Hay títulos que parecen advertencias. La confusión de géneros parece no sólo referirse a la temática de su planteamiento, la supuesta confusión de un abogado supuestamente bisexual respecto a esa orientación. Parece también referirse a lo confuso en general que es todo el planeamiento del film, desde el guión hasta el tratamiento y la planificación.
La comedia francesa siempre se decantó por ser un poco más sesuda que el resto. Es una de las señas de identidad del cine gabacho en general y de la comedia en particular. El problema es cuando el sesudismo tiene que ver con las mismas inseguridades de unos personajes que nadan en aguas turbulentas y que rozan lo exagerado en cuanto a sus dudas, como es el caso del protagonista, pero se pretende plantear eso como una posibilidad dentro de lo sensato, cayendo en el ridículo más espantoso.
Y eso que como tal la película no empieza mal. Un abogado que se hace mayor y que, como ya dije, no parece tener clara su orientación sexual, se plantea casarse con su amiga, jefa y compañera de trabajo, también inmersa en la madurez etaria, más para acallar familias y planificar una vejez tranquila que para otra cosa. En esto que el abogado conoce a un joven, hermano de una ex-amante, que lo turba y su idea de matrimonio placentero(de la que tampoco está muy convencido) empieza a flaquear. El problema es que a partir de ahí, y es a los cinco minutos, entra en acción un asesino atractivo, la atractiva ex-pareja de este, el compañero de celda, las familias de los dos abogados... para conseguir quitarle la gracia a una comedia cuyos mayores logros están en la relación entre el protagonista y su joven conquistador (Cyrille Thouvenin, del que me enamoré inmediatamente), impulsivo en ocasiones pero mucho más centrado que su "viejo" partenaire.
Algunos diálogos ingeniosos son desperdiciados en aras del dramatismo en situaciones que no lo tienen, y escenas que podrían haber sido hilarantes se desperdician por aquella tontería que consiste en tomarse en serio lo que en broma hubiera quedado muchísimo mejor, dando como resultado una película irregular, con momentos agradables e incluso divertidos y otros que dan muchísima vergüenza ajena. No está mal para ver en sobremesa, pero tampoco para ir corriendo a alquilarla.
La comedia francesa siempre se decantó por ser un poco más sesuda que el resto. Es una de las señas de identidad del cine gabacho en general y de la comedia en particular. El problema es cuando el sesudismo tiene que ver con las mismas inseguridades de unos personajes que nadan en aguas turbulentas y que rozan lo exagerado en cuanto a sus dudas, como es el caso del protagonista, pero se pretende plantear eso como una posibilidad dentro de lo sensato, cayendo en el ridículo más espantoso.
Y eso que como tal la película no empieza mal. Un abogado que se hace mayor y que, como ya dije, no parece tener clara su orientación sexual, se plantea casarse con su amiga, jefa y compañera de trabajo, también inmersa en la madurez etaria, más para acallar familias y planificar una vejez tranquila que para otra cosa. En esto que el abogado conoce a un joven, hermano de una ex-amante, que lo turba y su idea de matrimonio placentero(de la que tampoco está muy convencido) empieza a flaquear. El problema es que a partir de ahí, y es a los cinco minutos, entra en acción un asesino atractivo, la atractiva ex-pareja de este, el compañero de celda, las familias de los dos abogados... para conseguir quitarle la gracia a una comedia cuyos mayores logros están en la relación entre el protagonista y su joven conquistador (Cyrille Thouvenin, del que me enamoré inmediatamente), impulsivo en ocasiones pero mucho más centrado que su "viejo" partenaire.
Algunos diálogos ingeniosos son desperdiciados en aras del dramatismo en situaciones que no lo tienen, y escenas que podrían haber sido hilarantes se desperdician por aquella tontería que consiste en tomarse en serio lo que en broma hubiera quedado muchísimo mejor, dando como resultado una película irregular, con momentos agradables e incluso divertidos y otros que dan muchísima vergüenza ajena. No está mal para ver en sobremesa, pero tampoco para ir corriendo a alquilarla.
2 comentarios:
No la he visto, pero coincido contigo en que la comedia no es el fuerte del cine francés.
Pues no. Sinceramente, lo único que puede resultar interesante de esta película es que los protagonistas son muy guapos y se desnudan sin reparos... y hay algunas frases interesantes que voy a transcribir alguna semana de estas, así que si sigues por aquí desde ese punto de vista tampoco... un saludo.
Publicar un comentario