sábado, 29 de marzo de 2008

300

300 (Zack Snyder, 2007)


El por qué en vez de realizar una película puramente informatizada se mezclaron actores con cromas y más cromas para rodar este film, más allá de hacer aumentar los beneficios de las industrias farmacéuticas fabricantes de esteroides, y de poner palotes a todos los maricas del mundo entero, no está claro. Ante todo porque 300 es una película de animación.
Basada en un cómic de Frank Miller acerca de la batalla de las Termópilas (cómic que tengo en algún sitio pero al que, salvo alguna ojeada, no he prestado mayor atención todavía), 300 es, ahora sí, un cómic llevado a la gran pantalla como en el mismo cómic. Violencia, sexo, y una estética fantasmagórica y bastante siniestra es lo que nos ofrece. Evidentemente, el resultado es espléndido. Pero hay que saber lo que se va a ver.

Hedwig and the angry inch

Hedwig and the angry inch (John Cameron Mitchell, 2001)


Tras el éxito del musical en el off Broadway, uno de sus autores, John Cameron Mitchell, decidió llevarlo a la gran pantalla, antes de realizar esa tontería llamada Shortbus, que, escenas pornográficas aparte, no tiene mayor interés.
Sin embargo esta Hedwig and the angry inch es una película magnífica. Narra la historia de Hansel, un muchacho nacido en Berlín oriental el año de construcción del muro de Berlín, obsesionado por el rock de habla inglesa, y que, tras someterse a una operación de cambio de sexo (ahora llamada reasignación sexual para que las mentes bien pensantes no se irriten) que no termina de salir bien (y que le deja esa pulgada cabreada que luego dará nombre a su grupo), para poder casarse con un militar estadounidense y salir del país, correrá mil y una peripecias, todas desastrosas, para qué engañarnos, en búsqueda del éxito y el amor.
Magníficamente rodada, por más que tenga un cierto humor, no deja de ser una dramática historia de amor protagonizada por su director, en el papel de la supuesta pérfida Hedwig, un pobre resentido con uno de sus amantes (el que él entiende que es su amor) que le robó el corazón y sus canciones, y al que perseguirá con su grupo, esos The angry inch, tocando al lado de los estadios donde triunfa el otro.
Extraña, deslabazada y llena de mensajes oníricos, Hedwig and the angry inch es una de esas joyitas dignas de verse en esas salas de arte y ensayo que no se si quedan por la geografía patria. Y de la banda sonora, mejor no hablar. Es puro arte.

jueves, 27 de marzo de 2008

Mars attacks!

Mars attacks! (Tim Burton, 1997)


Era de esperar que en algún momento de este blog empezara a hablar de lo que me gusta Tim Burton. Y empezaré por la que es, sin ningún género de dudas, su película más divertida.
Tras múltiples problemas de financiación, Burton rodó a finales de los 90 un divertimento divertidísimo, en forma de oda antipatriótica, llena de humor visual e impregnado del cine de alienígenas de serie B. Pero con mucho más presupuesto.


Un reparto plagado de estrellas, comenzando por Jack Nicholson interpretando a un bobo presidente de los E.E.U.U. y a un hortera empresario de Las Vegas, siguiendo por la magnífica Glenn Close en su papel de insufrible primera dama, y que cuenta con una de las muertes más divertidas de la historia del cine, y tantos otros. Annette Bening está soberbia, la escena de los marcianos bailando el It's not unusual como coro de Tom Jones es espléndida, el cómo los extraterrestres se cargan todos los monumentos significativos del planeta por pura diversión (la escena de los bolos con las caras de la Isla de Pascua es magnífica), mientras los científicos intentan convencerse de que son una cultura superior, el patriotismo de los padres de Lukas Haas mientras van a ser atacados por los alienígenas ("no se llevaran la tele")...


Tim Burton organiza un circo donde se ríe de todos los organismos de "inteligencia" humanos, y de todo el patriotismo americano en general. Dura lo justo para que no terminemos de sorprendernos y no nos aburramos, y al final los que salvan el mundo son una vieja demenciada, su nieto repartidor de donuts, un cantante galés, y una serie de frikis de Las Vegas. Evidentemente en yankilandia fue un fiasco. Sólo terminan de darle la razón.

domingo, 23 de marzo de 2008

Canciones para una orquesta química

Canciones para una orquesta química (Los Planetas, 1999)



Terminaremos con esto. Podemos dedicarnos también a las colaboraciones, homenajes... pero a mi eso me interesa menos (y, por tanto, se menos) y además hay suficientes como para hacer un blog único para ellos. Y no era esa la idea cuando comencé este. Bien, en esta desordenada trayectoria discográfica que hemos seguido respecto a este grupo, termino con su cuarto disco. Podía haber hablado de él antes que del Singles 1993-2004, pero quería dedicarle un poco más de espacio.
Cada tres discos, Los Planetas sacan un recopilatorio de los singles editados, supongo que para que veamos lo buenos que son, y supongo que porque con las canciones que publicitan en los singles sólo se quedarían un tanto cortos.
Pues bien, en este disco tenemos los publicados durante su primera etapa en los tres primeros discos (Super8, Pop y Una semana en el motor de un autobús), pero además nos regalan el Medusa E.P., como dije antes, lo primero que se editó de ellos, y dos singles nuevos. En realidad uno no es nuevo, es una especie de extra del Super8 (de hecho yo compré una edición que traía ambos) llamado Nuevas Sensaciones. Y, para que nos compráramos el disco, sacaron un E.P. original, incluido como última parte del CD 2 de este recopilatorio, llamado ¡Dios existe! (El rollo mesiánico de Los Planetas), que incluye ese gran tema llamado Prueba esto, que fue single en su momento, y en cuyo video no paraban de meterse y ofrecer "pastis".
Y se acabó el carbón. Podríamos hablar también de la estética de los discos, de cómo los singles la mantienten, de los grafismos, de los títulos de las canciones (en muchos casos incluso mejores que las canciones mismas)... pero ya he dicho que esto no es un blog monográfico. Para eso, lo mismo un día me lío la manta a la cabeza y hago uno.

Singles 1993-2004

Singles 1993-2004 (Los Planetas, 2004)



Pues eso mismo. Aquí tenemos, para el que los quiera, reunidos, todos los sencillos que habían sacado incluyendo los de Contra la ley de la gravedad, aparentemente para celebrar la disolución del grupo. Esa que, afortunadamente, no fue. Caras B espléndidas y todos los singles de los discos oficiales, además de aquel E.P. que tanto nos asustó a los fans, justo antes de la edición de Contra la ley de la gravedad, llamado Los planetas se disuelven. No hay nada más. Es lo mismo, mejorado. Y con eso ya vale.

Encuentros con entidades

Encuentros con entidades (Los Planetas, 2002)


Ya queda poco. De hecho, este es el último disco original. Los siguientes son recolecciones de singles. Disco extraño, incluso para ellos, con múltiples referencias musicales (del punk al flamenco, pasando por las melodías gitanas rumanas), además de esa oda a la ira desamor llamada Pesadilla en el parque de atracciones, que contiene algunas de las frases más bestias que pueda haberle dedicado alguien a quien lo abandonó, esconde otras maravillas como El artista madridista, Nosotros somos los zíngaros o Temporalmente. Incoherente y a la vez espléndido. Hay que ser muy fan. Como yo.

Medusa

Medusa E.P. (Los Planetas, 1993)


Lo primero que publicaron Los Planetas fue un E.P. llamado Medusa que escondía tras sólo tres canciones, Pegado a ti, El centro del cerebro y la grandísima Mi hermana pequeña. Probablemente es de lo mejor de toda su carrera, y como inicio de la misma, no tiene precio.

jueves, 20 de marzo de 2008

Contra la ley de la gravedad

Contra la ley de la gravedad (Los Planetas, 2004)


Y van... Creo que ya me queda poco para terminar toda la discografía. Contra la ley de la gravedad es su penúltimo álbum. Tras este, muchos fueron los rumores de separación del grupo, que llevaron incluso a la edición de un EP con la revista Cáñamo que se llamó Los Planetas se disuelven. No se sabe por qué se volvieron a reunir tres años después para publicar La leyenda del espacio, pero eso ya es otra historia.
Este disco es, quizá, el más comercial (si es que alguno lo fue) de toda su carrera. La primera semana en la calle fue líder de ventas. Y además es imposible fue su primer single, de una belleza admirable. No ardieras, es, al estilo de Pesadilla en el parque de atracciones (ya hablaré de Encuentros con entidades), una canción de desamor y de venganza. Y el resto tienen que ver con lo mismo. Devuélveme la pasta, Canción del fin del mundo o Sale el sol son canciones modélicas, pero un poco más suaves de lo que es habitual en el grupo. Quizá es que como iban a disolverse, quisieron que todo el mundo se diera cuenta de lo que perdían. O quizá no. A mi, de todas formas, me sigue gustando mucho.

Pop

Pop (Los Planetas, 1996)


Total, ya puestos, sigo. Pop es el segundo disco de Los Planetas, el disco con el que yo los descubrí, y un disco intermedio entre Super8 y Una semana en el motor de un autobús, mezclando las influencias más rockeras (Punk, por ejemplo) con las megalomanías orquestales más melódicas (dB, sin ir más lejos). Hay canciones estupendas, que hablan de lo mismo de siempre, y están, fundamentalmente La máquina de escribir, una de las canciones más eróticas de la historia, y, sobre todo, David y Claudia, considerada por mí como la segunda mejor canción de amor de todos los tiempos (sólo superada, por poco, por el Bribriblibli de Extremo). Jose y yo, Himno generacional #83... no tiene desperdicio, a fin de cuentas.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Una semana en el motor de un autobús.

Una semana en el motor de un autobús (Los Planetas, 1998)


Lo malo de repasar una discografía sin tenerlo previamente calculado es que al final se termina haciendo de forma totalmente desordenada. Y eso es lo que me está pasando a mi con Los Planetas. Creo que ya hemos hablado de La leyenda del espacio, de Super8 y de Unidad de desplazamiento, el último, el primero, y el quinto disco de este grupo, respectivamente. Hoy voy a hablar del tercero.
Cada disco de este grupo tiene personalidad propia. Mientras los dos primeros tienen un tono más rockero, por decir algo, este tercero deriva casi en lo orquestal. Las letras son exactamente igual de magníficas que siempre, y hablan de lo mismo de siempre, de sus vidas y sus sentimientos. Pero las orquestaciones, con un tono mucho más melódico que de costumbre, son a la vez mucho más potentes que en el resto de sus discos. Casi operísticas, si uno logra escuchar la voz de J. en medio de todo el barullo de melodías y sonidos, se dará cuenta de unas letras sublimes que cantan al amor, y, sobre todo al desamor, a las drogas, a la vida, más o menos licenciosa, de la que hablan todas sus canciones.
Cumpleaños total es probablemente la más famosa, Rock de Luxe nombró La playa como la mejor canción del año, Línea 1 es un canto desesperado a la necesidad de cambio y lo que nos cuesta cambiar, y todo aquel que escuche Segundo premio, independientemente de que guste o no, y no se le remuevan las tripas, es que no tiene sensibilidad. A mi, sin embargo, me encanta La copa de Europa, uno de sus mayores excesos, con el que me siento terriblemente identificado:

"Ahora pienso que no merece la pena,
arriesgarme traerá más problemas.
Así que elijo lo que tengo más cerca.
Por lo menos tendré la certeza de que existo,
de que puedo decidir,
de que elijo por mí,
sólo por mí.
En vez de aceptar lo que viene de fuera.
En lugar de contar lo que queda,
desde ahora hasta el día en que me muera
por lo menos cabrá la sorpresa.
Algo nuevo, algo aún por descubrir,
algo dentro de mí, dentro de mí.
Cuanto tiempo he perdido ahí afuera,
cuánto por descubrir en mi cabeza.
Es tan vasto que da casi pereza.
Casi pienso que no tengo fuerzas para hacerlo
y encontrar dentro de mí algo nuevo."

Unidad de desplazamiento (II)

Unidad de desplazamiento (Los Planetas, 2000)

Lo malo de los grandes discos es que siempre se te olvida algo. Y ayer se me olvidaron dos de las más preciosas canciones no ya del disco, sino de toda su obra. Os dejo las letras:


Que no sea Kang, por favor:

"Si por casualidad alguien oyera esto
y dentro de mil años existiera algún invento
que le permita desplazarse por el tiempo
que venga a salvarnos
mientras pueda hacerlo.

Pero mis palabras se las habrá llevado el viento
y no habrá servido de nada todo el esfuerzo
o bien no queda nadie en el futuro para hacerlo.

Y Kang es el señor de todo el universo
y tiene a la antorcha humana
en un bloque de cemento
ni siquiera la alianza ha podido detenerlo

Y se acaba la película
y los malos van venciendo
y si alguien del futuro
casualmente oyera esto
que venga a salvarnos
que me salve a mi primero."


Canción para ligar (o para que no me dejes):

"No te puedo prometer que cambiaré

no se si podré hacerlo
pero se que eres todo lo que quiero

No puedo decir que no te haré llorar
ni que voy a ser sincero
no te puedo prometer
que en el futuro sea perfecto
pero el futuro es lo de menos.

No puedo decir que voy a estar allí
cuando mas me necesites
pero puedo intentarlo si lo pides
no voy a decir que cuidaré de ti
ni siquiera se cuidarme
es posible que sea yo
quien necesite que lo salven.

Pero te quiero mas que a nadie
de eso estoy seguro
por mucho tiempo que pase."



martes, 18 de marzo de 2008

Unidad de desplazamiento

Unidad de desplazamiento (Los Planetas, 2000)


Cualquier disco de Los Planetas es una experiencia única. Y a este yo le tengo un cariño especial, probablemente porque encierra algunas de las letras más sutiles de toda su discografía, sutileza para la expresión de sentimientos de una intensidad que bien podrían haber merecido una copla. Desde esa ira del desamor de la espléndida Santos que yo te pinte, el sarcasmo de Anuncio para coches o Vas a verme por la tele, a la nostalgia del amor en la magnífica La cara de Niki Lauda, y, sobre todo, y ante todo, Un buen día, una de sus mejores canciones, disfrazada de oda a un estilo de vida, pero cuyo final, donde aparece escondida una subrepticia declaración de amor ("no he vuelto a pensar en ti hasta que he llegado a casa, y ya no he podido dormir como siempre me pasa"), a mi me pone todavía los pelos de punta.

domingo, 16 de marzo de 2008

El laberinto del fauno.

El laberinto del fauno (Guillermo del Toro, 2006)


Guillermo del Toro es un gran director, a pesar de que, de vez en cuando, la meta hasta el fondo. Mexicano, afincado en E.E.U.U., últimamente se ha visto de lleno metido en esa falsa industria cinematográfica española, industria que compagina con la estadounidense, con desigual resultado. Si bien siempre conserva esa poderosa imaginería visual, si que sus películas notan mucho la presencia de un buen guión detrás. Dirige estupendamente cine de entretenimiento (por mucho que gran parte de la gente que haya visto Mimic no esté de acuerdo), pero cuando intenta hacer algo con un poco de mensaje, los resultados son dispares.
En ese sentido, este El laberinto del fauno probablemente sea su película más redonda. Aunque tampoco es que el guión sea para tirar cohetes. Pero en conjunto, si conforma un film espléndido, lleno de buenas actuaciones, y de ese poderío que hace de cada plano una obra maestra de la planificación.
Falso cuento de hadas, o falsa película de guerra, emociona y entretiene a partes iguales. Quizá sea más cruenta de lo esperable (Sergi Sánchez cosiéndose la cara que le ha rasgado previamente Maribel Verdú es mucho hasta para mí), pero no deja de ser un pero de escaso valor. Y además Maribel Verdú vuelve a demostrar que cuanto mayor se hace, mejor actriz es. Todavía no me explico por qué no le dieron el premio de la Academia de las Artes y las ciencias cinematográficas de España entonces.

sábado, 15 de marzo de 2008

Malas influencias.

Malas influencias (Curtis Hanson, 1990)


Perdón por el tamaño de la foto, pero no he podido encontrar otra. Curtis Hanson es uno de esos directores a los que parte de la crítica mundial les tiene mucho aprecio, porque a lo largo de 20 años ha hecho tres o cuatro buenas películas. Que el resto haya sido bazofia, no importa.
Pues bien, Malas influencias es una de esas tres o cuatro que le han dado la fama. No es que sea una obra maestra, pero si fue la iniciadora de ese género de thrillers de los 90 que llegaría a su culmen de popularidad con Instinto Básico, aunque esta es bastante mejor película. Si que Hanson consigue realizar una película tensa, estéticamente turbadora (esos juegos de luces y sombras, el tono oscuro general...) y, gracias a un guión del, en general, magnífico David Koepp, redonda en su planteamiento, que, básicamente, intriga y entretiene, que es lo que este tipo de películas debe hacer. Y Rob Lowe nunca estuvo más guapo (por delante y por detrás).

jueves, 13 de marzo de 2008

Carretera perdida.

Carretera perdida (David Lynch, 1996)


Ayer, chateando con J., y haciendo repaso a las bandas sonoras que tengo por alguna parte en casa o en el ordenador, recordé lo que me gusta la de esta película. Y lo que me gusta esta película en general.
El cine de Lynch es difícil. Tiene dos tipos de películas, unas, las menos, más "clásicas" podríamos decir, donde demuestra lo buen director que es (ver
referencia en este mismo blog a Una historia verdadera, por ejemplo), y otras, las más polémicas, las más complicadas, de las que esta Carretera Perdida es quizá, el máximo exponente. Rara hasta decir basta, con una estructura circular que no se entiende, fascinante, atrayente, y sin ningún tipo de explicación posible, es, como todo el cine más perturbado o perturbador de Lynch (escójase la opción que se desee), una experiencia básicamente sensorial.
Visualmente arriesgada, con una serie de primeros planos imposibles, juegos de luces y sombras de marcado tinte impresionista, sonoramente perturbadora (la cantidad y calidad de efectos sonoros es apabullante), y tremendamente incómoda en determinados momentos, no es apta para gente estrecha de miras.

Cosa a la que contribuye especialmente su espléndida banda sonora, desde David Bowie (en esa espléndida escena de créditos que os dejo vía youtube) hasta Ramstein, pasando por el habitual de la casa Angelo Badalamenti, que además de realizar algunas composiciones memorables (que luego estropearían haciendo versiones bakalas), es el artífice de todos los ruidos (y digo bien, ruidos) que se escuchan a lo largo del film. Ya he dicho que es una película para sentir. No busqueis coherencia, no busqueis trama definida, no busqueis explicaciones... Si vuestra película preferida es Pretty Woman, no perdais el tiempo. No os va a gustar.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Destrangis.

Destrangis (Estopa, 2001)


Estopa a mi me gustan. Y me siguen gustando a pesar de venderse a compañías de videojuegos. Continúan siendo esa mezcla entre canciones de grupos de canis de gasolineras (Los Chichos, Los Cali...) y Extremoduro que tanto me atrapó desde un principio. El primer disco era más flamencoide, tenía un punto graciosillo, pero este segundo es bastante mejor. Luego hicieron una reedición con canciones en vivo sacadas de su maqueta, y un DVD con distintas actuaciones, y lo llamaron Más destrangis. Otro truco publicitario.Pero qué más da.
Las canciones hablan de amor y desamor, tampoco podamos esperarnos nada reivindicativo, ni incursiones en la metafísica, pero lo hacen con un estilo propio, mezclando costumbrismo y cotidianeidad, que nadie ha sido capaz de imitar, y, por supuesto, igualar. Es cierto que los siguientes discos suenan siempre a lo mismo, que no son especialmente redondos, pero yo escucho Vino Tinto y me entran ganas de cantársela a más de uno. Al fin y al cabo, de lo que hablan es de la vida real.

lunes, 10 de marzo de 2008

Eurovisión 2008 (II)

Eurovisión 2008 (otra vez)

El post de hoy era fácil. Todos estamos muy contentos. Todos los que nos tomamos Eurovisión como la cutrez que es. Rodolfo Chikilicuatre ha ganado las elecciones. Y el Chiki Chiki irá a Eurovisión. Por fin mandamos la canción que semejante bodrio merece. A ver si así comenzamos a darnos cuenta de que el dinero de nuestros impuestos se debe usar de forma útil y no para memeces semejantes. Es verdad que había grupos que parecen buenos. Marzok Mangui y D-Vine tenían buena pinta (en realidad sólo he visto un trozo en Se lo que hicisteis..., no puedo opinar mucho más), Lorena C, y su canción Piensa gay, que interpretaron rodeados de los teletubbies, probablemente se conviertan en un himno, ya que no tienen desperdicio. Pero yo sigo sobre todo aliviado porque un grupo estupendo como es La casa azul no se verá condenado a la desaparición ni al ridículo tras pasar por el engendro aquel (que es lo que más tarde o más temprano les ha pasado a todos los que han ido), que es lo que opina también Pablo Carbonell en un editorial que ha publicado hoy El País. También estoy de acuerdo con él en que, por una vez, y sin que sirva de precedentes, ha ganado España. Felicidades.


domingo, 9 de marzo de 2008

Ni jaulas ni peceras

Ni jaulas ni peceras (La cabra mecánica, 2003)


Hoy interneer no da para más. Cuando me da por algo, hasta que me harte no pare. Ayer me acordé de La cabra mecánica, y ya estoy volviendo a escuchar toda la discografía. Este disco, posterior al Vestidos de domingo, que decíamos ayer, es un disco en directo que sacó el Lichis gracias, en parte, a que hizo una canción para la ONCE (No me llames iluso) de la que después se arrepintió. Es verdad que es un poco estúpida, pero por lo menos entretiene. Espléndidas versiones de canciones de los tres discos anteriores, contiene, además, algunas canciones inéditas que conforman parte de las canciones más románticas de toda su obra. Letras como las de El día de tu boda ("Te voy a querer como en las canciones de los Camela...") o la Copla del viudo del submarino, merecen un asiento en la Real Academia. Y el que opine lo contrario, que lo demuestre.

sábado, 8 de marzo de 2008

Vestidos de domingo

Vestidos de domingo (La cabra mecánica, 2001)


Este es el disco más conocido, más comercial, más vendido, y probablemente el mejor, de los que ha hecho el Lichis. Se me vino ayer a la cabeza, no se por qué, y la verdad es que hace tiempo que no lo escucho. Los caminos del cerebro son inexcrutables, y los del mío más. Pues bien, La cabra mecánica, que nunca sabre si es un grupo o el Lichis solo, habían publicado dos discos anteriormente, sólo para que los conocieramos cuatro gatos que nos quedamos prendados de aquella Reina de la mantequilla que fue su primer sencillo. Tras el fiasco en ventas de Cabrón, un disco bastante irregular, pero que esconde perlas como el Drip pop, el Lichis le hizo una canción espléndida a María Jiménez, los dos hicieron un videoclip divertidísimo, y España entera cantó La lista de la compra como si fuera un himno. En realidad le deben mucho el uno al otro. El uno por la promoción y la otra por la resurrección. Solo que este disco, además, esconde una colección de canciones magníficas, con letras ingeniosas y ese punto muy de su autor de analizar la grandeza de lo cotidiano y de lo menos glamouroso para conseguir expresar los sentimientos y andanzas que protagonizan unos personajes entrañables. Recomendar alguna canción es una pérdida de tiempo. Todas merecen la pena. Pero también hay que mencionar, como de especial interés, la colaboración del gran Daniel Higiénico en esa maravilla que cierra el disco titulada El amor es un deporte muy raro. Qué grande es también Daniel.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Me pica un huevo

Me pica un huevo (Siniestro Total)

Os dejo el video de esta magnífica canción de allá 1986 de uno de mis grupos preferidos. Podemos apostar: ¿cuál de ellos va menos colocado?



Por cierto,dado que La terremoto de Alcorcón no va a ir a Eurovisión, he decidido votarla for president. Es bastante más seria que toda la clase política. Os recomiendo que hagais lo mismo.