martes, 20 de mayo de 2008

Canciones para el tiempo y la distancia

Canciones para el tiempo y la distancia (Ivan Ferreiro, 2005)


Tras la decepción (o así) del último disco, voy a aprovechar para hacer un par de menciones a los dos primeros discos de este, cuando quiere o cuando está inspirado, grandísimo autor, comenzando por el primero.
Tras la separación de Los piratas, vuelvo a repetir, cuando estaban haciendo las mejores canciones que habían hecho en toda su carrera (o al menos, estaban intentando tomar un rumbo un tanto más vanguardista, si es que ese término puede ser aplicable a cualquier grupo indie), incluida la versión que más me ha gustado en mi vida de My way, esa que utilizaron para un anuncio de Timofónica, para que Iván iniciara su carrera en solitario, publicó este disco que, en mi humilde y modesta opinión (aunque yo humilde y modesto no lo he sido en mi vida, pero hoy me ha dado por intentar quedar bien), es una auténtica obra de arte en todos los sentidos. Tanto la estética general (de la portada, del libreto, de los video-clips), como la ambientación musical y/o visual (se acompañaba de un DVD con video-clips de todas las canciones del CD, rodadas la mayoría cámara en mano, y que conformaban parte de los mejores clips que se han hecho nunca en este país) merecen el calificativo. Y eso sin entrar en la mayoría de las canciones, casi catárticas, de orquestaciones sublimes y letras que hacían que al más pintado se le pusieran los vellos como escarpias. Turnedo era grande, pero no más que El viaje de Chihiro, Mi furia paranoica o la magnífica versión del Abrázame de Julio Iglesias. Un placer para los sentidos, y para todo aquel al que le guste la música en general. Creo que esto al final no ha quedado nada humilde, pero es que lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible.

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