2046 (Won Kar Wai, 2004)
2046 es el número de habitación de hotel donde se encontraban los dos protagonistas de In the mood for love. 2046 es el sitio adonde se dirigen los personajes de la novela que escribe el protagonista de esta película para recuperar la memoria. 2046 es donde se dirigen personajes de otra novela para buscar el amor. 2046 es la habitación gracias a la que el escritor protagonista, ese que es el mismo que había protagonizado In the mood for love pero con más años y más experiencia, recuerda. 2046 es el amor y el desamor. 2046 es el tren que lleva a 2046. 2046 es el año donde transcurre la novela del autor, esa novela gracias a la que el autor se vuelve a enamorar. 2046 es la continuación de In the mood for love, con su mismo protagonista y el mismo estudio del amor y el desamor. Y tal y como terminaba In the mood for love comienza esta, en otro contexto, en otro tiempo y en otra dimensión, en la irrealidad de la novela, de 2046. Con ese mismo proverbio según el cual hay alguien que esconde un secreto en un hueco en un árbol, ese que en la anterior era sustituido por un muro en unas ruinas camboyanas. Y, como en la anterior (y supongo que en la primera de la triología, Days of being wild de 1991, que aún no he visto) se mantiene la estética, las mezclas cromáticas, los planos estudiados, los movimientos lentos de cámara, la afectividad susurrada... Más de lo mismo, con lo que eso conlleva, para bien o para mal, según quien lo mire. Y recuerda cosas, a mi me ha recordado esa gran verdad que es que el amor no depende tan sólo de los amantes, depende también del momento, base inspiratoria de esta película.
Si que a mi esta 2046 se me ha hecho algo larga. Quizá me esperaba algo más intimista, menos terrenal, y con menos personajes, algo con menos reiteraciones en lo comportamental (en lo lingüístico se limitan a lo poético)... aunque me ha encantado. También es verdad que llevo seis hora viendo cine, habrá que volver a verla dentro de un tiempo. Os recomiendo que hagais lo mismo.