lunes, 8 de junio de 2009

El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante

El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante (Peter Greenaway, 1989)

La desagradable escena final de esta cinta es, a mi modo de ver, la más conseguida dramáticamente hablando de todas las películas que he visto de su director, que bien mirado no han sido pocas.
Greenaway ha sido uno de los abanderados perpetuos del arte y ensayo, distinguiéndose sus películas por la estética rococó, la presencia de múltiples desnudos y el discurso muchas veces ininteligible y lleno de tantos contenidos metafóricos q
ue al final, en muchos casos, no deja claro qué es lo que quiere contar.
Cuando estrenaron, hace años ya, The pillow book, oda fundamentalmente al cuerpo de Ewan McGregor, recuerdo que leía en alguna revista especializada que se desdeñaba el producto por su comprensibilidad y su argumento lineal y simple. Pues bien, esto precisamente es lo que se echa de menos en casi toda la filmografía anterior del director, pero que ya se puede intuir en El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante que, sin ser en absoluto una película lineal y fácil, mantiene cierta coherencia interna en su intento de contar una historia. A pesar de estar regida por la estética, por los juegos simbólicos prese
ntes en los pensadísimos decorados y planificación, esta película sin embargo es mucho más comprensible que otras obras suyas desde el primer visionado.


Retorcida en todos los aspectos y desasosegante durante todo el metraje, El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante es un triángulo amoroso tratado en tono de farsa teatral que trata de la perversión en todos sus aspectos: en lo relacional, en lo sexual, en lo cotidiano... Perversiones que llegarán hasta esa escena final trágica a la vez que buscada y celebrada donde la humillada mujer logrará vengarse de su marido de la forma más cruel y rebuscada posible hasta lograr, tanto en él como en el espectador, el provocar el asco más profundo imaginable. Y cualquiera que me siga desde hace tiempo sabrá que yo esto no lo considero malo, en absoluto.
Del resto del cine de Greenaway... tendré que repasar.


4 comentarios:

loquemeahorro dijo...

A mí en cambio, no me gustó, la última escena(por ejemplo) me resultó demasiado ... demasiado, vamos.

Es una de las dos películas que me han quitado el apetito (literalmente) en mi vida. Quizá para hacer dieta... de vez en cuando... :-)

ethan dijo...

Reconozco que es bastante fuerte el final, pero la peli es muy buena. Recuerdo los distintos colores de los decorados (el del baño, la cocina, el comedor, etc) En una estupena secuencia se recorren todos, igual que hace Corman en La Máscara de la Muerte Roja.
Saludos!

dvd dijo...

Es, con diferencia, la que más valoro de Greenaway, un tipo que equivocó el oficio...

Unknown dijo...

vaya con la escena que comentas... no se olvida... No se si volveré a ver esta peli alguna vez, pero mala no es, no. Muy dura esa escena.