lunes, 30 de junio de 2008

Todo por un sueño

Todo por un sueño (Gus van Sant, 1995)

Esta es la película que consiguió que a Nicole Kidman la consideraran de verdad una actriz (y grande) para que ella lo haya estropeado a base de inyectarse el suficiente botox que necesitaría cualquier Hogar del Pensionista de este país junto, y acabar sin expresividad alguna en el rostro.
Gus van Sant realiza un telefilm (porque esta misma historia la he visto yo no pocas veces en Antena 3 los fines de semana a media tarde) acerca de una chica que se casa con el guapo de la función (Matt Dillon), que pretende ser guapa, rica y famosa, y cuyo marido, contra todo (su) pronóstico, en vez de apoyarla, quiere preñarla y que ella no pueda conseguir su sueño. Como lo que no puede ser, no puede ser, la pérfida engatusa a un grupo de adolescentes, enamorando a uno que será el que se encargue de liquidar a su pobre marido para que ella pueda conseguir su sueño, aunque sea detenida y camino de la silla eléctrica.


Lo que diferencia esta película de cualquiera de esos telefilms a los que me refería antes, es que van Sant es director de cine, y por mucho que la única novedad que tuviera su Psycho respecto al original fuera que Vigo Mortensen enseñara el culo, sabe dirigir cine. Y crea una película en base a flash-backs, a conversaciones grabadas en cintas de video, a deconstruir el tiempo para ir hacia delante, que, si bien no es nuevo, si que ayuda a darle agilidad a un guión que todos teníamos muy vistos. Ayudado para ello de una Nicole Kidman que se merecía algún premio que no le dieron, igual que todo el resto del reparto (Joaquin Phoenix está que se sale). Y además tiene un tono de humor cáustico durante todo su metraje que sus iguales no poseen, y que hacen que esto sea otra cosa.

sábado, 28 de junio de 2008

Drácula

Drácula (Tod Browning, 1931)


Esta es la película sobre el personaje del conde Drácula que más me gusta. Incluso más que la de la de Coppola, por mucho que esta última sea mucho más fiel a la novela. Pero a mi la de Browning me encanta, como el Frankenstein de James Whale. Con muchos menos medios de los que se dispone ahora, Browning crea una película moderna, que, a estas alturas, no ha perdido nada de su frescura, de su fuerza ni de su sensualidad (que la tiene), y, aunque un poco ingenua, sigue funcionando como película de suspense. Además de darle a Bela Lugosi el papel de su vida, nunca mejor dicho. Tiene cierto toque teatral, para qué negarlo, pero eso no es óbice para que sea una gran película, y un gran clásico del terror.

jueves, 26 de junio de 2008

Freaks, la parada de los monstruos.

Freaks, la parada de los monstruos (Tod Browning, 1932)


Desconozco casi toda la filmografía de Browning salvo dos películas, que son las que comentaré aquí. Tanto porque la mayoría de su carrera cinematográfica pertenece a una etapa muda en la que tengo muchísimas lagunas, como porque tampoco me he puesto, para que engañarnos. Pero el hecho de repasar a de la Iglesia me ha recordado esta película.
Y no será porque lo que he visto no me guste, comenzando por esta Freaks, espectáculo dantesco de la deformación humana, y no me estoy refiriendo a
la deformación física. La película es una muestra de la perversidad humana, no ya sólo ante el personaje de la trapecista que engaña al enano para casarse con él y desplumarlo, sino de ese mismo enano y todos los "monstruos" que lo acompañan en el circo contra esa trapecista (que tanto recuerda a la gran Lola Lola de El ángel azul), metáfora de una sociedad que los rechaza y los relega a mero espectáculo, frívola y superficial, que termina de la peor forma que ella misma pudiera soñar.


La polémica estuvo servida en su momento por el uso de gente con deformaciones para el rodaje. Se calificó como horrible, y su distribución se vio mermada hasta el punto de tener que ser retirada de los cines. Con ello, Browning consiguió, entre otras cosas, que le dieran la razón. Esos "seres" deformes eran, nuevamente, desterrados al circo. En la pantalla grande sólo se podía ver "belleza". Pero independientemente de eso, esta película no deja de ser una obra maestra por ella misma, por lo que trata y por cómo lo trata. Por mucho que la sensación que deje sea totalmente desagradable. Además de dar título a lo "friki", termino del que podríamos hablar mucho a estas alturas, pero no va a ser el día.


martes, 24 de junio de 2008

Beutiful girls

Beautiful girls (Ted Demme, 1996)


A esta película le tengo mucho cariño también. En realidad, a la hora de definirla hay poca cosa. Un antiguo chaval, residente ahora en no se qué gran ciudad yanqui, regresa a su pueblo para acudir a una de esas fiestas de antiguos alumnos que organizan por allí (y a las que yo jamás iría so pena de salir apaleado) y reencontrarse con todos sus antiguos amigos, anclados muchos de ellos en la pubertad. Ello le sirve a Demme para hacer una comedia de las pequeñas cosas, de sentimientos encontrados y de relaciones humanas, que resulta francamente hermosa. A mi con esta me pasa como con Amelie, cada vez que la veo se me quitan las penas. Historias pequeñas de gente pequeña que vive en una ciudad pequeña y a los que les viene grande la visita de Uma Thurman (la chica guapa del título), conforman una de las películas más bonitas que he visto en muchísimo tiempo. Todo ello sin hablar de la fantástica interpretación de Natalie Portman, enamorada de un Timothy Hutton que la sobrepasa mucho en edad, pero al que ella sobrepasa en madurez. Otra delicatessen.

domingo, 22 de junio de 2008

El día de la bestia

El día de la bestia (Álex de la Iglesia, 1995)


Cuando ya he repasado toda su filmografía, hablar de El día de la bestia, su primera gran película, queda repetitivo, sobre todo teniendo en cuenta todas las referencias que he hecho en este blog a esta película desde que lo comencé. No voy a decir nada nuevo, salvo que quizá esta es la mejor película de su año, por más que el premio se lo llevara Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto (estupenda película, por otra parte).


Después del fiasco de Acción mutante, a de la Iglesia le llego su momento con esta grandísima obra, en la que demostró su poder de planificar secuencias impresionantes (todos recordamos a Santiago Segura colgado en el cartel de Schweppes), de sacar humor de donde no debería haberlo, de crear personajes inquietantes (qué grande es Terele Pávez, y que bien la rueda de la Iglesia) y de manejar el lenguaje cinematográfico como pocos hacen. Y la banda sonora es una actualización de rock español impresionante. En fin, que poco queda por decir. Sólo que hay que verla, si es que hay alguien que todavía no la ha visto, cosa imperdonable, por otra parte.

sábado, 21 de junio de 2008

800 balas

800 balas (Álex de la Iglesia, 2002)


De la Iglesia quiso homenajear al western, y se quedó en un homenaje. A pesar de contar con medios, con un buen reparto y con una historia más o menos aceptable (cosa que en el cine de este autor tampoco es especialmente importante), todo queda en esta ocasión demasiado simple. Más un drama de otro de sus perdedores en lucha con el mundo que le quiere usurpar lo que entiende que es suyo (ese plató de rodaje en el desierto de Tabernas) que otra cosa, los sketches son eso, gags que poco tienen que ver con el discurso del film, y tiene todo un regusto melancólico que en ocasiones entra en lo ñoño sin avergonzarse. Tiene momentos espléndidos, todos esos de homenaje a Leone y compañía, o el encuentro entre Julián (Sancho Gracia) y Rocío (Terele Pávez), que es de las escenas más divertidas de la película, pero aun así eso no le quita el aire facilón al resto. A la hora de hacer una película con niño, de de la Iglesia hubiera esperado yo algo más parecido a Mamá es boba.

jueves, 19 de junio de 2008

La comunidad

La comunidad (Álex de la Iglesia, 2001)


Esta es de mis preferidas. En una terrorífica comunidad de vecinos, donde Carmen Maura, agente inmobiliario, tiene que vender un piso, aparece muerto uno de sus vecinos, uno que no se hablaba con el resto, y la Maura se encuentra con un botín de 300 millones de pesetas de las de antes, que le habían tocado al fallecido, y que el resto de la comunidad de vecinos entendía, les pertenecía a ellos también, motivo por el que el interfecto era presa del pánico y vivía recluído en ese tenebroso ático acompañado de un gato. La Maura se quiere quedar con el dinero, pero La comunidad no está de acuerdo con ello, y las circunstancias hacen que no pueda salir de allí sin soltar el generoso botín. O, como le dice Terele Pávez en esa persecución por los tejados: " Tú sales de aquí, pero con los pies por delante".

Divertidísima, claustrofóbica, tensa, entretenida y exagerada, La comunidad es otro nuevo experimento de de la Iglesia para demostrarnos lo bien que sabe hacer cine, y para dar trabajo a algunos grandes actores españoles, injustamente olvidados por esa inexistente industria del cine que dicen que hay en este país nuestro, en aras de actores mucho más jóvenes y más guapos, no cabe duda, pero que como actores no les llegan a estos ni a la suela de los zapatos. Forman todos ellos un grupo de frikis sacados directamente de los 60 (tanto en actitudes como en vestuario), uno de ellos salvación final de la Maura tras tanto ajetreo. Dos horas de entretenimiento puro, de persecuciones, de golpes, de acción, y de momentos hilarantes como ese plano de la revelación de la consecución de la quiniela, Emilio Gutiérrez Caba rodado como si estuviera contando el sentido de la vida. Si no la habeis visto, aburriros, al menos, no os vais a aburrir.

miércoles, 18 de junio de 2008

Muertos de risa

Muertos de risa (Álex de la Iglesia, 1999)


O como narrar el ascenso y caída de unos cómicos que terminan odiándose hasta morir. Muertos de risa fue otra de esas películas incomprendidas en su momento, sobre todo por todos aquellos que fueron al cine buscando una nueva versión de Torrente, el brazo tonto de la ley, estrenada con grandísimo éxito el año anterior, y se encontraron con una comedia negra, negrísima, acerca de, como todo el cine de su autor, los perdedores que ganan y que al final terminan perdiendo.


De cómo dos cómicos de poca monta descubren un filón para hacer comedia, de como tienen ese éxito que es tan efímero, de cómo se les sube a la cabeza, de cómo se quedan anclados en las fórmulas que les funcionaban gracias a la crueldad de un público que no les permite hacer otra cosa, de cómo ese éxito se convierte en el más absoluto de los fracasos, de cómo llegan a odiarse hasta acabar a tiros en un plató de televisión. La película es amarga, cruel, despiadada con sus personajes y con los que hacen que esos personajes lleguen al punto al que llegan. No deja títere con cabeza, más allá del pobre Álex Angulo, en función de única persona sensata del espectáculo. Porque además, es un espectáculo de cámara, de planificación y de guión. Una auténtica maravilla de la comedia negra hispana, ese género que antes de que nuestra vida cultural la dirigiera la Mtv, tanto nos gustaba en este país, y tan buenos productos dio. Y ni Segura ni Wyoming han estado mejor nunca. Queda dicho.

lunes, 16 de junio de 2008

Crimen ferpecto

Crimen ferpecto (Alex de la Iglesia, 2004)


En realidad, lo que muestra Crimen ferpecto es lo mismo que todo el cine de de la Iglesia, el triunfo de los perdedores sobre los supuestos triunfadores, que en realidad nunca lo son tanto. En esta ocasión a través de la historia de Rafa (Guillermo Toledo), un crápula sin escrúpulos cuyo máximo sueño es ser encargado de planta de Yeyo's (una mezcla entre El corte inglés y la Fnac), puesto que le es arrebatado por don Antonio (genial Luis Varela), un comercial "de los de toda la vida", que fallecerá accidentalmente empotrado contra un cristal en una discusión con él. Para que la imperfección reine, la encargada de descubrir el pastel es Lourdes, una divertidísima Mónica Cervera, fea enamorada del casanova, que lo chantajeará hasta que este, a instancias del fantasma del fallecido don Antonio, planea el "crimen ferpecto" del título. Rafa sufre en sus carnes la vergüenza y la humillación con la que él mismo castigaba a los demás a manos de esa supuesta mosquita muerta, que desvela ser más maquiavélica de lo que él fue nunca. Y sus posibilidades de escapatoria tienen efectos inesperados.


Tras los pobres resultados (tanto en taquilla como de crítica) de 800 balas, de la Iglesia vuelve a recuperarse con una historia, firmada también por su habitual Guerricaechebarría, donde el humor negro vuelve a ser el protagonista indiscutible, y la acción es filmada con todas las buenas artes de que el director es capaz. Quizá no es su mejor película, pero si que es un paso al frente, y logra una comedia divertidísima con personajes y situaciones hilarantes (la familia de Lourdes-Cervera, y esa escena de la cena con la hija pequeña diciendo que está embarazada del profesor de gimnasia y la madre en plena crisis es de mis favoritas) que harán las delicias de casi todos. Y digo casi todos, porque, como dijo el torero, hay gente pa to.
P.D.: Esto me ha quedado muy de crítico de cine. Prometo que no volverá a ocurrir (¿o sí?)

domingo, 15 de junio de 2008

Acción mutante

Acción mutante (Álex de la Iglesia, 1992)


De las primeras películas que produjeron los hermanos Almodóvar a otro que no fuera Pedro, bajo el sello El deseo. La jugada no salió bien. Tras Mirindas asesinas, de la Iglesia pretendió hacer lo mismo, y no podía ser. A la película le sobra metraje fundamentalmente, y hubiera quedado estupenda como corto o medio, pero para un largo no da. El estiramiento es a base de tralla, y termina cansando. Buenos momentos tiene tanto de acción como de humor, la historia de estos "mutantes" que pretenden vengarse del orden establecido, ese que los ha desterrado al mayor de los ostracismos y la vergüenza. Y está bien dirigida. Y en la banda sonora están Def con Dos. Pero, por mucha admiración que yo le pueda tener a su director, no da, no da.

sábado, 14 de junio de 2008

Mirindas asesinas

Mirindas asesinas (Álex de la Iglesia, 1991)


Me ha dado por recuperar a Álex de la Iglesia, y he decidido comenzar por el principio.
Corto de apenas once minutos de duración, de la Iglesia demuestra en él todas sus habilidades (que son muchas) para conformar un pequeño cuento que mezcla a partes iguales terror y humor negro para conseguir no dejar indiferente a nadie. Ese asesino que bebe Mirinda y acojona al pobre Saturnino García pertenece al grupo de los mejores personajes que la pareja Guerricaechebarría-de la Iglesia han creado nunca, y es interpretado con maestría por Álex Angulo. Recuerda mucho (quizá por Angulo, quizá por ser esa especie de tipo bueno llevado al "mal" por las circunstancias) al cura de El día de la bestia, sólo que aquí no hay quimeras religiosas, sino concreciones simples ("¿Tienes hora?"). La fotografía, casi expresionista, es otra obra de arte. Y el juego con el espectador, los cambios de plano, el genial manejo que tiene de la Iglesia de las tres dimensiones (mucho mejor aprovechados de lo que lo aprovechan muchos otros) conforman un espectáculo visual de muy corta duración, pero que da una idea de lo que este director es capaz de hacer cuando se lo propone.

viernes, 13 de junio de 2008

Boogie nights

Boogie nights (P.T. Anderson, 1998)


Esta es otra gran película. De temática conocida, caída y ascenso de estrella, sólo que en esta ocasión, del porno de los 70, cosa que sirve a Anderson para realizar un estudio de personajes, de la sociedad estadounidense de los 70, y de toda la industria pornográfica, donde pocos salen bien parados.
Basada en la vida de John Holmes, actor mítico gracias a los 35 centímetros que calzaba el muchacho, esta película sirvió para varias cosas:
-Para que Marky Mark se convirtiera en Mark Wahlberg, de bastante mejor reputación, y que nos diéramos cuenta de que sus abdominables son más expresivos que él.
-Para que todos nos hiciéramos preguntas (iba a decir pajas mentales, pero eso da para muchos chistes) acerca de si el miembro que muestra en la escena final es suyo o no. He encontrado alguna página que dice que sí, aunque a mi siempre me pareció una prótesis.
-Para que muchos conociéramos a esa gran actriz que es Julianne Moore.
-Para que Heather Graham tuviera una oportunidad como actriz, oportunidad que pocas veces más ha aprovechado.
-Para recuperar a Burt Reynolds.
-Para hacer una película sobre el cine pornográfico y que no resulte una sucesión de polvos (más o menos explícitos).
-Para tener la oportunidad de descubrir a P.T.Anderson, cuya primera película, Sydney, se estrenó en nuestro país posteriormente a esta.
La película tiene sus pros y sus contras. En ocasiones, como en Magnolia, de la que ya hemos hablado aquí, hay una inmersión en lo trágico que puede no acabar de convencer a algunos. Pero lo que no le pueden quitar es la magnífica dirección, el espléndido guión, y la buena actuación de todos cuantos participan (a Mark Walhberg no se le pide más de lo que da), así como el atrevimiento a hablar del porno desde otra perspectiva, mucho más humana. Qué bonito.

jueves, 12 de junio de 2008

Blade Runner

Blade Runner (Ridley Scott, 1982)


El otro día, tras unos meses, me compré el Fotogramas, y descubrí que habían hecho una encuesta a los lectores acerca de las cincuenta mejores películas de la Warner, y había ganado esta. No entraré (que podría) en que, siendo sensatos, la mitad de las películas que ocupan esas primeras posiciones no deberían estar ahí, pero si que sirve para que me acuerde de esta película, una de esas que uno ve de vez en cuando cada cuanto tiempo y que no para de sorprender ni de envejecer. Yo creo que la última vez que la vi fue el año pasado, y me resultó tan apasionante como la primera vez.
Hablar de Blade Runner a estas alturas del cuento, y desde este humilde sitio, es tontería. Esta película es magnífica. Que podría haberse rodado de otra ma
nera, quizá, que podría haber sido de otra forma, también. Que es una grandísima película, es algo que nadie pondrá en duda (nadie que tenga una mínima idea), que las interpretaciones son múltiples tampoco, que el lenguaje es precioso, que la historia es de poner los vellos de punta, que la escena final de Rutger Hauer muriendo es extraordinaria... si todo el mundo lo sabe...
Así que aprovecharé para una sola cosa: reinvindicar las buenas películas que ha hecho Ridley Scott, cosa que ha olvidado hacer hace mucho. Alien, el octavo pasajero, Thelma y Louise, o esta Blade Runner son ejemplos de que el que director de cine puede hacer enormes películas sin que eso quiera decir que es un gran director. Para que nos fiemos.

Yo, de momento, voy a ver si la vuelvo a ver... cuando vuelva de vacaciones.


Nota vacacional


Me voy de vacaciones, pero no os preocupeis. Gracias a la publicación programada del Blogger este blog va a seguir actualizándose regularmente durante mi ausencia. De hecho, si no fuera porque no contestaré los comentarios hasta que vuelva (o hasta que esté aburrido y encuentre un cyber) no ibais a notar mi ausencia. En resumidas cuentas, espero que sigais escribiendo vuestras opiniones. Prometo contestar a cuanto comentario aparezca en esta página durante mi ausencia, pero que nadie se enfade si tardo un poco.

miércoles, 11 de junio de 2008

Velvet Goldmine

Velvet Goldmine (Todd Haynes, 1998)


Todd Haynes es uno de esos directores que comenzó en el cine independiente americano para ir poco a poco introduciéndose dentro de la industria sin que lo parezca (es decir, haciendo películas "independientes" de esas que producen los grandes estudios). Recuerdo que esta película fui a verla con dos amigos, y sólo me gustó a mi.
Haynes mezcla Ciudadano Kane con el documental, con el musical de los años 60, con el fantástico... para hacer una película que no tiene que ver con ningu
na de esas cosas, resultando complejísima en cuanto a su lenguaje fílmico, por lo que no me extenderé respecto a ello. Basada en la historia de Ziggy Stardust, ese "alienígena" que hiciera famoso a Bowie allá a comienzos del Glam Rock, usa sin embargo este pretexto para hacer un recorrido por la vida de una estrella que quería ser estrella, y que encontró el camino para ser estrella. Todo ello sirve para analizar toda una época de cambios, tanto a nivel musical (que no es lo de menos) como social, centrándose, como gran parte del cine de Haynes, en los cambios relacionados con la sexualidad en general, y la normalización de la homosexualidad en particular. Para ello cuenta con un reparto magnífico, desde un morbosísimo Jonathan Rhys Meyers, un Ewan McGregor espléndido, una Toni Collete que pocas veces ha estado mejor, o un Christian Bale que ya demostraba lo buen actor que podía ser en un papel que, en otras manos, no hubiera dado mucho de si. La banda sonora, además, es la hostia. Por si faltaba algo, nos regala unos cuantos planos sugerentes para los que deseemos entre Rhys Meyers y McGregor (dos de mis fantasías recurrentes), algunos de los cuales he colocado en este post, aunque advierto que el segundo fue una foto promocional, que nadie espere encontrarla en la película.



martes, 10 de junio de 2008

El verde rebelde vuelve

El verde rebelde vuelve (Los Delinqüentes, 2004)


Hacía mucho que no escuchaba este disco, y la idea de ponerlo viene fundamentalmente por homenajear a una grandísima canción que es Después ("Después del humo negro, hay que ser valiente y despertar, y vivir, como vive la gente, hay que ser valiente, amigo, yo tengo que volar"). Los delinqüentes era un grupo que seguíamos no demasiada gente (a pesar de que A la luz del lorenzo, perteneciente a su primer disco, El sentimiento garrapatero que nos trae las flores, sonó bastante en su momento), y que se volvieron famosos con esta canción perteneciente a este tercer disco, posterior al fallecimiento de su cantante inicial (al que, supongo, va dedicada esta canción), Miguel Ángel Benítez. Es verdad que Benítez, con su voz rota, daba un punto más canalla a un repertorio canalla de por si. Pero este disco es muy bueno, digan los fans antiguos lo que digan, que lo dicen. Y esta canción es grande, y probablemente lo mejor que haya grabado Bebe nunca.
Describir a Los delinqüentes no es fácil, mezclan flamenco con ritmos morunos, roqueros, funky... y sus letras definen un tipo de vida canalla y nada complaciente con el mundo que les rodea, todo ello con mucho sentido del humor, y con cierto tono melancólico en ocasiones. Memorables, de este disco, son La primavera trompetera, El abuelo Frederick, y la ya citada Después, por poner un ejemplo. En realidad, todo lo que diga de ellos sobra, son otros que hay que escuchar y decidir si gustan o no. A mi si.

lunes, 9 de junio de 2008

Los cuatro fantásticos y Silver Surfer

Los cuatro fantásticos y Silver Surfer (Tim Story, 2007)


Terrible, terrible... Aunque las hay peores, por ejemplo... Mmm... Ehhh... Sí, Independence day es peor, sí, y... ejem... No, Aquí llega Condemor era más graciosa, esa no vale... Bueno... Las hay peores seguro, aunque después de verla no me viene ninguna a la cabeza.

sábado, 7 de junio de 2008

Canción a una novia.

Canción a una novia (Fernando Álvarez y Alfredo Pérez)

Gracias a Chito ya se de quién es esta canción, que me envió una amiga hace unos meses. Se que está de moda, y que ya la han colocado en quinientos blogs, pero no me resisto. Me parece una obra de arte. A ellos habrá que seguirles la pista. Fernando Álvarez tiene sitio en myspace, como no.

Os la dejo aquí. Qué grandes, qué grandes.


viernes, 6 de junio de 2008

Lo tuyo no tiene nombre

Lo tuyo no tiene nombre (Ellos, 2001)


Cuando van por el tercer disco, yo comienzo mi andadura con estos muchachos. Un amigo mío, el único que conozco físicamente al que le apasione el ñoñipop (o tontipop o como quieran llamarlo) ya me los había recomendado. Por más que al escucharlos (estoy en ello ahora mismo) no me de la impresión de que se encuentren dentro de esta "categoría". Me acordé de Ellos al volver a pasarme por el blog de Pasa el mocho, tanto tiempo después, donde se anunciaba la salida de este tercer album, algunas de cuyas canciones podreis disfrutar en su página de myspace, portal por el que todos los grupos "minoritarios" españoles pasan en algún momento u otro.
Lo que estoy escuchando me está gustando. Suenan muy ochenta, pero con arreglos más contemporáneos. A ratos recuerdan a Dinarama, a Astrud, a La casa azul... pero consiguen ser otra cosa. Letras cotidianas, muy relacionada con la noche y sus acontecimientos propios, con un punto absurdo en ocasiones, que adornan una música electrónica un poco más elaborada que todos esos grupos españoles de electro-clash, y algo más de profundidad que todos ellos. En una primera escucha tienen un tono melancólico y triste que no me está disgustando en absoluto. Pensaba recomendar alguna canción (de hecho tenía un par ya preparadas), pero tras escucharlo creo que hay que disfrutarlo entero.
Que conste que este post se basa en primeras impresiones. Como ya he dicho, a pesar de que podría haberlos descubierto antes, lo he hecho ahora. Pero lo que he encontrado me gusta (ya lo intuía de hecho), así que probablemente cuando ahonde, tendreis más noticias de Ellos si es que no os aburrís de mi antes.
Para el que le interese, el cantante (y guitarra, y ...), Guille Mostaza, tiene un blog donde, aparte de sus cosas, cuenta las del grupo.


jueves, 5 de junio de 2008

Shadowboxer

Shadowboxer (Lee Daniels, 2005)


Un fin de semana de puente aquí en Canarias, con todos los amigos fuera y con pocas ganas de hacer nada más que estar tirado en el sofá, da para ver muchas películas, algunas buenas y otras no tanto, de esas que tenías aparcadas. Y estoy hablando del fin de semana del 30 al 1 de junio, fin de semana que me va a dar para casi todo el mes.
Pues bueno, reconozco que esta película estaba entre las que tenía pendientes no por ver la interpretación de Helen Mirren, sino porque leí en alguna parte que Stephen Dorff, macarrilla que es objeto de mis deseos desde que vi una foto promocional de Sangre y vino allá por 1996, se mostraba en todo su esplendor. Y probablemente esto, los desnudos parciales de Cuba Gooding Jr. y la boca de Vanessa Ferlito sean lo mejor de toda la película, porque el resto no da más de si.
La historia es la de dos matones a sueldo, uno de ellos, Rose (Helen Mirren) que inicia su cuenta atrás presa del cáncer, que tienen que hacer un trabajo cargándose a la mujer de un gánster. El por qué no se la carga el gánster mismo (que, al fin y al cabo, no para de matar gente en todo el metraje) es una de las múltiples dudas que surgen en esta artificiosa película. Sigamos. La mujer del gánster está preñada y tiene el mal gusto de romper aguas justo antes de que Rose le pegue un tiro. Esta última se apiada de ella, y ambos matones adoptan a la mujer y al niño, aun a riesgo de perder credibilidad en su trabajo, y, lo que es más importante para Mickey (Cuba Gooding Jr.) aun a riesgo de perder su integridad física (Rose va a morir de todas maneras, a ella qué más le da). Se genera así una especie de pseudodrama con tiros y planos de inspiración "Zen" donde empiezan a sucederse los flashbacks sin demasiado orden ni concierto. La mitad de las escenas no tienen explicación (de hecho, la escena de sexo donde podemos apreciar las cualidades físicas de Dorff surgió seguramente de la mente calenturienta del director, porque sentido no tiene ninguno, por más que se lo agradezcamos), y ese intento de resultar "oriental" sería más adecuado si existiera, en algún momento del metraje, algo que pudiera sugerir mínimamente un posible origen filosófico-budista-taoísta-metodísta-...ísta (escríbase lo que se desee) de algo, aunque fuera que decoran las casas donde viven según el Feng-Shui.
En fin, lo dicho, despropósito a mayor gloria de los cuerpos serranos de los dos protagonistas masculinos (porque la Ferlito sólo enseña ligeramente el pecho, y tampoco es que tenga gran cosa) y poco más. Para que al que le interese no tenga necesidad de perder el tiempo viendo la película, os dejo una foto que encontré por ahí de Dorff en todo su esplendor, aunque la calidad no es muy buena.



miércoles, 4 de junio de 2008

El club de la lucha.

El club de la lucha (David Fincher, 1999)


A veces me pongo muy terco. Como cuando me dio por no ver esta película, que ya sabía de antemano que me iba a gustar. Esta es otra de las que llevaba meses en casa esperando, y, como ahora me ha dado por recapitular, ha caído.
Efectivamente, me gustó. No sólo me gustó. Me ha resultado apasionante. Recuerda a demasiadas cosas, de todas formas. Me recuerda a Trainspotting y me recuerda a Doce monos, por ejemplo. De Trainspotting está la adicción, la adicción como resolución de problemas. Sólo que aquí lo que se busca no es la anestesia, sino todo lo contrario. El protagonista sin nombre, al que, como Tyler, llamaremos Jack, es un adicto. Es un hombre que no puede dormir, y que, para lograrlo, busca algo con lo que sentir, con lo que sentir lo que su trabajo como empleado de aseguradora de una compañía de coches no le permite. Por ello se hace adicto a los grupos de autoayuda, donde conoce a Marla, una chica atormentada obsesionada con la muerte (con la suya propia), en la que pone toda su inicial ira. Pero esos grupos se quedan en nada cuando conoce a Tyler (nunca Brad Pitt estuvo tan guapo, ni tan bueno, ni tan.... pongan el adjetivo que quieran), un personaje que, ya desde el principio, se nos antoja siniestro, y con el que formará El club de la lucha, un espacio donde las peleas sirven como método de descarga, y adonde la gente va a pelear. Este, sin embargo, es sólo un pretexto para la creación de un grupo revolucionario antisistema del que Tyler es el cabecilla (y de ahí las reminiscencias a Doce monos), y al que "Jack" pretende frenar tras el fallecimiento de uno de los heroicos guerrilleros. El final, para el que no la haya visto, me lo reservo.


La película está basada en una novela de un tal Chuck Palahniuk (me doy cuenta que tengo que leer más) que desconozco, pero, por lo que he leído, la adaptación es buena. De todas formas, no importa. Como película es efectivísima, complejísima y no deja indiferente a nadie. Intentar hablar de su lenguaje fílmico sería extensísimo, intentar simplificarlo un crimen. Hablar de los juegos que se establecen entre los protagonistas, con el espectador, del narrador (y protagonista) consigo mismo, desvelaría parte de lo más interesante de la película. Así que sólo puedo recomendar que la vean bajo dos advertencias:
-las escenas de lucha, en ocasiones, son un tanto sanguinolentas. Nada que ver con el gore, pero hay gente muy sensible.
-esta película tiene muchísimos detractores, pero muchísimos defensores también. Así que cuidadito con lo que comentamos...
Esto último es broma, de momento no he montado ninguna red organizada... aunque estoy en ello.

martes, 3 de junio de 2008

El sabor de la sandía

El sabor de la sandía (Tsai Ming-Liang, 2005)

Advertencia: Todo aquel al que le repugne el cine de arte y ensayo, que no pierda el tiempo viendo esta película. No le va a gustar.


Tras meses en la recámara y una primera ojeada entonces, momento en el que decidí que para esta película tenía que tener el día, anoche tuve el valor. Mientras la veía, iba pensando en que iba a poner en el post, pero ya se me ha olvidado. Película extraña, compleja, poética y desagradable a la vez, no es apta para mentes estrechas ni para sensibilidades extremas.
Clasificada como erótica en el catálogo de Lauren Fi
lms, su distribuidora en España, en realidad lo es y no lo es. El sexo abunda, es, en parte, el leit motiv, pero no lo es todo. De hecho no es casi nada. Es la historia de dos personas. Él es actor porno y no tiene donde dormir. Ella trabaja en un museo, tira unas llaves por la ventana, y tiene que recuperarlas cuando están incrustadas en el asfalto. Ambos se encuentran en un parque, pero ya se conocen de antes. No sabemos si se enamoran o si ya lo estaban. Pero no pueden consumar su amor porque él se debe a su trabajo. Y es en ese trabajo, justo al final, cuando la actriz coprotagonista aparece muerta y hay que terminar el film antes de que se presente el rigor mortis, cuando se consuma en forma de descarga oral con la que, además, mitigar el ruido. Porque estamos ante una película de silencios. En dos horas de metraje, se pronuncian, más o menos, diez frases. Silencio tan sólo interrumpido por números musicales vistosísimos que no se qué quieren decir (la versión que tengo es doblada y no tuvieron el buen gusto de subtitular las canciones). Todo ello en un Taiwan en sequía, donde la sandía se usa más que el agua, por su bajo precio, y donde esa misma sandía sirve como metáfora del amor, de los genitales, del sexo, de la vida. Se bebe, se come, se folla, se usa como símil de un embarazo y un parto... La sandía es la vida, con todo lo que ella conlleva. Y la chica se entrega a esa vida y la protege como a un recién nacido, intentando salvarla aunque se caiga al suelo y se rompa en pedazos.


Todo esto sirve para intentar explicar una película que no tiene explicación racional posible con palabras. El sabor de la sandía es una película sensorial, visual, acústica, tactil... por ello resulta complicadísimo ponerle palabras, cuando ni ella misma las tiene. A mi me ha encantado, pero tengo la impresión de que me faltan muchas cosas. Algún día, dentro de un tiempo, cuando la haya digerido bien, tendré que revisitarla.

lunes, 2 de junio de 2008

La tormenta de hielo

La tormenta de hielo (Ang Lee, 1997)

Bueno, este post va dedicado a Ricardo Baticón. Con lo que me es más difícil porque me veo más forzado si cabe a resultar pedante. Lo intentaré.


Ang Lee es un director espléndido. Un director que ha sabido desplazarse desde el panorama oriental (Chino-Hong-Kongniense) al estatus hollywoodiense sin mayores problemas, y manteniendo unas ciertas señas de identidad y un cierto aire de autor que no todos los que emigran a esas tierras en aras del prestigio económico son capaces de mantener.
Esta es su segunda película por esas lides, después de la preciosa Sentido y sensibilidad, y vuelve a realizar, a pesar del reparto lleno de caras
conocidas y del presupuesto que manejaría el hombre, una película pequeña, intimista e intimísima. Basada en una novela de un tal Rick Moody, esta es una película sobre seres atormentados, raros, frustrados, descontentos con sus vidas, con el pequeño pueblo y la pequeña sociedad en la que viven. Unos seres que mienten, no menos que esa sociedad a la que pertenecen. Unos seres hipócritas, que engañan a otros y se engañan a si mismos, que saben que lo hacen, y a los que eso sólo sirve para atormentarse aún más. Porque lo que diferencia fundamentalmente esta película de las anteriores de Lee es que, mientras que en El banquete de bodas, Comer, beber, amar, o la ya citada Sentido y sensibilidad, por muy tristes que fueran en ocasiones, había una puerta, más o menos ancha, a la esperanza, en esta no hay. Todo el tono que rezuma la película es amargura, la misma que impregna la mayoría de las películas de Lee, esa amargura del que vive en la mentira, solo que aquí no hay ninguna vía de escape. Todo es trágico y triste, y no hay, como en El banquete de bodas, finales seudofelices que apacigüen el malestar. Los personajes están, como por esa tormenta de hielo con funestas consecuencias, aislados del resto del mundo, y sin posibilidad de escapar de una existencia que no les resulta satisfactoria, ni siquiera mínimamente gratificante. La escena del intercambio de parejas, vía llaveros de coche, da idea de toda la mentira en que los personajes viven, de esa falsa felicidad que tantas veces ha sido llevada al cine, pero raras veces con esta crueldad.


Para todo ello Lee se vale de un reparto coral, magnífico, donde destaca una Sigourney Weaver en su papel de señora de vuelta de todo, que ha conseguido convencerse de que su vida merece la pena gracias a los engaños a su marido. Joan Allen está espléndida también, Kevin Kline... Todos están estupendos, el guión es soberbio, y la dirección espléndida. Cierto es que el que no deje escape para esos pobres personajes, esos personajes para los que parece no existir la piedad, puede producir mucho malestar. Pero, al fin y al cabo, esa era la idea. Para mucha gente, así es la vida.

domingo, 1 de junio de 2008

Si.

Si. (Chico y Chica, 2001)


Como mis vecinos ya se han aprendido la discografía completa de La casa azul, ahora he decidido no parar hasta que se aprendan la de Chico y Chica. Ya hablé de Status en alguna parte de este blog, y poco más tengo que decir sobre este, porque es más de lo mismo. De hecho, este es su primer disco, pero yo eso del orden lo llevo regular. En realidad es que como me ha dado por ellos (otra vez) quería meterlos de alguna forma. Si que es cierto que aquí es donde aparece una de las canciones con las que más me identifico, Supervaga (que estoy intentando enlazar, pero no la encuentro, así que creo que voy a pasar), especialmente días como hoy, que tendría que estar planificando vacaciones y arreglando mis asuntos con Hacienda. Música electrónica con letras impregnadas del humor más basto que persona humana pueda haber imaginado, crean un trabajo que vale, como La casa azul, La monja enana o L-Kan, sin ir más lejos, para pasar un rato divertido. Y poco más. Sigo recomendando enfervecidamente que visiteis su web, www.chicoychica.com, donde tienen un blog, la miniserie 4 en Alicante, y ellos salen haciendo todo tipo de tonterías en la mayoría de los casos, entre ellos la foto que uso en este post.