Segunda película de ficción de Gracia Querejeta, basada muy libremente en un fragmento de Todas las almas, de Javier Marías (que renegó de ella hasta la saciedad), El último viaje de Robert Rylands es una película tan innecesaria como bella.
Hay mucha gente que achaca a la directora su falta de ideas, su clasicismo, su "no aportación" al cine en general, olvidando que la mayoría de las aportaciones que se realizan en los últimos tiempos al séptimo arte son superfluos e insignificantes. Querejeta opta por el convencionalismo y crea melodramas de mejor o peor suerte, pero al menos dignos, que es algo de lo que muchos directores modernos no pueden alardear.
Visto así, El último viaje de Robert Rylands es, ante todo, un precioso melodrama acerca de la vuelta de un antiguo profesor de la Universidad de Oxford que regresa a ella tras años de exilio y que desvelará una serie de secretos que pondrán patas arriba las vidas de sus antiguos compañeros y amantes, sumidas en la más absoluta tranquilidad desde su marcha.
No habla Querejeta de otra cosa que no sean sentimientos, no aborda existencialidad ni profundidad más allá de la persona, no hace más que dibujarnos a unos personajes en situación de crisis que se guían por lo que sienten e intentan sentir lo que les pasa. No hace nada que no se hubiera hecho antes millones de veces, no hace nada que no sea un melodrama, pero en este caso al menos lo hace muy bien. Y eso es algo que no todo el mundo puede decir.
Hay mucha gente que achaca a la directora su falta de ideas, su clasicismo, su "no aportación" al cine en general, olvidando que la mayoría de las aportaciones que se realizan en los últimos tiempos al séptimo arte son superfluos e insignificantes. Querejeta opta por el convencionalismo y crea melodramas de mejor o peor suerte, pero al menos dignos, que es algo de lo que muchos directores modernos no pueden alardear.
Visto así, El último viaje de Robert Rylands es, ante todo, un precioso melodrama acerca de la vuelta de un antiguo profesor de la Universidad de Oxford que regresa a ella tras años de exilio y que desvelará una serie de secretos que pondrán patas arriba las vidas de sus antiguos compañeros y amantes, sumidas en la más absoluta tranquilidad desde su marcha.
No habla Querejeta de otra cosa que no sean sentimientos, no aborda existencialidad ni profundidad más allá de la persona, no hace más que dibujarnos a unos personajes en situación de crisis que se guían por lo que sienten e intentan sentir lo que les pasa. No hace nada que no se hubiera hecho antes millones de veces, no hace nada que no sea un melodrama, pero en este caso al menos lo hace muy bien. Y eso es algo que no todo el mundo puede decir.
5 comentarios:
La tengo un tanto olvidada, pero en su momento me posicioné con Marías. No le veo la gracia a Querejeta, aunque es verdad que académicamente pueda resultar correcta.
Pues lo siento, querido, pero no me mola nada la vástaga ésta... La última es pa llorar tres días... pero de depresión...
Alguien tendrá que defenderla, no? A mi tampoco me apasiona esta señora, pero las dos películas que he visto suyas (esta y Cuando vuelvas a mi lado) me han parecido correctas, al menos ese es el calificativo que primero me sale.
La novela de Marías no me la he leído, así que ahí no puedo opinar, pero cuando vendes los derechos... ya se sabe lo que pasa.
Estoy contigo... no me emociona Gracia Querejeta pero puede presumir de hacer películas correctas, regulares, siempre en la media... verdaderamente una novedad en el cine español. Hace mucho que vi El último viaje... y la recuerdo bien. Me gustó.
Vi hace mogollón de tiempo esta peli de Querejeta pero la recuerdo interesante, buena... y algo lenta. Habrá que volver a revisarla. Saludos!
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