Un fin de semana de puente aquí en Canarias, con todos los amigos fuera y con pocas ganas de hacer nada más que estar tirado en el sofá, da para ver muchas películas, algunas buenas y otras no tanto, de esas que tenías aparcadas. Y estoy hablando del fin de semana del 30 al 1 de junio, fin de semana que me va a dar para casi todo el mes.
Pues bueno, reconozco que esta película estaba entre las que tenía pendientes no por ver la interpretación de Helen Mirren, sino porque leí en alguna parte que Stephen Dorff, macarrilla que es objeto de mis deseos desde que vi una foto promocional de Sangre y vino allá por 1996, se mostraba en todo su esplendor. Y probablemente esto, los desnudos parciales de Cuba Gooding Jr. y la boca de Vanessa Ferlito sean lo mejor de toda la película, porque el resto no da más de si.
La historia es la de dos matones a sueldo, uno de ellos, Rose (Helen Mirren) que inicia su cuenta atrás presa del cáncer, que tienen que hacer un trabajo cargándose a la mujer de un gánster. El por qué no se la carga el gánster mismo (que, al fin y al cabo, no para de matar gente en todo el metraje) es una de las múltiples dudas que surgen en esta artificiosa película. Sigamos. La mujer del gánster está preñada y tiene el mal gusto de romper aguas justo antes de que Rose le pegue un tiro. Esta última se apiada de ella, y ambos matones adoptan a la mujer y al niño, aun a riesgo de perder credibilidad en su trabajo, y, lo que es más importante para Mickey (Cuba Gooding Jr.) aun a riesgo de perder su integridad física (Rose va a morir de todas maneras, a ella qué más le da). Se genera así una especie de pseudodrama con tiros y planos de inspiración "Zen" donde empiezan a sucederse los flashbacks sin demasiado orden ni concierto. La mitad de las escenas no tienen explicación (de hecho, la escena de sexo donde podemos apreciar las cualidades físicas de Dorff surgió seguramente de la mente calenturienta del director, porque sentido no tiene ninguno, por más que se lo agradezcamos), y ese intento de resultar "oriental" sería más adecuado si existiera, en algún momento del metraje, algo que pudiera sugerir mínimamente un posible origen filosófico-budista-taoísta-metodísta-...ísta (escríbase lo que se desee) de algo, aunque fuera que decoran las casas donde viven según el Feng-Shui.
En fin, lo dicho, despropósito a mayor gloria de los cuerpos serranos de los dos protagonistas masculinos (porque la Ferlito sólo enseña ligeramente el pecho, y tampoco es que tenga gran cosa) y poco más. Para que al que le interese no tenga necesidad de perder el tiempo viendo la película, os dejo una foto que encontré por ahí de Dorff en todo su esplendor, aunque la calidad no es muy buena.
Pues bueno, reconozco que esta película estaba entre las que tenía pendientes no por ver la interpretación de Helen Mirren, sino porque leí en alguna parte que Stephen Dorff, macarrilla que es objeto de mis deseos desde que vi una foto promocional de Sangre y vino allá por 1996, se mostraba en todo su esplendor. Y probablemente esto, los desnudos parciales de Cuba Gooding Jr. y la boca de Vanessa Ferlito sean lo mejor de toda la película, porque el resto no da más de si.
La historia es la de dos matones a sueldo, uno de ellos, Rose (Helen Mirren) que inicia su cuenta atrás presa del cáncer, que tienen que hacer un trabajo cargándose a la mujer de un gánster. El por qué no se la carga el gánster mismo (que, al fin y al cabo, no para de matar gente en todo el metraje) es una de las múltiples dudas que surgen en esta artificiosa película. Sigamos. La mujer del gánster está preñada y tiene el mal gusto de romper aguas justo antes de que Rose le pegue un tiro. Esta última se apiada de ella, y ambos matones adoptan a la mujer y al niño, aun a riesgo de perder credibilidad en su trabajo, y, lo que es más importante para Mickey (Cuba Gooding Jr.) aun a riesgo de perder su integridad física (Rose va a morir de todas maneras, a ella qué más le da). Se genera así una especie de pseudodrama con tiros y planos de inspiración "Zen" donde empiezan a sucederse los flashbacks sin demasiado orden ni concierto. La mitad de las escenas no tienen explicación (de hecho, la escena de sexo donde podemos apreciar las cualidades físicas de Dorff surgió seguramente de la mente calenturienta del director, porque sentido no tiene ninguno, por más que se lo agradezcamos), y ese intento de resultar "oriental" sería más adecuado si existiera, en algún momento del metraje, algo que pudiera sugerir mínimamente un posible origen filosófico-budista-taoísta-metodísta-...ísta (escríbase lo que se desee) de algo, aunque fuera que decoran las casas donde viven según el Feng-Shui.
En fin, lo dicho, despropósito a mayor gloria de los cuerpos serranos de los dos protagonistas masculinos (porque la Ferlito sólo enseña ligeramente el pecho, y tampoco es que tenga gran cosa) y poco más. Para que al que le interese no tenga necesidad de perder el tiempo viendo la película, os dejo una foto que encontré por ahí de Dorff en todo su esplendor, aunque la calidad no es muy buena.
3 comentarios:
A no ser que llevara la prótesis puesta de casa, no. Yo tanto como enamorar no se, no se... Pero desde luego no le hacía ascos ninguno.
Un beso.
Pienso como mi tocaya. Si este hombrito tan dotado es Dorff, pues aunque no vaya a ver la película en la vida, querido RFP gracias por postear la foto-fotograma
Cuba Gooding Junior me parece super-atractivo; no guapo, atractivo.
Madree qué mañanitaaa calentita.
Un beso muy fuerte.
Si te gusta Gooding Jr, entonces tienes que ver la peli, aunque sea a cámara rápida. Tiene un culo espléndido. No digo más.
Publicar un comentario