Más que por razones cinematográficas lo que motiva su elección para intentar volver a dar vida a estas páginas es su título.
Y es que cuando la muerte (en todas sus posibles variantes, no sólo como pérdida de vida) se hace presente, este acertado epígrafe con que Díaz Yanes bautizó a su primera película (y única decente) me viene a la memoria insistentemente.
Dado que esta entrada ha sido improvisada (y que, desde hace mucho, siempre tengo en la cabeza haber hablado de la mayoría de las películas que posteo por más que el buscador de blogger me diga lo contrario), seré conciso.
Las virtudes de este film, especie de drama policiaco en ocasiones salido de madre, son bastantes pero en los mismos terrenos donde falla. Y es que, sintiéndolo mucho, yo a Díaz Yanes le veo más bien poco talento incluso en su redacción de guiones.
Porque Díaz Yanes intenta dejarse de ejercicios de estilo y, por una vez, de pretenciosidades y se limita a narrar.
Porque cogemos cariño por personajes sencillos que sólo quieren salir adelante.
Porque no vamos a ser demasiado malos el día que volvemos.
Y es que cuando la muerte (en todas sus posibles variantes, no sólo como pérdida de vida) se hace presente, este acertado epígrafe con que Díaz Yanes bautizó a su primera película (y única decente) me viene a la memoria insistentemente.
Dado que esta entrada ha sido improvisada (y que, desde hace mucho, siempre tengo en la cabeza haber hablado de la mayoría de las películas que posteo por más que el buscador de blogger me diga lo contrario), seré conciso.
Las virtudes de este film, especie de drama policiaco en ocasiones salido de madre, son bastantes pero en los mismos terrenos donde falla. Y es que, sintiéndolo mucho, yo a Díaz Yanes le veo más bien poco talento incluso en su redacción de guiones.
Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto se muestra excesiva desde el inicio. Una historia desmadrada, donde se juega sistemáticamente con las humillaciones, vejaciones y dramas extremos sufridos por la protagonista principal, se mantiene, precisamente, gracias al exceso de la interpretación de Victoria Abril, contrapunto perfecto de las actuaciones de Bardem y Luppi (mesuradas, contenidas) y baza fundamental para dar credibilidad a un libreto que, de no haber contado con ella, quizá hubiera salido peor parado.
Porque la emoción desesperada que infunde Abril a la desgraciada Gloria es lo que mueve todo el film y lo hace avanzar a pesar de sus excesos.Porque Díaz Yanes intenta dejarse de ejercicios de estilo y, por una vez, de pretenciosidades y se limita a narrar.
Porque cogemos cariño por personajes sencillos que sólo quieren salir adelante.
Porque no vamos a ser demasiado malos el día que volvemos.
[P.D. Estoy oxidado, lo sé. Dadme tiempo]
4 comentarios:
A mí me parece que ha envejecido regular, pero no está mal del todo. Para ver una en esa misma línea de "noir" patrio, la última de Urbizu... Una brutalidad...
Urbizu siempre fue el mejor de todos... y poco lo he defendido en estas páginas...
Prometo enmienda.
De acuerdo: Demasiados temas, demasiadas tramas, demasiado demasiado, y lo que salva ese conjunto es sobre todo la historia y el personaje de Gloria.
pd. Creía que nos habías abandonado a nuestra suerte.
Dura... pero bueno, a mí sí que me gustó. El cine de Díaz Yanes es peculiar, distinto al resto del cine español.
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