miércoles, 21 de octubre de 2009

Primer verano

Primer verano (Sebastien Lifshitz, 2000)


En el cine francés hubo (y quizá haya) una regla no escrita según la cual en cualquier película en la que se hablara del despertar sexual de algún homosexual, Stephane Rideau debía estar en el reparto, como el homosexual en sí, el polvo del homosexual o alguno que pasaba por allí. En este caso, como inicial acosador y posteriormente pareja del atormentado Mathieu, más preocupado por la depresión de su madre que por sus propios demonios aunque lo lleven al borde de la muerte.
Presque rien no es más que otra historia de amor y liberación sexual dentro de un ambiente no facilitador (en este caso en una familia en crisis), poco más o menos la misma historia de siempre. La diferencia es que quizá esta historia que vertebra el film no es en sí lo más llamativo, sino el desarrollo de la vida de su protagonista, tan confuso y atormentado como el irregular montaje de la cinta (con tantos saltos temporales que a veces no nos damos cuenta de en qué episodio de la historia nos encontramos), quizá el único pero que se le puede encontrar.


Bellísima y no tan triste como pareciera, es cierto que no es, en modo alguno, una obra maestra, pero si que resulta una producción superior en calidad a la media (tanto a la general como a sus hermanas homo-educativas) y una película emotiva y compleja.

1 comentario:

Justo dijo...

Dentro de unos minutos sale una entrada mía sobre Stéphane Rideau, hemos estado en sintonía telepática... a pesar de lo fan que soy de él, nunca he visto Presque rien. Espero hacerlo pronto.

Un abrazo