martes, 30 de octubre de 2007

Huérfanos de madre. El orfanato.

El orfanato. (J.A. Bayona, 2007).


Porque los padres ya sabemos quienes son. En la producción Guillermo del Toro y en el ideario Alejandro Amenábar. El orfanato es como Los otros, pero al revés. Quiero decir, la innovación respecto a la película de Amenábar es que los muertos son los que intentan asustar a los vivos. Por lo demás, una casa encantada, una mujer pasando miedo, y un niño insufrible. Y creo que no desvelo nada. Pero, desgraciadamente, ahí quedan los parecidos. Mientras en la película de Amenábar la tensión era constante, aquí se difumina por completo.

De del Toro, y concretamente, de El laberinto del Fauno, también hay reminiscencias (los niños de la guerra civil se convierten en tullidos del franquismo...), porque hay que homenajear a los padrinos. Es una pena que no se los homenajee mejor.

Aclaro. No es que no me gustara, pero tengo que ponerle muchos peros. El orfanato es una película de suspense inconstante, de atmósfera inconstante, y de truculencia más inconstante todavía. Lo que en otras manos podría haber quedado como una película turbadora, se convierte en un film de "sustos", en el sentido de las películas de terror adolescente. No hay un continuo, ni en el ambiente, ni en el guión, ni en la realización. La tensión se limita a las escenas que dan miedo, y que terminan con golpes, apariciones... Todo de lo más original, permítanme decirlo. Y para que quede como una buena película, a ojos de los que la envían para U.S.A. a que compita por un Oscar, le añaden una historia sentimental que queda en inexistente, y un final que se sumerge de lleno en lo naif. Como puntos fuertes, la producción es estupenda (cuentan con el apoyo de Warner, y, como dije antes, de Guillermo del Toro), resulta entretenida, y Belén Rueda sigue sufriendo muy bien. Desgraciadamente, podría haber dado mucho más de si.

No hay comentarios: