miércoles, 3 de septiembre de 2008

Seguiré caminando

Seguiré caminando (Amparanoia, 2008)
Decir adiós es duro. Tan duro que a Amparo Sánchez le costó año y medio desde la celebración de su último concierto en 2006 hasta la publicación de este album de despedida en 2008, decir adiós a un proyecto en el que invirtió mucho tiempo y muchas energías. Amparanoia es un grupo que se debe a su líder, una granaína que quiso hacer música explorando otras músicas del mundo y que, si bien los resultados no fueron todo lo apasionantes que podrían haber sido, a ella le salió bien. Hace no mucho, en uno de los capítulos de la nueva temporada de Muchachada Nui hacían escarnio con ella y con Manu Chao por aquello de intentar ser los más progres del lugar esforzándose por ser raros y por indagar nuevos parajes cuando quedaban a medio camino de profundizar en lo realizado, pero a pesar de ello, Amparo despierta simpatías. Y esta recopilación de ¿hits?, sus canciones más conocidas cantadas en directo, da una idea de los motivos. El tono de todas las canciones de Amparanoia es jovial, aunque esté haciendo denuncia. Es ese tipo de canciones de autor que promueven la diversión y el saber estar en la vida (que no es lo mismo que el saber estar en la sociedad) que no puede nada más que causar simpatías porque no arremete contra nadie de forma explícita. De forma implícita casi que tampoco, todo se basa en hacerse adalid de la defensa de los derechos humanos y, sobre todo, de la mujer en el mundo. Y a nadie resulta incómodo este mensaje. Canciones bailables y festeras con letras asequibles pero resultonas llenan una carrera que querría haber ido más allá de donde llegó, aunque no sabemos por qué no pudo conseguirlo. Lo más llamativo de este disco, no obstante, no tiene que ver con el CD principal, sino con el de remixes y caras B, no sólo acertado, sino con canciones que en versiones chill-house ganan bastante. Lo que da también una idea de que la formación pretendió haber conseguido lo que pretendían, pero no era así. Yo los conocí joven, cuando publicaron un disco más divertido que otra cosa, El poder de Machín, que pregonaba el Buen rollito como norma. Por aquellos entonces yo era joven y los añadí a mi educación sentimental postadolescencia. Luego los abandoné precisamente por lo pretencioso que me resultaba el mensaje, pero al volver a escucharlos, la esencia de lo que me gustó en su momento sigue ahí. Amparanoia nació suavemente, se fue metiendo en nuestros oídos como quien no quiere la cosa, y, sin terminar de haber cuajado todavía, se va dejándonos a los que los conocimos en épocas menos frías una cierta sensación de desamparo, de que algo que formó parte de nosotros en otros tiempos se nos muere. Y eso a pesar de no haber llegado a ser extraordinarios en lo musical. Esa es otra forma de ser grandes.

2 comentarios:

Justo dijo...

No me gusta, pero es que el buenrollismo y el mestizaje musical en esa onda no me va. Pero no tengo nada contra ella ni contra su grupo, se lo curraron bastante.

Y los prefiero antes que a Chambao, francamente.

Groupiedej dijo...

Pues lo que dije, que no caen mal aunque no gusten. Ciertamente creo que si no fuera por el momento en que los descubrí tampoco me harían demasiada gracia.
Y respecto a Chambao... lo mismo caen la semana que viene en la nueva sección.
Voy a hacerte una visita webera, que hace tiempo.