miércoles, 31 de marzo de 2010

En tierra de nadie

En tierra de nadie (Danis Tanovic, 2001)


La primera vez que vi No man's land fue en un seminario de psicosomática en el que hicimos caso sobre todo a la mina... y no voy a explicarlo porque eso aquí no es. Posteriormente pude volver a revisarla para darme cuenta de que, a pesar de mis reticencias respecto a todo lo que gane el premio del copyright (aunque sea a la mejor película extranjera), estamos ante una gran película.
Los ingredientes son sencillos a priori: dos soldados en bandos opuestos (un bosnio y un serbio), otro soldado encima de una mina, un conflicto armado con presencia de cascos azules que tienen prohibido actuar, la prensa y una zona de tierra en medio de la nada, en medio de la supuesta realidad, que es donde se desarrolla todo y de donde todo el mundo se olvida llegado el momento.

En tono de tragicomedia, Tanovic realiza un ataque salvaje a la organización belica y a la hipocresía de los poderes gracias a la historia de unos supuestos enemigos que parece que nunca llegan a saber por qué lo son, pero que no pueden dejar de odiarse.
Una perfecta metáfora del inicio y mantenimiento de batallas y contiendas que van más allá de la razón, del uso que tiene el mismo para beneficios de unos y de otros (¿o qué hacían allí los cascos azules aparte de dar buena imagen a la ONU?), y que termina, como siempre, como la película, con todo el mundo perdiendo.


lunes, 29 de marzo de 2010

Niña repelente

Niña repelente (Impose Estudio)

No es exactamente una serie de televisión, pero podría ser la serie española más parecida a lo que alguna vez fue South Park, con una niña odiosa y malcriada, una madre empastillada en plena crisis, un padre parado y una abuela que es para matarla... entre otras lindezas. El capítulo que os dejo viene de youtube, pero podreis encontrarlos todos además de allí, en su página web.



P.D.: se que no contesto comentarios y actualizo cada vez menos, pero es que tengo que estudiar para poder cogerme algún día una excedencia... perdonadme.

Frase de la semana

Quiero dar las gracias al pueblo de South Park, el pueblo que me vio nacer y que poco a poco va quitándome la vida.

Oficial Barbrady en El follagallinas (South Park, segunda temporada).

viernes, 26 de marzo de 2010

Alguien voló sobre el nido del cuco

Alguien voló sobre el nido del cuco (Milos Forman, 1975)


Hay grandísimas películas acerca de los alienados, de hecho la mayor parte de los grandes personajes que ha dado el séptimo arte podrían calificarse como, cuanto menos, trastornados, pero quizá ninguna de ellas llegue a la altura y la profundidad de esta impresionante obra con la que Milos Forman lograría su mayor éxito y posiblemente su mejor película.
Cuento terrible de represión, Alguien voló sobre el nido del cuco trasciende la historia que cuenta (incluidas las barbaridades acometidas en aras de la salud mental que tan poco cuidada es por los poderes) para ser, porque lo es desde el principio, una fábula moral donde el supuesto débil (McMurphy, psicópata liberado de prisión para ser aprisionado en un centro psiquiátrico gracias a una maniobra legal que los abogados se han aprendido demasiado bien), se rebela contra el fuerte (la enfermera Ratched, déspota alcaidesa de la penitenciaria disfrazada de centro sanitario donde se desarrolla la trama, como representante de la Institución), que acaba castigándolo basándose en sus propias mentiras.

Es decir, la rebelión contra el poder se castiga, el engaño contra el poder se castiga con la asunción del engaño como verdadero, el fuerte machaca al débil aunque el débil no lo sea tanto como quiere hacer ver, ni siquiera la unión hace la fuerza, todos seremos lobotomizados (real o metafóricamente) ante nuestro afán de cambiar las cosas... todo tan cierto y tan real que la antipsiquiatría no supo siquiera ver la gran crítica que escondía contra todos los dogmas, incluyendo el suyo propio...
Se que me ha salido un post algo corporativo, pero es que me acaban de convocar unas oposiciones... así que veremos las actualizaciones como irán a partir de ahora...


jueves, 25 de marzo de 2010

Destrozando a... Caballos salvajes

Caballos salvajes (Marcelo Piñeyro, 1995)


Recuerdo haberme enterado de que en Argentina se hacía cine allá cuando escuché hablar de la estupenda Un lugar en el mundo de Aristarain.
Recuerdo que posteriormente fui haciéndome consciente de que cada vez más producciones de allende los mares sudamericanos iban llegando a las pantallas españolas con, cada vez, más aceptación, cimentada en la buena acogida de estupendos filmes como
Martin (Hache) (también de Aristarain), Nueve reinas (uno de los mejores thrillers de los noventa) y, sobre todo y ante todo por haber conseguido su popularización en el sentido más vulgar, El hijo de la novia.
Y asistí con un estupor como sólo había presenciado con las vanaglorias descerebradas al cine francés a un ensalzamiento por parte de crítica y público de obras de la misma nacionalidad simplemente por venir de donde venían. Y es ahí donde entra esta Caballos salvajes.
Personalmente el cine de Piñeyro no me termina de convencer. Creo que tiene buenas ideas y, sobre todo, buenas intenciones pero que adolece como el que más del mayor de los males de los discursos argentinos, quiero decir, de superficialidad disfrazada de retórica.
Caballos salvajes en ese sentido funciona aceptablemente como la road-movie que vende, pero fracasa estrepitosamente en sus intenciones existenciales, que las tiene.
Piñeyro no logra que el discurso pase de lo inmaduro de la huida como forma de liberación, abocando a sus personajes a la mayor de las tragedias como si eso constituyera en si una salida digna, como si en esta vida todo fueran disertaciones y no importara el futuro ni la responsabilidad, como cuando Valdano habla de fútbol, quedándose en palabras (o imágenes) bonitas sin significado alguno.
Sinceramente, siempre creí que esta película y algunas otras de sus compatriotas podrían haber conformado una serie a la que podrían haber llamado Filosofía de la nada. Al menos así hubiera quedado más claro lo que cuenta y nadie se habría hecho ilusiones con lo que plantea.


martes, 23 de marzo de 2010

Belleza robada

Belleza robada (Bernardo Bertolucci, 1995)


Tras una época americana con resultados cuanto menos discutibles, Stealing Beauty fue la vuelta del italiano no sólo a su tierra natal sino al cine elegante, sugerente y erótico que le había dado la fama.
Una sencilla y bellísima historia de despertar (sexual, emocional, dramático) a través del personaje (y la persona) de Liv Tyler, leit motiv de todo el desarrollo de la casi inexistente historia, y alrededor de la cual conviven un círculo de personajes entrañables de los que aprenderá a vivir y a amar.

En realidad tampoco hay mucho más en cuanto a lo que cuenta. Porque lo que hace Bertolucci es un homenaje a si mismo, a su cine, a la Toscana y a Italia y a la "italianidad", con todo el corazón y la humildad de la que es capaz, y será por eso por lo que esta película gusta tanto, por lo menos a los que nos gusta...


lunes, 22 de marzo de 2010

Frase de la semana

¡No me digas lo que no puedo hacer!

John Locke en Perdidos.

sábado, 20 de marzo de 2010

My way

My way (Los piratas, Fin (de la primera parte), reedición 1999)

Ya en vías de recuperación, me he acordado de muchas versiones que me gustan más que las originales, y aunque la que pensaba traer a colación era otra, gracias al desconocimiento de las webs de música, he tenido que prescindir de ella y me he decidido por esta canción de Los piratas que sigue encantándome tanto años después (mucho más que la de Sinatra, por cierto).



jueves, 18 de marzo de 2010

Destrozando a... mi hígado

Es lo que tiene llevar desde el viernes de copas terminando ayer en St. Patrick's day... pues eso, que en cuanto me recupere sigo con el blog...
Saludos con sabor a foie...

lunes, 15 de marzo de 2010

Frase de la semana


Así es, Tom. Nuestros maquilladores mágicos convertirán a un afortunado adefesio en alguien valioso para nuestra sociedad.


Tricia Takanawa en Padre de familia.

domingo, 14 de marzo de 2010

Así en el cielo como en la tierra

Así en el cielo como en la tierra (Jose Luis Cuerda, 1995)


Tengo la teoría (pensándolo bien creo que tengo demasiadas teorías... pero lo dejaremos para otro momento y otro blog mejor) de que Cuerda ha estado durante mucho tiempo intentando desarrollar un estilo de cine que le diera los mismos éxitos que consiguió con El bosque animado y, sobre todo, con esa actual obra de culto que es Amanece, que no es poco, para al final terminar realizando filmes más serios, más discretos y que pierden el encanto de lo surreal (en distinto grado) que había en estos dos títulos.
A medio camino queda Así en el cielo como en la tierra, el más claro ejemplo de lo que supongo su frustrado intento de repetir la receta de Amanece, que no es poco, y donde entabla la misma historia de pueblo castellano perdido, que esta vez es un cielo descerebrado y esperpéntico en el que se quiere fraguar un apocalipsis que sólo llega para ellos mismos.


Siendo así, y prometiendo mucho, al final esta película queda en un casi despropósito con buenos momentos y muchos emblemáticos actores (qué grande el San Pedro que encarna Paco Rabal) que se hace más largo de lo deseable por culpa, posiblemente, de un guión mal rematado, lleno de ideas interesantes pero deslabazadas y que se toma demasiado en serio su propuesta para intentar, sin conseguirlo, profundizar en lo que ya la misma parodia está dando a entender. Una lástima.

viernes, 12 de marzo de 2010

Nosferatu

Nosferatu (F.W. Murnau, 1922)

Versión libre del Drácula de Stoker, Nosferatu es uno de los pocos recuerdos (y qué recuerdos) que nos quedan de la etapa alemana de uno de los mayores cineastas de todos los tiempos y del posiblemente inventor del cine moderno.
El Conde Orlok, piedra angular, base y sustento de todo el film
y de muchos otros vampiros modernos, basa su llamémosle encanto, aterrador encanto, en la composición que realiza el mítico Max Schrek, actor cuyo misterio ha servido para alguna que otra película interesante... de la que no nos ocuparemos hoy.
La fascinación que produce se debe, ante todo, a las intensas apariciones del vampiro, ya sean en su castillo, ya en el barco, ya en la ventana de su casa en la ciudad, ya en la escena final, su aparición en sombras por la escalera, escena que ha quedado en los anales de la historia y que plasma la maestría del autor de este monum
ento cinematográfico que trasciende de la historia que nos contaba Stoker para enseñarnos parte de la supersticiosa e intolerante vida de la Europa en la que desarrolla la acción.


Nosferatu resulta portentosa visualmente y estremecedora en la mayor parte de su metraje, mesurado y rotundo, además de esbozar el desarrollo de las escenas en exteriores que marcarían definitivamente una era cuando rodara Sunrise, apenas cinco años después.
Siempre nos quedará la duda de lo que podría haber sido la carrera de Murnau si no hubiera fallecido antes de tiempo... claro que eso también sirvió para forjar su propio mito.


jueves, 11 de marzo de 2010

Destrozando a... Lobo

Lobo (Mike Nichols, 1994)

Tesis 1:
Jack Nicholson no puede sobreactuar más de lo que ya lo hace normalmente.

Antítesis 1:
Lobo.



Tesis 2:
Con buenos actores y buenos directores salen buenas películas.

Antítesis 2:
Lobo.



Tesis 3:
Si la gente va en tropel al cine, nunca se termina de olvidar la película.

Antítesis 3:
Lobo. ¿O es que alguien que no sea mi base de datos se acuerda de ella?

martes, 9 de marzo de 2010

La princesa Mononoke

La princesa Mononoke (Hayao Miyazaki, 1997)

Hablaba con unos amigos el otro día y les decía que hace años que tengo la impresión de que las mejores películas que se están realizando de un tiempo a esta parte son o bien de Miyazaki o bien de Pixar.
Porque, aún sin haber visto todavía "Pocahontas in outer space" (aunque me alegro y considero justo su vapuleo en los premios del copyright... aunque lo mejor que concursaba era Up) y su supuesto discurso "ecologista" en boca de muchos de mis conciudadanos, sigo recordando y revisitando cintas con discursos mucho más maduros y ambientes mucho más sugerentes de lo que se me antojan los de los pitufos esos.

Miyazaki, por ejemplo, maestro en imaginar animales mitológicos, comunes, monstruos y humanos, realizó hace ya casi trece años este impresionante cuento en el que ponía en liza la inutilidad y el fanatismo de los discursos procivilización y ecológico, llegaba posiblemente sin saberlo a ser el germen de lo que se ha dado en llamar el "desarrollo sostenible", pero como es mucho más inteligente que toda la clase política mundial, si que obtiene un resultado maduro y comprometido cuyo origen está en su propio ideario y su capacidad de llevar lo que piensa a imágenes.


Todo en las cintas de Miyazaki es lo que tiene que ser: los monstruos son terroríficos, la gente tiene aristas, no hay nadie que haga chistes para sacarte de tu miseria, los conflictos existen por el poder y la muerte, lo que asusta, asusta y lo que no, no... todo es realidad en un universo de magia en el que entramos casi sin querer, todo es emoción verdadera y no artificios sensibleros, todo es cine y no lo que hace la Disney.

lunes, 8 de marzo de 2010

Frase de la semana


Que los dioses te guarden, Fabio, de esta plaga, pues de todas las formas de purificar el cuerpo que el hado nos envía, la diarrea es la más pertinaz y diligente.


Pomponio Flato, en El asombroso viaje de Pomponio Flato (Eduardo Mendoza).

sábado, 6 de marzo de 2010

Romance de Juan de Osuna

Romance de Juan de Osuna (Cuatro palos EP, Los Planetas)

El próximo día nueve (o sea, el martes) sale a la calle Una ópera egipcia, el nuevo y esperado disco de Los Planetas (por lo menos lo espero yo) donde los de Granada parece que seguirán indagando en el resultado de su fusión con el flamenco, que tan buenos resultados les dio con La leyenda del espacio.
Para calentar motores y abrir apetitos se publicó en diciembre un EP, este Cuatro palos, que aún hoy inaugura la página oficial del grupo y donde podreis escuchar este estupendo tema, que también os dejo aquí mientras la Menestra nos lo permita.




jueves, 4 de marzo de 2010

Destrozando a... Agora

Agora (Alejandro Amenábar, 2009)


Hombre, la verdad es que tanto como destrozando, destrozando... tampoco va a ser para tanto. Así que empezaré diciendo que no creo que Agora sea, en modo alguno, una mala película. Claro que tampoco es buena, para qué nos vamos a engañar.
El problema fundamental de Agora tiene que ver con la pr
etenciosidad de su director (y guionista en colaboración con su habitual Mateo Gil) y su intento más que fallido de tratar de hablar (y aleccionar) sobre demasiadas cosas.
Amenábar pretende contar varias historias que no consigue integrar a pesar de dar demasiados datos de todas ellas.
Pretende sublimar la razón frente a la historia religiosa sin que al final tengamos claro cuál de ellos es el hilo conductor del film.

Pretende huir tanto del maniqueismo que por una parte cae en la misma manipulación que nos narra (a pesar de la escena del discurso de Cirilo contra la violencia que él mismo promulga, probablemente la mejor de toda la cinta y un ejercicio de sutileza y concisión que no es capaz de seguir llevando a cabo en el resto del metraje) y consigue unos personajes con tantas aparentes aristas (aunque parecen más bien tópicas poses) que al final ninguno de ellos (salvo quizá el ya nombrado Cirilo) termina de caer bien ni mal, pasan desapercibidos y llegan hasta a resultar antipáticos.


Pretende conmovernos con la historia de la filósofa guiada por la razón que podrá servir de ejemplo de liberación de la mujer, pero no deja de ser una orgullosa misántropa más preocupada de sus propios conocimientos que de la vida que la rodea y que se aparta de ella en un ejercicio nada admirable.
Pretende servir de guía para el mundo, pretende que la historia que cuente sea universal, pero no termina de conmover casi en ningún momento sin echar mano de la trampa (ese previsible y chanchullero final).
Pretende hacer su gran película y sólo consigue un film mediocre aunque técnicamente impoluto, lleno de ideas sin cohesión y entretenido pero frío, vacío de alma (como su supuesta protagonista) y olvidable.
Sigo creyendo que no es una mala película, pero posiblemente si Amenábar y Gil hubieran sido más humildes y hubieran intentado contar tan solo la historia que dicen que cuentan (la de Hipatia) con todos sus detalles posiblemente hubiera quedado una película bastante más completa y digna.


miércoles, 3 de marzo de 2010

Sherlock Holmes

Sherlock Holmes (Guy Ritchie, 2009)


Tenía el presentimiento de que este Sherlock Holmes me iba a gustar. Y puedo decir y diré que ha colmado mis espectativas con creces, haciendo que me alegre del divorcio de Ritchie (no más Barridos por la marea, por amor de dios) y ya esté pidiendo a gritos una segunda parte. Y eso que las revisitaciones no siempre salen bien.
Pero en este caso, Ritchie lleva a cabo la desmitificación del mi
to Holmes al que nos presenta como un ser prepotente, antisocial y pagado de si mismo, incapaz de dar aunque si de pedir y que no tiene miramientos a la hora de intentar romper una pareja a costa de no perder su ventaja, en este caso a Watson. Y resulta más creíble que el abnegado detective de Doyle, por más que pierda parte de su esencia casi divina.
El excelente guión, perfectamente mesurado y de un engranaje casi milimétrico, ayuda no solo a contar sino a crear espectación respecto a la posibilidad de la secuela (donde saldrá Moriarty, la queremos pero ya) y, pese a esa planificación con tendencia a lo videoclipero que en momentos recuerda a lo peor (o lo único malo) de The fight club (y no es en lo único que lo hace), Ritchie logra una estupenda, divertidísima y aneuronal película donde lo importante es la acción y la intriga, y que tiene los momentos cómicos justos para hacer que lo pasemos bien sin caer en el ridículo.


Downey Jr. y Law realizan trabajos solventes como suele ocurrir con ellos dos, con especial mención al primero, que crea un personaje detestable y entrañable en uno de esos ejercicios de metamorfosis que tanto le gustan.
Ágil, rápida y emocionante, Sherlock Holmes es un estupendo film de entretenimiento de calidad que no cae en discursos pseudofilosóficos ni intenta mostrarnos el sentido de la vida con teorías que sonrojarían a niños de primaria. Es cine de entretenimiento para no pensar y pasar un buen rato. Y vaya si lo consigue.


martes, 2 de marzo de 2010

Up

Up (Pete Docter, Bob Peterson, 2009)


Y es que no todos los días se habla de buen cine. Hace no demasiado tiempo, cuando hablaba de esa maravilla que es Wall-E, que Pixar se estaba especializando en demostrar que la animación norteamericana va mucho más allá de las chuminadas de la Disney y, bajo esa misma bandera, está realizando algunos de los cuentos más complejos y profundos que podemos estar disfrutando ahora mismo.
Pues bien, Up no deja de ser otro cuento de madurez de unos estudios que no paran de sorprendernos para bien. Y de lo que habla Up ante tod
o es del paso del tiempo y de la asunción o no de responsabilidades, de lo que vamos dejando atrás en nuestras acomodadas vidas y de lo que nos arrepentimos posteriormente, de dejar para mañana lo que queremos hacer hoy en aras de la civilización y lo que se supone que esperan de nosotros... pero sin llegar a la inmadurez plena de todas estas cintas herederas de la estúpida filosofía del "Hakuna matata".


Up habla de sentimientos y de legados, de nuestras propias miserias que se esconden tras el aferrarse a lo que tuvimos o lo que pudimos tener (tan magníficamente plasmado como la huida con la casa a cuestas y la preocupación por el sitio de los objetos), y en forma de divertida cinta llena de personajes encantadores y creíbles, consigue, nuevamente, aunar calidad, complejidad y entretenimiento, además de mostrar una sensibilidad digna de los mejores dramas.
La gran pregunta es: después de estos dos monumentos cinematográficos, ¿será Pixar capaz de seguir así? Esperamos que si... por el bien del cine norteamericano.