martes, 19 de agosto de 2008

eXistenZ

ExistenZ (David Cronenberg, 1999)


No se si podré ser breve. Con esta película creo que me va a costar, como con todo el cine de Cronenberg, otro de esos directores apasionantes y que algunos asociamos casi directamente con otro de los grandes, Lynch (¿o no, Justo?).
Quizá sea porque Cronenberg, igual que Lynch, tiene un universo personal, no transmisible, por el que, haga lo que haga, todo lo que filme sólo le pertenece a él. Y puede hacerlo rodando películas sobre óperas, intrigas de orden psicológica, estudios sobre la sexualidad o experimentos en lo fantástico, que es lo que intenta hacer aquí. Pero a diferencia de Lynch, y por eso Cronenberg gusta más, sus películas son aparentemente realistas, aparentemente coherentes y aparentemente, y sólo aparentemente en muchos casos, seguidoras de una trama más o menos lineal. Claro que aquí la linealidad brilla por su ausencia.
Todo parte del intento de asesinato de Alegra Geller (Jennifer Jason Leigh), creadora de eXistenZ, un juego futurista, último eslabón de realidad virtual, por medio de los “realistas”, un grupo defensor de la realidad real. Estamos en un futuro indefinido, estamos en un juego, eXistenZ, que está a medio camino entre la realidad y la fantasía, un juego que está a medio camino entre la vida y la muerte. Un juego cuyo receptáculo está vivo, una vaina proveniente de unos anfibios que se conecta a un “biopuerto”, herida en la piel en el que conectar a un sucedáneo de placenta, la vaina del juego, por medio de un cordón umbilical que dará vida a los jugadores, una nueva vida para aquellos cuya vida real no les satisface. Un cordón umbilical que da vida a quien no la tiene.


Haciendo énfasis en planos cortos que siguen definiendo y fotografiando el cuerpo como pocos pueden hacerlo, eXistenZ es, ante todo, una metáfora de la vida y de la muerte. De cómo empieza la vida y cómo se puede terminar con ella. Porque la vida en eXistenZ, como en la real, comienza con una penetración. Esa penetración en el cuerpo a través de la médula espinal para conectar el "biopuerto". Esa penetración por la que se nos inserta un cordón umbilical que nos dará vida, una nueva vida, por medio de una membrana que nos comunicará con la vida que uno quiere vivir. Y esa penetración que conlleva el sexo, ese sexo que está presente en todo el metraje de forma larvada y tiene su máxima expresión en la escena en que Jude Law, acompañante de Leigh en su huida de los realistas, queda fascinado por el biopuerto de esta e introduce allí su lengua, preámbulo claro de una tensión sexual dentro de la trama, y elipsis del acto sexual oral en sí mismo.


Aunque podríamos ahondar en mayores complicaciones inconscientes, en análisis de corte psicoanalítico, lo dejaremos para mayores profesionales, porque aquí se trata de dar retazos. Y porque, en realidad, e independientemente de todo lo que se pueda decir, lo más importante de cara al visionado de la película es que eXistenZ es un juego en sí. En una vuelta de tuerca a la metalingüística cinematográfica eXistenZ nos sitúa a los espectadores en el juego, ese mismo juego que se llama eXistenZ, dando vueltas a una trama que consigue que nosotros mismos lleguemos a un punto en el que, como los jugadores de eXistenZ, no podemos distinguir lo real de lo ficticio, la realidad de eXistenZ. Porque al final los que estamos jugando a eXistenZ somos nosotros.


3 comentarios:

Justo dijo...

((Primero de todo, deseo fervientemente que nadie de tus conocidos o seres queridos fueran en el avión que se estrelló ayer; de momento he llamado a mis amigos de allí y por desgracia alguno de ellos sí que conocía a alguien... Yo voy la semana que viene para Gran Canaria, precisamente dos horas antes de conocerse la noticia saqué el billete. Un abrazo muy fuerte a ti y a toda la gente de esa querida isla))

Estupenda reseña de eXistenZ, que a mí tb me entusiasmó -además, pocas veces me han gustado tanto Jennifer Jason Leigh y Jude Law, dos de mis favoritos.
Películas sobre temática parecida se han hecho muchas, pero al final suele quedar un regusto engañoso, como de que te toman el pelo un poco, y nada de eso pasa con esta película, que mantiene la esencia del cómic puro, de los que nos gustan, no del de buenos y malos almibarados.

Tú yo podríamos organizar un cinefórum.. nos íbamos a poner enseguida de acuerdo.
Un abrazo de nuevo

Groupiedej dijo...

Lo primero, gracias. Afortunadamente no nos ha tocado en primera persona, pero estas cosas tocan.
Y por lo demás, absolutamente de acuerdo con lo de Law y Leight. Con lo del cineforum mira tú que no lo tengo yo tan claro. ¿Me dejarías incluir Karate a muerte en Torremolinos?
Un saludo.

Justo dijo...

No la he visto, pero es del tipo de película que me agrada -yo soy muy fan de Torremolinos y de Benidorm-, así es que sí, te dejaría.