sábado, 4 de abril de 2009

Lejos del cielo

Lejos del cielo (Todd Haynes, 2002)

Quizá los visitantes de este blog sepan ya, sobre todo si han leído las reseñas sobre Poison y Velvet Goldmine, del buen concepto que tiene el autor sobre el señor Haynes. He aquí otro de los motivos para que eso pase.
Lejos del cielo es el particular homenaje de Haynes al melodrama de los cincuenta, especialmente a los de Douglas Sirk. Pero como no podía ser de otro modo en este autor, la sensiblería habitual en este tipo de cine es abandonada a mi
tad de metraje, cuando se empieza a descubrir todo, dejando paso a la crudeza que se esconde tras esa fachada estéticamente perfecta, tanto en lo visual (escenografía y vestuario, además del uso de la cámara son espectaculares) como en lo auditivo (gracias a una preciosa banda sonora de Elmer Bernstein).
Y es que todo el perfecto mundo que rodea la típica historia de familia bien de los Whitaker se comienza a desmoronar tanto por la relación que establece la esposa (una espléndida, como siempre, Juliane Moore) con su jardinero negro, como
por el descubrimiento de la homosexualidad del marido (pocas veces Dennis Quaid estuvo mejor, si no ninguna), lo que llevará a un mar de chismorreos en su entorno y a un cambio rotundo en las actitudes de los vecinos respecto a ellos, cuando lo que demuestra es la tremenda infelicidad que posee la aparentemente modélica pareja.


Moore sostiene en base a una composición de personaje soberbia un metraje preciosista y emocionante que sin embargo queda castrado por un final que no le hace justicia, demasiado ñoño para venir de quien viene. Es lo que le falta para ser perfecta.

1 comentario:

dvd dijo...

Sobre esta quería yo hablar algún día. A mí me parece magnífica...