Nunca Boyle hizo algo mejor. Todavía está en ello. Versión del libro homónimo de Irvine Welsh, se llevó algún premio de esos que decíamos de la Academia yanqui (creo que al guión adaptado), cosa que para una película de sus características es mucho. Llena de personajes grotescos, de realidad sucia y delirios oníricos/tóxicos, esta historia de yonquis escoceses buscando una vida mejor ha sido, en muchos aspectos, referente para una generación desencantada con lo que tenía y, todavía más, con lo que iba a llegar. Siempre me quedaré con el nihilista discurso inicial de Renton, y, sobre todo, el final de ese discurso: "Yo elegí no elegir la vida. Razones, no hay razones. ¿Quién necesita razones cuando tienes heroína?".
sábado, 12 de abril de 2008
Trainspotting
Trainspotting (Danny Boyle, 1997)
Nunca Boyle hizo algo mejor. Todavía está en ello. Versión del libro homónimo de Irvine Welsh, se llevó algún premio de esos que decíamos de la Academia yanqui (creo que al guión adaptado), cosa que para una película de sus características es mucho. Llena de personajes grotescos, de realidad sucia y delirios oníricos/tóxicos, esta historia de yonquis escoceses buscando una vida mejor ha sido, en muchos aspectos, referente para una generación desencantada con lo que tenía y, todavía más, con lo que iba a llegar. Siempre me quedaré con el nihilista discurso inicial de Renton, y, sobre todo, el final de ese discurso: "Yo elegí no elegir la vida. Razones, no hay razones. ¿Quién necesita razones cuando tienes heroína?".
Nunca Boyle hizo algo mejor. Todavía está en ello. Versión del libro homónimo de Irvine Welsh, se llevó algún premio de esos que decíamos de la Academia yanqui (creo que al guión adaptado), cosa que para una película de sus características es mucho. Llena de personajes grotescos, de realidad sucia y delirios oníricos/tóxicos, esta historia de yonquis escoceses buscando una vida mejor ha sido, en muchos aspectos, referente para una generación desencantada con lo que tenía y, todavía más, con lo que iba a llegar. Siempre me quedaré con el nihilista discurso inicial de Renton, y, sobre todo, el final de ese discurso: "Yo elegí no elegir la vida. Razones, no hay razones. ¿Quién necesita razones cuando tienes heroína?".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario