viernes, 17 de abril de 2009

El extraño

El extraño (Orson Welles, 1946)

Orson Welles es otro de esos autores que cuentan sus películas por obras maestras. Mi decisión de incluir esta como su primera referencia en este blog (a estas alturas imperdonable, por otra parte) ha venido más de lo puramente instintivo que de otra cosa. Y es que cualquiera podría haber servido para adorar una trayectoria tan espléndida como denostada en su país de origen.
El extraño cuenta la historia de un hombre cualquiera que vive en una ciudad cualquiera como un individuo cualquiera y al que un acontecimiento cualquiera revela como alguien diferente. Ese personaje respetado por la comunidad, adorado por los vecinos, pasa a ser un tipo odiado y temido en base a un pasado, que terminará sus días de forma trágica en esa escena en ese reloj que es lo primero que me viene a la mente cuando la recuerdo.
Welles ya había demostrado en varias ocasiones anteriormente cómo manejar una cámara como nadie lo había hecho nunca antes, y lo sigue demostrando aquí usando elementos arquitectónicos y ornamentales como parte del desarrollo, manejando las tres dimensiones con finalidad narrativa y planificando iluminaciones que realzan contrastes que sirven para dar más matices a una historia narrada con extrema elegancia,
con una suavidad y una lentitud que no hacen más que potenciar el suspense de la cinta.


Welles vuelve a demostrar, nuevamente, cómo se debe hacer una grandísima película. Y la escena final, esa que se desarrolla entre la maquinaria del reloj de la torre, imitada una y mil veces, es, probablemente, de las mejores de la historia del cine.

4 comentarios:

Josito Montez dijo...

Hoy sí estoy de acuerdo contigo. Esta película es una obra maestra.
A mí me encanta cuando la Loretta Young se arranca el collar de perlas. Genial, genial.

dvd dijo...

Esta la voy a recuperar, que ya ni me acuerdo y me la has refrescado...

Déägol dijo...

Todavía no la he visto, pero está en mi enorme lista de películas. La tendré en cuenta.

Saludos.

loquemeahorro dijo...

Otra que tengo muy olvidada, aunque en mi recuerdo está unida a "La sombra de una duda".

También recuerdo un detalle genial: Que el protagonista se delata porque dice que Carl Marx no era alemán "era judío".

Ah! cuántas veces he oído cosas similares en mi vida (tristemente)