Lily la tigresa (Woody Allen, 1966)
A Woody Allen lo llaman de Hollywood para que dirija una superproducción de acción. En lugar de eso, coge una película japonesa de un agente inspirado en James Bond, unos actores de doblaje e improvisa un guión para convertirla en una comedia. Hecho esto concede una entrevista para contarlo y exponerle al periodista que le entrevista el film, para que de paso lo veamos los espectadores. Y ahí tenemos esta película.
Lily la tigresa es una especie de experimento, con el que Allen debuta tras las cámaras. Transforma una película de acción supuestamente seria, aunque sólo hay que echar un vistazo a las imágenes para darse cuenta que era más mala que la quina, en una comedia absurda en la que un agente secreto, acompañado de unas japonesas guapas, tiene que ir buscando la receta de unos huevos en ensalada que un malvado guarda como oro en paño, y que permitirá a un país inexistente el que le hagan un hueco para figurar en el mapamundi. La película en la que se basa parece infausta, pero el resultado del montaje (las apariciones de Allen y alguna otra sorpresa) y el guión propio de la primera época de su autor, absurdo pero con paisajes conocidos (rabinos, psicoanalistas, sexo...) merece la pena y resulta francamente divertido, aunque solo sea como curiosidad.
3 comentarios:
Pues no la he visto... pero me has despertado mucha curiosidad sobre ella y más cuando he leído que con ella Allen debutó tras las cámaras.
La película japonesa original se llama Kagi no Kagi. Atento a las declaraciones de su director, Senkichi Taniguchi: "...el tipo aquél [Allen] no había pedido los derechos ni nada por el estilo. Toho [la productora de la película] me insistió para que emprendiéramos un juicio contra él, pero la verdad es que a mí me daba igual lo que hubiera hecho ese sinvergüenza..."
(La fuente es el libro Cine Fantástico y de Terror Japonés, de Carlos y Daniel Aguilar y Toshiyuki Shigeta. A mandar)
Ricardo: No esperes gran cosa, pero es entretenida.
Muchísimas gracias, SYB por tu, como siempre, reveladora sabiduría. Y a mi que me resultaba impensable que leyeras algo más que a Danielle Steele tras disfrutar con todo lo que llevas publicado de ¿Conoce usted su ojete?
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