viernes, 14 de mayo de 2010

Lo que el viento se llevó

Lo que el viento se llevó (Victor Fleming, 1939)


Prototipo de película de productor, basado en una novela romántica que nunca he visto en ningún ranking de los mejores en nada, folletín megalómano y kitsch, emblema de Hollywood, nunca otra película ha merecido mejor el calificativo de espectáculo, que es lo que realmente es uno de los mitos del séptimo arte, quizá el mito popular cinematográfico por antonomasia.
Gone with the wind es una entidad cinematográfica en si misma, otra de esas películas más grandes que el cine independientemente de sus cualidades cinematográficas, que siendo muchas, no lo son tanto como para que no vengan a la mente treinta películas coetáneas mejores que ella.


Pero, ¿acaso eso importa? ¿Quién se podría olvidar de Escarlata O'Hara, de Tara, de Rett Butler, de Mami y de Melania? ¿Y de todas las desgracias que les ocurren, incluida una guerra civil que logrará cambiar a la malcriada heredera sureña aunque ella intente ocultarlo?

¿Que es un exceso? Absoluto, sin duda alguna, mucho más que ninguna otra. Pero los resultados, el color, las instantáneas y los momentos inolvidables que quedan en la retina, tampoco.


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