lunes, 6 de septiembre de 2010

Modern Family

Modern Family (ABC, 2009-...)


No sabemos por qué, pero los premios Emmy, los más importantes galardones de la televisión norteamericana, asemejados en categoría a sus primos del cine (esos que no podemos nombrar so pena de que nos pidan que paguemos el copyright) dan la impresión de ser siempre mucho más justos.
La gran triunfadora de este año, junto con la omnipresente Mad Men, es una pequeña comedia en tono mockumentaroide que ha ido calando poco a poco en todos los que la conocimos hasta hacerse imprescindible.
Mucho más blanca en apariencia que casi todas sus hermanas de género, Modern Family narra las andanzas de una familia (los Pritchett y sus ramificaciones) que cumple todos los requisitos para entrar dentro del molde de las nuevas entidades fa
miliares.
La parte tradicional la llevan el bobalicón Phil y la redimida Claire Dunphy junto con sus tres hijos (la guapa y tonta, la lista y no tan guapa y el más tonto).
La parte más rancia la lleva el patriarca Jay, casado en segundas nupcias con la colombiana y visceral Gloria y el romántico y pasado Many, hijo de esta
y de un delincuente que siempre se nos dibuja como mafioso.
Y la parte más moderna y revolucionaria la llevan el reprimido Mitchell y la loca Cameron, pareja gay que convierte su vida en la más típica fantasía heterosexual al adoptar a una niña vietnamita.


La parte más sutil se la llevan los guionistas que, sin preocuparse de mayores, diseccionan minuciosamente y casi sin que se note los arquetipos, tópicos y preocupaciones de las nuevas relaciones interfamiliares de forma tan realista que miedo da el poder observar en qué se está convirtiendo la "piedra angular de la sociedad occidental".
Mentiras piadosas dichas por bocas que se cierran en cuanto se escuchan, padres que no saben serlo, hijos que los manipulan como si fueran imbéciles (Phil lo es, desde luego), prejuicios que solo tienen los que se sienten víctimas de ellos, buenos sentimientos que esconden frustraciones personales, persecuciones que se basan en la propia conciencia del perseguidor, y toda la mierda que cabe encontrar en una familia en la que todo se habla y se discute como si todos tuvieran voz y voto igualitario, que Modern family consigue rescatar de la quema mediante aspectos tan estupendos y tan pasados de moda como el cariño, base angular, eso si, de los sacrificios y menesteres que supone mantener a tanta gente distinta unida.
Y eso que como el patriarca Jay tenemos a Ed O'Neill, que pasará a la historia como ese zafio, maleducado y encantador padre de esa grandísima serie que fue Matrimonio con hijos, y que aquí se convierte en un malhumorado y mentiroso hombre casado con una mujer mucho más joven y diferente (colombiana, de hecho) que intenta acercarse al mundo de sus hijos con menos tacto y dedicación de la que debería, pero con más interés del que le presuponen.
El resto del reparto tampoco tiene desperdicio y la hilaridad que provocan ellos mismos y sus vidas menos aún.
Si quieren comprobarlo y les pesa la conciencia con las descargas, Antena 3 mediante su filial Neox sin que necesariamente sirva de precedente (aunque esperamos que si) la emite desde la semana pasada, todos los lunes a las diez de la noche (nueve en Canarias).
Ahora, que si no vieron el primer capítulo no puedo más que recomendarles que lo recuperen y aprecien cuanta belleza, cuanta sutileza y cuanta mala baba contiene la escena de la pizarra de los eventos de la familia Dunphy. No quiero decir más.


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