martes, 2 de noviembre de 2010

Machete

Machete (Ethan Maniquis, Robert Rodríguez, 2010)



Lo más interesante de Machete quizá sea su concepción. Nació como un falso trailer al inicio de Planet Terror, posiblemente lo mejor de una cinta que tenía bastantes momentos buenos, y comenzó a convertirse en una leyenda años antes de la concepción y realización de la película.
La única figura que se repetía es la de Dani Trejo, el Machete de uno y otro, especie de superhéroe inanimado (sólo hay que verle la cara todo el metraje) cuya lucha inicial contra la corrupción de su país terminará con él emigrado a Estados Unidos y luchando como todo ilegal por sus papeles.
Dentro del circo seudogore que Rodríguez y Maniquis nos ofrecen, un circo tan innecesario como divertido, se pueden ver muchas cosas interesantes, no obstante. Gracias entre otras cosas a contar con estrellas como Robert de Niro y Steven Seagal (si, según para qué Seagal es una estrella), la inefable Lindsay Lohan o Jessica Alba (que repite con Rodríguez tras Sin City), que cumplen perfectamente con su función de ridiculización de roles que el libreto pretendía, consiguiendo una radiografía del racismo contra los mejicanos que dudamos mucho haya servido para congraciarlos con el público estadounidense.


Claro que para ello primero se tienen que dar cuenta de lo que les están contando, y ahí es donde van a terner más problemas entre tanto fuego de artificio. Porque el guión, más allá de la locura de sus premisas roza lo patético en las conversaciones, es, como toda la película, demasiado largo y demasiado anecdótico, y no da oportunidades para el lucimiento a nadie. Cosa por la que nadie en su más mínimo juicio vería más allá del despampanante artefacto visual que esconde esa visión no demasiado optimista de la extranjería en Estados Unidos.
Pero tenerlo, lo tiene. Otra cosa es que para contener tan poco se necesite un juguete tan grande, un juguete tan enrevesado en el vacío y tan alargado innecesariamente. Eso lo tendrán que juzgar los fans, entre los que desafortunadamente me encuentro.


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