Uno de los ejemplos más tediosos del musical americano y una de las películas que menos me gustan de su director, no deja de ser una divertida comedia de enredo acerca de las típicas convenciones respecto a la guerra de sexos en la que la gran Marilyn lograría, más que nunca, construir el papel de su vida.
Jane Russell, con una inexpresividad que borda lo cerámico no hace más que favorecer el lucimiento de la Monroe y los diálogos, así como el mensaje general de "busca hombre rico vs. busca el amor verdadero" es de baba, por más que haya momentos descacharrantes.
Pero aún así, y aunque parezca lo contrario, quizá por su aire puramente naïf, tiene el encanto de lo superficial, atrae más que aleja y resulta francamente entrañable. Porque por más que lo que no da para más no da para más, Hawks era un grandísimo director y es capaz de resolver con solvencia lo irresoluble. Algún día hablaré de alguna cinta suya realmente grande. De momento hoy nos quedaremos con el número musical más imitado de la Monroe:
Jane Russell, con una inexpresividad que borda lo cerámico no hace más que favorecer el lucimiento de la Monroe y los diálogos, así como el mensaje general de "busca hombre rico vs. busca el amor verdadero" es de baba, por más que haya momentos descacharrantes.
Pero aún así, y aunque parezca lo contrario, quizá por su aire puramente naïf, tiene el encanto de lo superficial, atrae más que aleja y resulta francamente entrañable. Porque por más que lo que no da para más no da para más, Hawks era un grandísimo director y es capaz de resolver con solvencia lo irresoluble. Algún día hablaré de alguna cinta suya realmente grande. De momento hoy nos quedaremos con el número musical más imitado de la Monroe:
4 comentarios:
No estoy de acuerdo, querido. A mí no me parece tediosa; en cambio, la considero una muestra perfecta de la versatilidad de Hawks.
Y, a mí entender, Jane Russell casi le roba la peli a la Monroe.
Ain't there anyone here for love?...
En fin, opiniones.
Pues yo sí estoy bastante de acuerdo, a mí me aburrió a ratos la película, aunque efectivamente haya alguna escena divertida.
Lo que más me gustó con diferencia es el final, cuando M. Monroe reconoce abiertamente que se casa por el dinero de su prometido, así como él se casa con ella por su físico, lo que es exactamente igual de moral o de inmoral.
Algo con lo que no puedo estar más de acuerdo.
Amigo Montez, el desacuerdo en el que entramos cada vez que hablamos de alguna de estas películas me parece cada vez más premonitorio. Ya soñaste que estrangulabas a mi alter ego en el facebook...
loquemeahorro: es la única reflexión realmente inteligente de todo el metraje. Y también estoy absolutamente de acuerdo.
Yo la volví también no hace mucho, un par de años a lo sumo... y sigue igual de fresca. Muy buena.
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