De aquí surgió Dárdano, aquí regresa y con sus solemnes mandatos nos impele Apolo hacia el tirreno Tíber y hacia las sagradas aguas de la fuente del Numico. Te ofrece, además, estos humildes obsequios de su antigua fortuna, reliquias arrebatadas a las llamas de Troya.
Virgilio, Eneida.
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