martes, 11 de mayo de 2010

Minority report

Minority report (Steven Spielberg, 2002)

No se si lo dije alguna vez, pero en caso de que lo hiciera no me importa repetirme. Del cine de Spielberg prefiero con mucho las cintas más modestas en sus pretensiones que a sus supuestas grandes obras (excepción hecha evidentemente con A.I. y posiblemente con Saving Private Ryan).De esas obras dedicadas al entretenimiento, esta Minority Report está a la altura de las mejores suyas porque aunque hace un esforzado intento de liberarla de cualquier tipo de lectura pseudofilosófica, no logra más que una fábula futurista acerca de la paranoia global que asola el mundo occidental.Un mundo en el que podemos averiguar cómo y cuándo van a ser asesinadas las víctimas y quiénes serán los asesinos para así poder salvaguardar la integridad de los habitantes. El problema viene del mismo planteamiento de la solución: ¿sabemos a ciencia cierta que los acontecimientos sucederán cómo se cuentan o tenemos las herramientas para diferenciar futuro real del futuro que nos cuentan los que supuestamente lo conocen y que es, en todo caso, susceptible de manipulación?

Con una historia basada en otro relato que nunca leí y al que, efectivamente, atribuyo todo el mérito de la trama, Spielberg se dedica a narrar limpiamente, a poner en imágenes un guión milimétricamente calculado y dotar de estética propia, casi de cómic, un relato de puro entretenimiento que se supone que serviría para un lucimiento de Tom Cruise que no lo es tanto, y que sin embargo si nos descubre que Colin Farrell podría ser aprovechado como un magnífico actor de reparto si se dejara.


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