lunes, 26 de mayo de 2008

Primavera, verano, otoño, invierno y primavera.

Primavera, verano, otoño, invierno y primavera (Kim Ki Duk, 2003)

Había realizado una estupenda disertación acerca de cómo se dan los premios en los festivales, pero hoy el ordenador (y "el interneerr") se me cuelga y lo he perdido todo. Como intentar recuperarlo sería imposible, y no me va a quedar igual de bien nada de lo que escriba, me dedicaré a hablar un poco de esta película.
A mi el cine oriental siempre me ha gustado mucho, quizá por esa forma poética de encararlo todo (aunque sean las artes marciales). Me tranquiliza el cuerpo y el espíritu. Y esta no es una escepción, Kim Ki Duk se aleja de otros registros más cruentos p
ara realizar una preciosa película acerca de la vida de un niño que aparece abandonado (y cuya madre es tragada por el hielo) a las puertas de un templo flotante, a través de las distintas estaciones del año, cada una en una época de su vida diferente. Cierto es que la película es lenta, lenta, lenta como un día sin pan, y que, en resumidas cuentas, no hay historia, pero la belleza de las imágenes (que hicieron en su momento que me planteara que alguna vez tengo que ir de vacaciones a Corea, destino que nunca me hubiera imaginado) y esa especie de mensaje sin mensaje que envuelve toda la película (y que, sinceramente, nunca supe cual era) me absolvieron y lograron que en su momento saliera del cine con una tranquilidad y un sosiego que me hacían mucha falta. Años después, me sigue pareciendo preciosa. Pero entiendo que puede haber mucha gente a la que le pueda parecer un tostón. Como dijo el torero, "Hay gente pa to".


4 comentarios:

Unknown dijo...

Aún no la he visto, pero ya la cogí el otro día de una biblioteca y la he grabado para verla un día. Tengo un colega que es fan de esta peli, a si que habrá que verla.

Groupiedej dijo...

Lo mismo no te gusta, ya advierto, no es fácil. Pero te animo, creo que no te va a disgustar.

Justo dijo...

Ay, a mí me encanta... como casi todas las de Kim Ki Duk, pero esta una de las que más.

El mensaje, pues no sé..a lo mejor simplemente sitúa al hombre -al niño, conforme va creciendo- al mismo nivel que otros seres vivos de la naturaleza: se mueve, a pesar del aprendizaje espiritual, por los mismos instintos de supervivencia y reproducción, que le incitan a la crueldad sin más muchas veces. Y la iniciación amorosa también va teñida del sufrimiento, y le marca de tal manera que yo creo que es entonces cuando renuncia a su perfeccionamiento como persona..

No sé, al margen de interpretaciones me parece una película hermosa.

Groupiedej dijo...

Me quedo con la hermosura en todo caso. Hay películas en las que me dedico sólo a sentir, y esta es una de ellas. Preciosa teoría, no obstante.