quiere demostrar que ha asumido a los clásicos y eso se puede unir a la tipología de barrio y mezclarlo con chaneles y armanis y al final queda un batiburrillo de ideas que emociona poco pero que consigue que pasemos el rato.
Momentos brillantes como el de la confesión del asesinato en el telediario, o el baile en la cárcel los hay. Estéticamente resulta impoluta e inconfundible. Se olvida más del gag y engarza mejor las situaciones.


Pero Miguel Bosé sigue sin ser buen actor y los implantes peliles dan mucho el cante, y los momentos grandguiñolescos a la vez que el intento de drama serio se queda en muchas ocasiones como la mayonesa cortada.
Y todo a pesar del intento de la Paredes de resultar sensata en su actuación, y a pesar de líneas de guión que recuerdan lo mejor que nunca hizo: comedia, amarga pero comedia.
Un querer y no poder, que sin embargo, se salva de la quema todavía no tenemos claro por qué. Aunque Carlos Boyero puede que lo sepa.

sábado, 30 de enero de 2010

Fondo de armario

Fondo de armario (Los punsetes, Los punsetes)

Que si, que ya he hablado de ellos y que ya puse el videoclip de Dos policías... pero es que me gustan mucho, y sobre todo la canción que abre su primer disco, perfecto resumen de su estilo y canción potente y corta, como deben ser. ¡Cómo me gustan!


viernes, 29 de enero de 2010

Sonata de otoño

Sonata de otoño (Ingmar Bergman, 1978)

El maestro Bergman visita poco estas páginas, más ocupadas en minucias yanquis que en grandes obras. Pero lo tengo siempre presente a pesar de que mis reseñas parezcan escritas por alguien que nunca llegó a ver más de dos minutos de una obra suya. Sin embargo mi fascinación por ellas no cesa, y me remueve las entrañas como pocos pueden hacerlo.
Elogios aparte, Höstsonaten tiene un puesto primordial en la historia del melodrama, tanto que otros la eligieron para homenajearla, sin conseguir sin embargo acercarse siquiera a su grandeza.
Bergman consigue contar una gran historia con apenas tres actores (pero qué tres actores y qué tres interpretaciones), una modesta casa como casi único esc
enario y un guión y una dirección que logran un dramatismo tormentoso, que remueve cimientos personales como un terremoto y que no se deja llevar por lo afectivo.
Bergman realiza una película sobria que cae encima del espectador como una losa perfecta que lo atrapa, lo atenaza y lo llena de dolor.


Bergman nos lanza nuestros conflictos paternos casi sin que nos demos cuenta, y lo acompaña de una banda sonora espléndida donde destaca, precisamente, esa sonata de Handel adonde se desplaza el conflicto entre una madre que nunca lo fue (impresionante Ingrid Bergman) y una hija que siempre la echó de menos (no menos impresionante Liv Ullman).
Y todo ello, ya lo hemos dicho, desde la sobriedad. De imitadores (y supongo que ya sabrán de quien les hablo), homenajeadores y usurpadores hablaremos este domingo. Hoy quedémonos con ella.

jueves, 28 de enero de 2010

Destrozando a... Torrente II: Misión en Marbella

Torrente II: Misión en Marbella (Santiago Segura, 2001)



Fuimos muchos los que vimos en Torrente muchas gotas (cuando no chorros) de calidad, como revisión y elaboración de las comedias casposas españolas de los sesenta y setenta, precisamente al llevar al absurdo todo ese discurso españolista pasado de rosca que lavó la cabeza de muchos durante años, y que elevaba a los altares a la figura del macho ibérico como objeto sexual deseado por todas las mujeres del mundo, entre otras cosas.
El problema es que creo que nos pasamos y a Segura se le subió demasiado a la cabeza, tanto que quiso repetir (con muchísimo éxito de taquilla) el experimento punto por punto, tan sólo aumentando lo exagerado para ya resultar ridículo y despreocupándose absolutamente por el guión, los actores, la planificación...
Luego llegaría la tercera, que todavía no he visto porque desufrir hay que desufrir lo justo... y amenaza con una cuarta...
¡Que Dios, que no existe, nos pille confesados!


miércoles, 27 de enero de 2010

Una rubia auténtica

Una rubia auténtica (Tom DiCillo, 1997)


La carrera de DiCillo es una muestra de talento no reconocido y, ante todo, errático. Su filmografía está lleno de obras interesantes, divertidas y curiosas que, sin embargo, no parecen llegar nunca a conseguir la gran película que quiere hacer.
De hecho, con The Real Blonde, su incursión en el cine de estudio, se consigue quedar a medias quizá más que en sus otras cintas.
DiCillo quiere, y consigue, hablar del culto al cuerpo, del gobierno de la estética, de la huida de lo real por medio de la fantasía... y lo hace con la historia de dos amigos, dudosos actores, cuyo mayor deseo en la vida es conseguir ligarse a una rubia "au
téntica", ese mito irrealizable que se presenta como la gran meta de dos adolescentes que hace años dejaron de tener edad para ello y que son incapaces de verse a si mismos y se dedican a menospreciar a los demás por el simple hecho del color del pelo.
Esa rubia es la fantasía del éxito, la fantasía de lo que quieren conseguir y donde quieren ir como si no hubiera más, la fantasía del conseguir lo imposible, de intentar hacer posible lo que nunca será.


El punto, sin embargo, lo tiene el trato de comedia descorazonada y descorazonadora, el no mostrar misericordia con nadie y el tener en el ridículo su razón de ser. Por ello no concuerda con esa especie de final forzado donde parece darse marcha atrás a todo esto, ni con esa salvación de los personajes a los que no ha habido duda en poner en la palestra.
Más que nada porque no da la impresión de que se haga por cariño, sino por exigencias de la productora. O eso parece.


lunes, 25 de enero de 2010

SG-1

SG-1 (Showtime, 1997-2007)



Ya es oficial, me estoy convirtiendo a pasos agigantados en el friski que todo el mundo reconocía en mi.
Y me he dado cuenta no porque cada vez esté más tiempo asocial, sino porque me está gustando demasiado SG-1, primera de las series basadas en la película Stargate (hay unos cuantos spin-off por ahí) y que funciona igual que todas las series de ciencia ficción de los setenta y ochenta: hay un grupo de gente que tiene unos enemigos mortales que aparecen de vez en cuando y que se dedican a recorrer distintos mundos a través de un transporte interestelar (en este caso una puerta egipcia) conociendo distintas culturas a las que adoctrinan acerca de las ventajas de la sociedad terrestre (sobre todo la yanqui).


Ni siquiera que el protagonista sea McGuiver ha podido para a mi pobre mente carcomida de ponzoña espacial. Todavía espero que derrote a Apophis con un chicle y una pajita.
Por favor, que alguien me ayude antes de volver a ver Star Trek.


Frase de la semana


Todos deberíamos creer en algo. Yo creo que me tomaré otra copa.

Plagio de Steele a la Filosofía de Alguien, La Ley de Murphy (Andrew Bloch)

domingo, 24 de enero de 2010

Justino, un asesino de la tercera edad

Justino, un asesino de la tercera edad (La Cuadrilla, 1994)

Creo que era al hablar de Siete mil días juntos, tiempo ha, que me refería al año 1994 como un año de buena cosecha de cine español. En realidad ahora no tengo claro por qué lo decía entonces salvo a un par de títulos que me gustaron sobremanera, pero que si se encontraban dentro de uno de los géneros que más y mejor ha cultivado el cine de este país, y que parece haber desaparecido de la mente de los productores desde entonces ahora, la comedia negra.
La Cuadrilla, dueto de directores formado por Santiago Aguilar y Luis Guridi, aterrizaba en el largo precisamente con una comedia negrísima y elegantísima q
ue contaba la historia de Justino, puntillero jubilado a la fuerza que pasa de rematar toros a rematar personas que le hacen la vida más o menos molesta a raíz de un accidente que cambiará su vida, y cuyo deseo insatisfecho, y por lo que lucha con ardor, es marchar a envejecer tranquilamente a Benidorm con su amigo Sansoncito.


Populismo y popularismo en forma pura, topiquismo llevado al absurdo, La Cuadrilla se toma con interés su historia y la trata con la seriedad del que pretende ser entendido. Justino sirve como contraejemplo de la protección del mayor, Justino es un jubilado que se vale por si mismo y a quien las normas dictan que hay que arropar como si fuera un niño. Justino es la barbarie del toreo y su justificación. Justino es un Saturnino García inconmensurable construyendo el que puede que fuera el papel de su vida.
Y lo hace tan bien que, junto a sus directores, crea una obra muy difícil de digerir pero que lejos de parodias, consigue lo que se propone: hacer reír con una mueca en la cara, y que nos preguntemos de qué.


sábado, 23 de enero de 2010

Cerca de Shibuya

Cerca de Shibuya (El sonido efervescente de La Casa Azul, La Casa Azul, 2000)


En estos momentos, y si no hay problemas y los controladores aéreos no se ponen en huelga porque les van a bajar el sueldo al cuádruple de lo que cobramos los que ejercemos profesiones bien remuneradas, estaré camino de El Cairo para gastar mis últimos días de asueto del año pasado (benditos días de asuntos propios) y redimirme así de haber estado trabajando casi todas las navidades (quiero vacaciones escolares ya). Así que os dejo con el único grupo que hace que llegue al trabajo de buen humor y mi canción preferida de ellos. Como dice Lo, ¿por qué mi vida no puede ser un musical?



viernes, 22 de enero de 2010

Dune

Dune (David Lynch, 1984)

Con tanto escuchar hablar de Avatar y de su discurso seudofilosófico, no he podido dejar de pensar en varias cintas que me recordaban lo oído (porque por supuesto me he negado a verla) y que me remitían una y otra vez a esta obra magna de la ciencia ficción que dirigió mi queridísimo Lynch alejándose de sus habituales mundos para, a pesar de las malas críticas iniciales, haberse convertido en un auténtico fenómeno de culto veinticinco años después.
Lynch realiza una obra estéticamente impoluta, magnética y arrolladora, consiguiendo dar forma al universo ideado por Frank Herbert y a su llamamiento a la sensatez en el desarrollo frente a los intereses de los poderosos, con el final "triunfo" de los débiles frente a los que querían su sometimiento y exterminio.


Todo ello sin sentimentalismos y basado en un lenguaje fílmico, el de Lynch, concreto y sin aspavientos, más preocupado del detalle que de los grandes planos (que también los hay) y que se mueve con inusual soltura dentro de la intriga propia de una película de acción sin mostrar más acción de la necesaria, sino haciendo caso a lo realmente importante, el discurso.
Porque, volvemos a repetir y ya van muchas veces, se puede hacer ciencia ficción y a la vez una gran película que hable de algo. Dudo mucho que Avatar tenga un discurso más maduro que el de esta obra y que, por lo tanto, le llegue a la suela del zapato por más entretenida que resulte... y espero no tener que desdecirme.


jueves, 21 de enero de 2010

Destrozando a... La vida es bella

La vida es bella (Roberto Benigni, 1997)


...o más bien:

Destrozando a... Roberto Benigni (él mismo, ni se ni me interesa cuándo nació)

Porque de La vida es bella no me gustó el tono dulzón (que no optimista como me quisieron hacer creer) y, sobre todo, me sobrecargó sobremanera este señor al que nunca vi la gracia y que se dedica durante todo el metraje a hacer el payaso. NO LO SOPORTO.

martes, 19 de enero de 2010

Granujas de medio pelo

Granujas de medio pelo (Woody Allen, 2000)


Los problemas económicos acuciaban tanta a Allen que comenzó a vagar entre distintas productoras para dar a luz a la parte más irregular y decepcionante de su filmografía.
Small Time Crooks fue la reconocida como iniciadora de la decadencia y, aun siendo una buena comedia, si simplifica todo su discurso quizá llevado por las deudas contractuales quizá por eliminar esos problemas de financiación que tanto habían hecho peligrar sus producciones basándose en la esperanza de mayores taquillas.

Allen realiza una comedia divertida pero mediocre para lo que había venido realizando durante veinte años, que se salva gracias a unos secundarios que hubieran merecido más presencia y a una Tracey Ullman que se come al resto del casting en sus primeras escenas y anula directamente su presencia con los gags de su "perfeccionamiento".


Aun así lo anecdótico de la historia sostendría un mediometraje y el resto del mismo se basa en gags, lo que por una parte lo acerca más al primer cine de Allen aunque, por desgracia, sin la mala idea ni el sentido del absurdo que hicieron de él un humorista reconocible y que daba a esos primeros productos una frescura que treinta años después parece imposible conseguir.
Total, que a mi encanta, aunque según esto no lo parezca.


lunes, 18 de enero de 2010

Frase de la semana


Libérate cielo, ganaremos todos.


Marie Saint-Dizier a Pascal Greggory, La confusión de generos.

domingo, 17 de enero de 2010

Yo soy la Juani

Yo soy la Juani (Bigas Luna, 2006)


No he sido jamás amante del cine de Bigas Luna. Es más, la mayoría de sus películas me han dejado una sensación desagradable buscada (por él) pero no celebrada (por mi).
Su cine siempre me pareció excesivo, tendente a lo grotesco y lle
no de gore afectivo, mucho más inquietante que el de verdad.
Y aun así le reconozco esa capacidad como casi única y que dota a sus productos de un sello de identidad inconfundible, solo que a pesar de ello mi película preferida sigue siendo La camarera del Titanic... de la que hablaremos otro día.
Porque hoy nos ocuparemos de su visión del mundo choni-tunero a través de la historia de La Juani, personaje bigasluniano como todas sus mujeres, pero que por una vez y sin que sirva de precedente se libra de la carga exagerada que tienen todas sus heroínas, consiguiendo una composición más fidedigna de una chica, prototipo perfectamente reconocible, que quiere huir de su vida para intentar triunfar como actriz.


Y aprovecha su inocencia (o ignorancia) para mostrar lo dura que puede ser la vida de verdad, sin historias extramadamente pasionales, tríos y muertes rocambolescas ni objetos sexuales alimenticios. Bigas Luna se acerca a la cotidianidad real y la jugada le sale bien, con sus fallos y su tendencia a lo dramático, pero con lo bizarro de otros de sus filmes de estas características bien controlado, lo que unido a su habilidad para dirigir actores y al buen casting (Verónica Echegui, protagonista fundamental, está soberbia) hacen de esta una de sus producciones menos comprometidas y más homogéneas.
A lo mejor es verdad que por ello mismo es menos estimulante, pero yo lo agradezco, la verdad.


viernes, 15 de enero de 2010

Cuento de primavera

Cuento de primavera (Eric Rohmer, 1990)


Ayer fui breve, y hoy (que tengo menos tiempo todavía) seré aún más breve, sobre todo porque esto más que una recomendación (que también) es un propósito de enmienda, porque hace ya demasiados años que vi esta película y tan solo recuerdo su belleza, y lo mucho que me gustó.
Así que en estas tristes circunstancias en que un gran cineasta se ha ido, he querido traerla aunque sea para recordarme a mi mismo que tengo que volver a verla.

jueves, 14 de enero de 2010

Destrozando a... El soltero

El soltero (Gary Sinyor, 1999)


A ver, seré breve. Hubo alguien a quien le pareció buena que el insulso y discutible actor Chris O'Donnell iba a ser el sustituto perfecto de Buster Keaton para el supuesto remake de Seven chances. Creo que eso lo dice todo.
Pero si hace falta algo más, lo diré: sosa, aburrida y sin capacidad siquiera para hacernos sonreir. Espantosa de verdad.


martes, 12 de enero de 2010

Irma Vep

Irma Vep (Olivier Assayas, 1996)


De vez en cuando hago caso de las recomendaciones, y por más que todo el mundo (al menos todo del que me fíe) lleve años insistiéndome en que recorra en algún momento la filmografía de Assayas, lo cierto y verdad es que lo he tenido en el olvido durante mucho tiempo, concretamente hasta el sábado pasado en que (por fin) admiré apabullado la historia que nos cuenta el francés en esta pequeña maravilla.
Irma Vep es una disección del cine francés, de su osadía o de su
cobardía, según se mire. Irma Vep es el encargo que hacen de volver a filmar Les Vampires a un director que no ve necesidad de hacerlo. Irma Vep es la experiencia francesa de una actriz hongkonesa de la que se enamoran (con razón) todos los que pasan a su alrededor. Irma Vep es Maggie Cheung interpretándose a si misma y rompiendo los esquemas del chovinismo francés más recalcitrante. Irma Vep es París y es el mundo.
Irma Vep es una disertación elegante, profunda y sincera acerca del CINE, con mayúsculas, y una pesimista visión de lo que se nos viene encima: directores sobrevalorados, elogiadores de lo superficial, actrices que no viven sus papeles o que los viven demasiado, rencores y cicatrices que influyen en lo profesional, irracionalidades de los productores, racismo cultural... Y es una película bellísima y demoledora contra los cimientos de la cultura gabacha.


Irma Vep es la película que los profesionales del cine español deberían ver y hacer, un examen de conciencia en el que no se sale bien parado. Siempre dije que teníamos mucho que aprender de nuestros vecinos del norte... por más pedantes que resulten.

lunes, 11 de enero de 2010

Glee

Glee (Fox, 2009)


Glee es una serie que comenzó en 2008 con el piloto y continuó este año con la primera parte de la primera temporada de la serie, según he podido leer. Esta especie de desorden organizativo parece extenderse al desarrollo de la serie en general, y antes de que Josito me deje de hablar, intentaré explicarme.
Glee comienza muy bien, y desde el primer capítulo aborda la difícil tarea de ridiculizar la vida de las High Schools (los institutos, en cristiano) americanas y t
odas las fantasías vistas mil y unas veces en tantas películas americanas, últimamente de moda gracias a esa serie de la Disney que tanto daño está haciendo. Y lo consigue de forma hábil sin caer en el ridículo y la exageración, a pesar de transpirar bilis por todos sus poros.
La constitución de un coro con una gorda, un lisiado feo, una tartamuda y una insufrible cantarina demasiado diva siendo el hazmerreir del instituto es un hallazgo divertidísimo. La camionera entrenadora de las animadoras y sus botes de proteínas par
a el desayuno, así como sus tejemanejes en contra del coro son de lo más risibles. Y la caterva de animadoras imbéciles preñadas a pesar de pertenecer a clubes de celibato, los jugadores de fútbol americano que no saben ver más allá de sus narices, las humillaciones por falta de popularidad, los profesores que pueden ser cualquier cosa menos ejemplos... animan el cotarro y golpean hasta los cimientos la moral estadounidense y la falsedad de la felicidad adolescente basada en el éxito y la falta de vergüenza. Además de que la confrontación de esas fantasías con la amarga realidad subraya precisamente esa falsedad que decíamos antes.


Y en medio cantan temas pegadizos y conocidos con más ganas que auténtica planificación. Y ahí está el principal problema de Glee.
A medida que avanza la serie cada vez se canta más y se golpea menos, cada vez se tiene más la sensación de que todo se va edulcorando y que eso que la hacía deseable va dando paso a lo dramático y casi a la mojigatería, como si el fino análisis social que realiza en un principio se hubiera agotado y no quedara más por contar que la misma historia de superación de siempre, como si les hubieran puesto freno y quisieran que la serie la comprara la Disney, no se si me entienden...
Y eso a pesar de la pareja de maquiavélicas hermanas, mujer y cuñada del protagonista, que son capaces de llevar hasta sus últimas consecuencias un embarazo psicológico con tal de evitar lo inevitable y que son, junto a la entrenadora Sue, lo mejor de la serie con mucho...
Porque a pesar de todo lo que he dicho estoy esperando ya la nueva temporada (o la segunda parte de la primera o lo que sea) a ver si vuelven por sus fueros, y a ver si le consiguen un novio a Kurt... y a ver si dejan de cantar durante medio capítulo, por favor lo pido.


Texto de la semana


En fin, [...], escondedme cuanto antes en cualquier lugar lejano, o matadme o arrojadme al mar donde no haya cuidado de que volvais a verme nunca más.


Edipo en Edipo Rey, Sofocles.

domingo, 10 de enero de 2010

Noche de Reyes

Noche de Reyes (Miguel Bardem, 2001)


Y para terminar con las navidades (por fin) y dado que el otro día me enteré de que los católicos (o al menos el cura del funeral al que fui) la terminaban hoy, realizaré una breve reseña de lo que fue la caída en picado de Miguel Bardem tras la espléndida La mujer más fea del mundo con una comedia teóricamente macabra y teóricamente corrosiva, que en determinado momento tenía incluso que recordar que teóricamente era una comedia.
Y es que a Bardem se le va de la mano la gran cantidad de arsenal que pretende manejar (contra la familia, contra las navidades, contra la iglesia, contra...) y queda una especie de homenaje berlanguiano inconcluso, ambicioso y pretencioso. Sobre todo porque Berlanga hilaba más fino tirando mucho más alto.
Cierto es que, salvo momentos puntuales que sobran, la película resulta simpática, y que para una sobremesa no está mal. Es verdad que tiene algunos hallazgos, y que algunos de los actores, sobre todo la gran Kiti Manver (de cuya página tomo prestada la foto que acompaña este post) se esfuerzan en que la película gane enteros y lo logran... pero desgraciadamente queda tan lejos, tan lejos de la gran comedia que Bardem quería hacer...


sábado, 9 de enero de 2010

Love wil tear us apart

Love will tear us apart (Joy Division, Love will tear us apart, 1980)

Poco antes de la muerte de Curtis y la consecuente re-formación de la banda para dar lugar a New Order, Joy Division publicaron un sencillo cuyo nombre lo daba esta canción, especie de balada amargada y oscura, que sin embargo quedaría como una de las más "convencionales" del grupo, si es que se puede llamar convencional a algo de lo que hicieron. Y hoy me apetece volver a escucharla, así que vamos allá:


jueves, 7 de enero de 2010

Destrozando a... Anastasia

Anastasia (Don Bluth, 1997)


Érase una vez un país maravilloso donde reinaban unos señores maravillosos llamados Zares. No se sabe muy bien por qué, otros señores, muy malvados esta vez, llamados comunistas, y capitaneados por un monje que no sólo había trascendido a la muerte (que fechaban un año antes del comienzo de nuestra historia) sino que había cambiado totalmente su concepción política, esta familia fue masacrada sobreviviendo tan solo una de las hijas que llegó a Paris.
Esta hija, Anya, volvió, tampoco se sabe muy bien por qué, años después a reclamar la que suponía su herencia (porque era amnésica para todo menos para el dinero) y se enamoró de un joven revolucionario al que la revolución (encabezada como decimos por un monje muerto) no convencía.
Y en medio cantaban y había un perro insoportable.
Y luego pasaban cosas con murciélagos que hablaban como los animales de la Disney, y seguían cantando como en las películas de la Disney, y todo era muy ñoño y muy cansino, y todo daba mucha pereza por más que fuera disfrazada de intento de filosofía política como las películas de la Disney.
Y el público ahora era engañado por unas imágenes resultonas, ahora se aburría como una ostra esperando a que la ñiñata de los huevos dejara de cantar y pasara algo creíble.
Adivinen a qué parte del público correspondía el que está escribiendo esto...


martes, 5 de enero de 2010

Persiguiendo a Amy

Persiguiendo a Amy (Kevin Smith, 1997)


Hubo un momento en que Kevin Smith se perfiló como una especie de salvador de la comedia yanqui moderna. Ese momento se inició con Clerks, tuvo un pequeño bache con Mallrats (de la que de todas formas se podía salvar mucho) y tuvo su apogeo con posiblemente la película más madura y compleja sentimentalmente que Smith había hecho. Lo triste es que posteriormente quedó demostrado, como algunos auguraban, que esto era lo mejor que Smith iba a hacer nunca.
Quizá no haya quedado para la historia del cine, puesto que dentro del
cine de su director ocupa Clerks por razones más que obvias, pero antes de su bajada a la zafiedad a partir de Dogma, Chasing Amy continuaba por la senda antes visitada por su creador de comedia sutil, en este caso romántica, analizando las relaciones personales entre una generación camino de los treinta y que sin embargo no acababa de salir de la adolescencia y de las inseguridades propias de la misma.


Todo ello impregnado del mismo espíritu gamberroide, cultura pulp y ácida ironía que ya se observaba en sus anteriores cintas, solo que perfeccionada y sofisticada dentro de lo posible.
En definitiva, que el camino era el bueno, pero Smith se salió en un cruce y todavía no se ha vuelto a encontrar. Por más que muchos quieran.


lunes, 4 de enero de 2010

Texto de la semana


Ahora ya no se siquiera lo que escribo, no se nada, no pienso en nada ni releo lo escrito, no me preocupo de corregir el estilo, escribo tan solo por escribir, para escribirle a usted lo más posible... ¡Mi palomita, querida mía, mi niña!


Makar Dévushkin en Pobres gentes (F.M. Dostoyevski)

sábado, 2 de enero de 2010

Villancico del rey de Extremadura

Villancico del rey de Extremadura (Extremoduro, Canciones prohibidas, 1998)

Dentro de los últimos cortes de los discos de Extremo exiten varias rarezas entre las que se encuentran algunos de sus mayores logros (y me acuerdo ahora mismo del Me estoy quitando, por ejemplo).
He aquí que en uno de sus largos menos logrados les da por versionar Noche de Paz de forma zafia si quieren ustedes, pero diciendo verdades como puños.
La primera frase de la canción es devastadora: "La vida no me sonríe, me cago en la humanidad [...]".

Y es que por qué tiene que ser todo maravilloso porque lleguemos al 24 de diciembre, ¿ein?



viernes, 1 de enero de 2010

El pueblo de los malditos

El pueblo de los malditos (Wolf Rilla, 1960)


A diferencia de ayer y de cuando hablamos, hace unos meses, de su innecesario remake por más que lo dirigiera Carpenter, vamos ha hablar de terror.
Porque terrorífica es la historia del desvanecimiento de un pueblo británico del que diez mujeres despiertan embarazadas de una serie de niños arios superdotados cuya máxima preocupación es asegurar su mutua supervivencia, a costa de lo qu
e sea.
Terrorífica es la apariencia de esos seres estéticamente angelicales que se niegan al afecto y que no muestran compasión con los que los han criado, tan solo con el que no les demuestra miedo.
Terrorífica es la apariencia de nimiedad humana frente a los seres y los hechos que vienen de no sabe donde y que logran controlar todo a su alrededor, sembrando el pánico a pesar de su propia insignificancia aparente.


Terrorífico es que el miedo se pueda conseguir de forma tan sucinta y luminosa.
El terror se llama David.