miércoles, 16 de junio de 2010

El silencio de los corderos

El silencio de los corderos (Jonathan Demme, 1991)


Pocas veces en la historia última de los premios del copyright ha habido una película que más mereciera el premio (si exceptuamos a Clint Eastwood, por supuesto) que esta The silence of the lambs, ejemplo claro de que mientras peor la novela mejor puede salir la película.
Porque estamos ante un buen producto de encargo, una estupenda cinta de intriga bien planificada y con más personalidad de la que suelen tener las obras de su director, y que basa la mayor parte de su atractivo en una cuidada atmósfera opresiva y en el perfecto Hannibal Lecter, personaje que descubrió para muchos a ese gran actor que es Anthony Hopkins y que dibuja al psicópata con una minuciosidad casi tan enfermiza como los juegos de poder que establece con la agente Starling.


Esta última, falsa protagonista, es sin embargo un personaje tan mal dibujado como bien llevado tanto por Jodie Foster como por un guión que se desentiende de su simplista perfil psicológico para centrarlo en el resto del elenco, mucho más rentable, mejor perfilado y con más sentido para el desarrollo y la forma de la historia tal y como se nos cuenta.
Y ya si encontramos una banda sonora que acompaña perfectamente todo lo que se nos va contando... nos queda una de las mejores películas de no autor de los últimos veinte años, así sin ir más lejos...


1 comentario:

loquemeahorro dijo...

¿El libro original es muy malo?

Qué curioso, tienes razón, algunas cosas de los personajes, como la tontería de los corderos que tanto traumatizó a la protagonista, son una chorrada, pero otras cosas (como las interpretaciones) te sacan de ahí.

Qué buena es Jodie Foster cuando sale en una buena película.