jueves, 26 de junio de 2008

Freaks, la parada de los monstruos.

Freaks, la parada de los monstruos (Tod Browning, 1932)


Desconozco casi toda la filmografía de Browning salvo dos películas, que son las que comentaré aquí. Tanto porque la mayoría de su carrera cinematográfica pertenece a una etapa muda en la que tengo muchísimas lagunas, como porque tampoco me he puesto, para que engañarnos. Pero el hecho de repasar a de la Iglesia me ha recordado esta película.
Y no será porque lo que he visto no me guste, comenzando por esta Freaks, espectáculo dantesco de la deformación humana, y no me estoy refiriendo a
la deformación física. La película es una muestra de la perversidad humana, no ya sólo ante el personaje de la trapecista que engaña al enano para casarse con él y desplumarlo, sino de ese mismo enano y todos los "monstruos" que lo acompañan en el circo contra esa trapecista (que tanto recuerda a la gran Lola Lola de El ángel azul), metáfora de una sociedad que los rechaza y los relega a mero espectáculo, frívola y superficial, que termina de la peor forma que ella misma pudiera soñar.


La polémica estuvo servida en su momento por el uso de gente con deformaciones para el rodaje. Se calificó como horrible, y su distribución se vio mermada hasta el punto de tener que ser retirada de los cines. Con ello, Browning consiguió, entre otras cosas, que le dieran la razón. Esos "seres" deformes eran, nuevamente, desterrados al circo. En la pantalla grande sólo se podía ver "belleza". Pero independientemente de eso, esta película no deja de ser una obra maestra por ella misma, por lo que trata y por cómo lo trata. Por mucho que la sensación que deje sea totalmente desagradable. Además de dar título a lo "friki", termino del que podríamos hablar mucho a estas alturas, pero no va a ser el día.


2 comentarios:

Justo dijo...

Es una película bellísima.

La escena en que la "cuidadora" les está paseando a todos por el parque, se les ve tan felices,.. Me parece inigualable.

Groupiedej dijo...

Llamar bella a esta película me parecía un poco atrevido. Menos mal que has sido tú y yo solo tengo que aseverarlo. No estoy solo en el mundo... qué bien.