Parecía que los temas se iban agotando, tantos años después, por lo que los Python realizaron una película rizando el rizo. Como mofarse de la vida de Jesucristo directamente, lo mismo era demasiado (aunque para estos me temo que no había nada que fuera demasiado), lo hacen a través de un personaje (Brian) al que confunden con el susodicho salvador católico desde el momento en el que nace, y, en base a esto, los equívocos se suceden, para acabar con la crucifixión. El estilo es el mismo que el de Los caballeros de la mesa cuadrada, una sucesión de sketches con un débil argumento de conexión (aquí, el personaje de Brian), mientras van mostrando gags, que son exactamente los mismos que el Los caballeros de la mesa cuadrada. Repetidos hasta la saciedad, pero que, no por ello, pierden la más mínima efectividad. Lo bueno de los genios es que, cuando descubren algo que sirve, son los suficientemente inteligentes para no innovar.
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